Revelan anécdotas de Maradona en el incendio de Barrio Parque: “Le chocamos el garaje a Flavia Palmiero”

Sábado 30 de Marzo de 2024, 09:56

Guillermo Coppola se quedó a controlar la situación mientras la casa en Barrio Parque se incendiaba.



Guillermo Coppola buscaba atender una de las tantas demandas de Diego Maradona. Quizá, por el contexto, una de extrema necesidad. Corría el año 2001 y el 10, cansado de vivir en hoteles con amplias comodidades pero poca privacidad, pedía volver a habitar una casa.

“Quería que Diego tuviese una linda pileta y un quincho para recibir a la gente”, dijo Coppola durante un almuerzo con Mirtha Legrand. Aquel deseo se convirtió en realidad cuando el representante consiguió una amplia propiedad en Barrio Parque, una de las zonas más sofisticados de la Ciudad de Buenos Aires.

El final de aquella historia es conocido: un mediodía de 2002, precisamente el domingo 20 de enero de aquel año, Maradona y todos los ocupantes de la casa debieron escapar de la misma por un incendio que comenzó en el baño y destruyó la casa.

Desde su histrionismo, Coppola relató una y otra vez una secuencia que por estos días volvió a salir a flote tras ser ficcionada en la serie que cuenta su vida al lado del futbolista. “Ese día le llevé una caja de ravioles de seso que a él le encantaban. Cuando entré, el jefe de seguridad me dijo que salía humo de su habitación”, contó Coppola.

El Scania de Maradona, estacionado en la puerta de la propiedad.

Él fue testigo del desenlace pero no del origen de aquel episodio vivido en la casa de Mariscal Castilla 3050. Quien sí presenció toda la escena fue Carlos Ferro Viera, histórico amigo y asistente del 10.

En diálogo con TN, precisó que las llamas se originaron por una caldera del sauna que explotó y salió por el aire. “Hacía tres días que lo teníamos encendido. Veníamos de una caravana bastante fuerte. Estábamos con unas chicas y vimos cuando explotó y cayó en la casa de un vecino”.

Coppola le había alquilado la casa para que tuviese una pileta y un quincho.

El empresario confirmó que la casa había sido alquilada por Coppola a través de un agente inmobiliario. Una propiedad que había pertenecido a Mirtha Legrand, quien luego se la vendió al publicista argentino David Ratto. Después la compró un abogado, a quien no le convencía la idea de alquilarle la casa a Maradona.

El letrado puso algunas objeciones que nadie respetó: a Maradona le costaba respetar los códigos de convivencia de un barrio que emanaba tranquilidad y reclamaba silencio. “Le encantaba hacer karaoke y ponía las canciones de Rodrigo a todo volumen. Varias veces le tocaron el timbre los vecinos para pedirle que bajara la música, pero a él le gustaba escucharla así”, indicó Ferro Viera.

Maradona junto a su amigo y asistente, Carlos Ferro Viera.

También detalló que, por momentos, en la casa reinaba el orden y la armonía. “Diego había dejado de jugar y no tenía muchos compromisos. Su costumbre era salir con tres o cuatro amigos y volver con mucha gente que él invitaba”, dijo Ferro Viera.

El problema de aquellos encuentros es que pocos querían irse. “Eran reuniones interminables, que podían durar hasta tres días, con pizza y champagne de cortesía”, sostuvo el empresario.


De incendiar la casa a chocarle el garage a Flavia Palmiero

“¿Diego está arriba?”, preguntó Coppola al llegar con las cajas de ravioles. Afuera, en su camioneta, sus papás lo esperaban para ir a almorzar con él. Cuando le informaron que salía humo de la habitación, él preguntó: “¿Estará haciendo un asado?”.

Al abrir la puerta constataron que Maradona estaba visiblemente afectado por el inicio del incendio. Coppola llegó a bromear con esa imagen: “No era Maradona, era Pelé”.

La casa comenzó a incendiarse luego de un problema con la caldera del sauna.

Ferro Viera, que se encontraba dentro de ese cuarto, dijo que la primera preocupación de Maradona fue rescatar los dólares y los relojes de alta gama que estaban ubicados sobre la mesita de luz. “Me cubrí con la cortina del baño y rescaté lo que pude”, recordó el empresario.

Visiblemente afectado por la situación, el 10 pidió ser retirado del lugar. Antes de que “la artillería de fuegos artificiales (así lo definió Coppola)” detonara, quienes estaban con él lo subieron a una camioneta para irse rápidamente de la casa.

“Metimos marcha atrás con la camioneta y se nos fue. Le chocamos el garage de la casa de Flavia Palmiero y Franco Macri. Ni bajamos, pero nos dimos cuenta de que lo dañamos”, reveló Ferro Viera.

Maradona y Ferro Viera junto al actor Leonardo Di Caprio.

Tras aquel escape, el empresario refugió a su amigo en su departamento ubicado en la calle Posadas. “No todo era fiesta, eh. A Diego le encantaba sentarse en el sillón y mirar mucho fútbol. Había momentos de tranquilidad”, remarcó. “Se incendió feo, porque todo el baño sauna era de madera. Pero era una casa muy linda, con un jardín adelante”, completó Ferro Viera.

Cuando llegaron los Bomberos de la Ciudad, Coppola fue el único que se quedó para controlar la situación. “Un cortocircuito”, pidió que se dijera el representante como versión oficial. Pero cuando los fuegos artificiales sobresalieron en el cielo, la coartada no tuvo sustento. /TN