Sábado 31 de Agosto de 2024, 06:47
AREA CRITICA. Los puntos rojos muestran los sectores que sufrieron heladas más severas.
El avance de la zafra 2024 en Tucumán, cuya estimación resulta crucial a esta altura del año para ajustar las expectativas de producción de materia prima realizada en los inicios, fue medido por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) mediante tareas de campo y análisis de las imágenes generadas por el satélite Sentinel 2B, del 9 de agosto.
Valiéndose del procesamiento de las imágenes se ubicó y contabilizó la superficie antes cubierta con caña que ya fue cosechada, lo que mostró un progreso general de cosecha del 53,5 por ciento.
El repaso departamental del área cosechada permitió advertir que la mayor concentración de superficie cañera recolectada se localiza en los departamentos de Leales, de Simoca y de Cruz Alta, mientas que en términos porcentuales, los avances más importantes se detectaron en Graneros, en La Cocha y en Leales; y los menores, en Río Chico, en Monteros y en Famaillá.
En Tucumán, la presencia de heladas causa pérdidas en la producción de caña de azúcar, debido a la reducción del volumen de caña a moler y al deterioro de la calidad de la materia prima que se procesa.
Este año se registraron heladas intensas y prolongadas en la mayor parte del área sembrada y, si bien a mediados y a fines de mayo ya se habían producido bajas temperaturas en algunas localidades, durante julio -en especial, del 11 al 16- se hicieron sentir los fríos más fuertes y prolongados.
La incidencia de las heladas fue generalizada y con efectos variables sobre el cañaveral condicionadas, en gran medida, por su localización, la variedad implantada, el nivel de crecimiento y de producción, la posición topográfica, la cercanía de cursos de agua y de zonas de monte.
Las revisiones de campo permitieron ubicar en los cañaverales dos situaciones bien marcadas: el centro y sur del área cañera -del departamento de Famaillá hacia el sur-, con daños muy severos y con un efecto general y homogéneo, y el norte del área cañera, donde se registraron heladas menos graves incluso, en cercanías del piedemonte norte, heladas suaves.
Para obtener mayor precisión en la estimación de los daños causados por las bajas temperaturas se hizo un relevamiento satelital, con la aplicación del índice Normalized Difference Vegetation Index (NDVI), un índice verde que relaciona la reflectividad en las bandas del infrarrojo cercano y el rojo del espectro electromagnético de la luz.
Ofrece una medida de la cobertura vegetal y de su vigor, lo que permite el monitoreo de los cambios estacionales y anuales de la vegetación, ya que responde a cambios en la cantidad de biomasa verde.
En el mapa se advierte la distribución espacial del área cañera cosechada y los diferentes niveles de afectación por heladas en los cañaverales sin cosechar al 9 de agosto.
Respecto de los niveles de afectación por heladas, se observa un predominio de cañaverales severamente afectados desde el departamento Famaillá hacia el sur. Se destaca el daño en áreas cercanas a zonas de piedemonte, como se aprecia en los departamentos de Famaillá y de Monteros. Los cañaverales medianamente afectados por heladas se sitúan mayormente en los departamentos de Burruyacú y de Cruz Alta, y en el occidente de Leales.Finalmente, los cultivos de caña suavemente afectados por heladas se concentran en el departamento Burruyacú, en el centro norte de Cruz Alta y en sectores de piedemonte de los departamentos de Chicligasta, de Río Chico y de Alberdi.
Vale agregar que la ocurrencia de heladas, sumada al bajo porcentaje de humedad ambiental propio del invierno -debido a la escasez de precipitaciones- y a las altas temperaturas de fines de julio y de la primera década de agosto, definieron un escenario altamente favorable para la fácil diseminación del fuego en cañaverales con follaje seco. Esta situación se presenta pese a los intensos cuidados que están llevando a cabo los productores para contener el avance del fuego.
Así se detectaron, además de lotes ya cosechados quemados, quema de cañaverales en pie; y en muchos casos se constató un tiempo considerable entre el momento de la quema y la efectiva molienda de la caña, lo que seguramente produjo y producirá considerables disminuciones de peso y de calidad de la materia prima.
Las heladas también afectaron la posibilidad de plantación, al verse dañadas las yemas de las cañas semillas. Salvo excepciones, la mayoría de los productores dio por finalizado el proceso de implantación de nuevos cañaverales.
En base al avance de cosecha, teniendo en cuenta las características de las heladas registradas en julio -que obligarán a realizar un despuntado mayor al habitual-, el escenario favorable para quema -que provocará disminución de peso y de calidad de los tallos- y la necesidad ocasional de abandonar la cosecha de algún sector del cañaveral por falta de calidad de los jugos, la disponibilidad de materia prima caerá un poco más de un 10%.
Según lo que suceda desde ahora hasta el final de zafra, con las condiciones de lluvias, temperaturas, accidentes de quema, ritmo de molienda, y otros, el volumen final de caña para molienda de esta zafra 2024, se ubicará en torno a los 17,5 millones de toneladas.
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