Los sugestivos mensajes de Nicolás Pachelo a su abogada tras la condena a prisión perpetua: "Me estoy despidiendo"

Jueves 28 de Marzo de 2024, 19:05

Nicolás Pachelo.



“Hasta acá llego Raquel. Tenía pensando ponerle fin esta misma noche. Buscaré mi momento”. Eran las 19.41 de ayer y Nicolás Pachelo, condenado a prisión perpetua por el homicidio de María Marta García Belsunce, le escribía una serie de mensajes de WhatsApp a su abogada, Raquel Pérez Iglesias, donde elípticamente le anunciaba que había decidido quitarse la vida.

Hoy a la mañana los chats continuaron: “Me estoy despidiendo de a poquito. Es difícil que lo entiendas. Pero no tengo más nada para dar ni para recibir. Se lo estoy explicando uno por uno a mis seres queridos y también lo hago con vos”.

LA NACION tuvo acceso a los chats entre Pachelo, de 47 años, y Pérez Iglesias. El intercambio de mensajes comenzó cinco horas después de que se conociera el fallo de la Sala I del Tribunal de Casación Penal bonaerense que revocó la absolución que había beneficiado al exvecino del country Carmel, donde el 27 de octubre de 2002 fue asesinada a balazos García Belsunce, y lo condenó a prisión perpetua como el homicidio.

Ayer al mediodía, Pachelo fue trasladado desde la Unidad 12 de Gorina, un establecimiento de régimen abierto, a una cárcel de máxima seguridad en La Plata. El sindicado asesino no recibió bien la sentencia. Estaba convencido de que, en cualquier momento, se confirmaba en segunda instancia su absolución y que ordenaría su libertad, según pudo reconstruir LA NACION.



Preocupada por los mensajes que recibía ayer a la tarde, Pérez Iglesias le envió un audio a Pachelo. Él le respondió: “Sos una gran persona y abogada. Te agradezco todo lo que has hecho por mí”.

A las 19.47 de ayer la abogada llamó a su cliente y hoy a la mañana continuaron los mensajes de WhatsApp. “Nico querido, te veo en línea, hablemos cuando puedas/quieras”, escribió a las 9.55 Pérez Iglesias.

Hasta ayer, Pachelo cumplía una pena de nueve años y seis meses de prisión por una serie de robo ocurridos entre 2017 y 2018 en el Tortugas Country Club, de Pilar, y en los barrios privados Abril y El Carmencito, de Hudson, en Berazategui.

Tras el primer mensaje de hoy a la mañana de Pérez Iglesias, Pachelo respondió al instante: “Me estoy despidiendo de a poquito. No es fácil. No puedo hablar, no estoy solo. Esto va más allá de García Belsunce”.



Pérez Iglesias continuó con el intercambio de mensajes y le explicó a su cliente que, en ese momento, analizaba la sentencia de los jueces María Florencia Budiño y Fernando Luis María Mancini para determinar los pasos a seguir.

“Hola Nico. Estoy sentada trabajando en la sentencia de ayer. Por favor, dejame que pueda dar vuelta este fallo absurdo. Si te fueras en este momento quedaría esto así. No le des el gusto. Lo vamos a revocar”, escribió a las 9.58 Pérez Iglesias.

Pachelo continuó con la referencia a quitarse la vida, pero siempre elípticamente. “Estamos contra una corporación, solo los tres [por él, Pérez Iglesias y el abogado Marcelo Rodríguez Jordán]. Yo no tengo más espíritu. Es difícil que lo entiendas. Pero no tengo nada más para dar ni para recibir. Se lo estoy explicando uno por uno a mis seres queridos y también lo hago con vos. Somos momentos y ya fui muy feliz”.



Pérez Iglesias cerró la conversación virtual con un mensaje de aliento: “Y volverás a serlo, Nicola [feliz]. Esto también pasará”.

Ayer, los jueces Budiño y Mancini en su fallo convalidaron el veredicto condenatorio de la minoría [el voto de Federico Ecke, presidente del Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de San Isidro] “respecto del hecho que damnificara a García Belsunce, con el alcance fijado por el acusador público durante el juicio marginada la subsunción ampliada, en tanto ha quedado demostrada la intervención ejecutiva del acusado Pachelo”. En cambio, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, los otros dos magistrados, se inclinaron por la absolución.

Para Budiño y Mancini se comprobó que “Pachelo ingresó en la propiedad situada en Santa Lucía sin número del barrio Carmel, donde residían García Belsunce y Carrascosa, y mientras se encontraba desarrollando su plan delictivo en el interior de la vivienda, advertida María Marta de la presencia del intruso, en la planta superior de la casa, a fin procurar su impunidad debido al conocimiento que de él tenía la víctima, procedió a propinarle golpes de puño en el rostro y en el cuerpo, para luego, con la inequívoca voluntad de darle muerte en busca de impunidad, efectuarle con el arma que portaba, un revólver calibre 32, seis disparos sobre la damnificada, siendo que uno de ellos le provocó una lesión superficial (rebote) en el sector de la bóveda craneana, mientras los cinco restantes fueron efectuados a corta distancia, siendo que uno de ellos le provocó una lesión contuso perforante con fractura de cráneo y los cuatro restantes impactaron en el pabellón auricular izquierdo”.

Gabriel Di Nicola / La Nación