Día de la Mujer: tucumana relata el "infierno" al que fue sometida por su ex esposo, un conocido empresario

Viernes 08 de Marzo de 2024, 08:59





En este Día Internacional de la Mujer no quiero dejar de agradecer a cada una de las personas, pero por sobre todo a cada una de las Mujeres, que me ayudaron y me apoyaron incondicionalmente para poder empezar a salir del infierno que viví durante mi matrimonio con Daniel Lucci, de quien me divorcié formalmente el 1 de febrero pasado, después de haber padecido una tormentosa relación en la cual he sido víctima de todas las formas en que una Mujer puede sufrir la violencia de género.

Y digo esto con un profundo dolor, porque llegar a asumirse y reconocerse como víctima de violencia de género, no es solo un largo proceso, complejo, doloroso y angustiante; sino que también es un lugar muy incómodo de ocupar: en parte, quizás, porque nunca pensamos que nos podía tocar, pero también porque cuesta pararse desde ahí ante la sociedad. Y sobre todo porque en ese proceso, por más fortaleza propia, o por más apoyo y contención que tengamos, debemos coparticipar ese dolor con nuestras familias y afectos más próximos.

Cuando comencé mi relación afectiva con Daniel Lucci en el año 2016 y me enamoré de ese hombre tan caballero y afectuoso, jamás me imaginé que podría esconderse bajo esas formas un monstruo que luego ejercería contra mí diversas formas de violencia emocional, psicológica y física. Mucho menos la violencia sexual.

Si debo admitir, que había sido advertida sobre un antecedente de violencia de género contra su ex esposa. Y debo reconocer también que desestimé esa advertencia, no solo porque la justicia no lo declaró culpable anteriormente, sino porque cometí un error que muchas de las Mujeres criadas en una sociedad hiper machista cometemos: dudar del testimonio de otra Mujer que denuncia a su victimario.

Uno de los pasos que más me costó dar fue, finalmente, hacer las denuncias correspondientes en la justicia. Porque el monstruo que me violentó de todas las formas habidas y por haber, es además un poderoso empresario que cree que con su dinero puede comprar todo, hasta la justicia.

Gracias a Dios, al transitar este traumático proceso judicial, pese a haberme encontrado por momentos con una justicia temerosa, he tenido la suerte de encontrar mujeres comprometidas y valientes que accionaron a tiempo para dictar medidas de protección y resguardo, las que creo que fueron fundamentales para preservarme y seguir viva, pese a las reiteradas amenazas de muerte de Daniel Lucci hacia mi persona.

Lamentablemente en este camino he visto como otras Mujeres, con denuncias similares a las mías han sido víctima de femicidios pese a haber conseguido, previamente, idénticas medidas de restricción de acercamiento, como las que conseguí para mantener alejado a mi agresor

Como si una tobillera pudiera frenar la determinación del potencial femicida que nos juró la muerte, y que cuando puede, de la manera que sea se las ingenia para recordarnos que todavía está decidido a cumplir su promesa.

Por eso, días atrás, el injusto asesinato de María Emilia Cardozo (que recibió 8 disparos de su ex pareja), me obliga hoy a pedirle públicamente celeridad a la justicia. Porque sé que, como yo, hay miles de Mujeres que vivimos con el pánico a terminar como ella: siendo asesinadas por monstruos como su femicida que prefirió suicidarse antes que enfrentar luego a la justicia.

En lo personal, me toca enfrentar y padecer a un poderoso monstruo que se siente impune y por arriba de la justicia. Por eso, hoy 8 de Marzo, una vez más digo y repito ¡Vivas nos queremos!

Eliana Almirón