Martes 03 de Septiembre de 2024, 09:29
Los hermanos Sebastián y Germán Kiczka, a las risas, en el penal donde estaban el domingo último.
Aislados en celdas individuales, con una sola salida al patio en todo el día y una custodia permanente. Así pasaron su primer día en un penal el diputado provincial Germán Kiczka (44) y su hermano Sebastián (47), acusados de integrar una red de pedofilia.Ambos fueron llevados el domingo a la noche hasta el Complejo Penitenciario VIII, en Cerro Azul, a 50 kilómetros de su Apóstoles natal.
Inicialmente, estaban alojados en la comisaría segunda de Apóstoles, pero todo
cambió el domingo, cuando se mostraron distendidos y sonrientes al
recibir la visita de familiares. Esas imágenes fueron captadas por la
televisión nacional y, unas horas después, el juez Faría decidió
enviarlos a una unidad penal que está en una zona rural y al que se
accede por un camino de tierra.
Los hermanos son considerados por el Servicio Penitenciario provincial como presos de alto perfil y no está previsto que los integren al resto de la población carcelaria. En esa unidad penal conviven unos 120 internos, entre ellos algunos narcos y ex policías que cumplen condenas por delitos graves.
“Ya no se los ve sonrientes ni desafiantes”, admitió una fuente. “Están taciturnos, es como que de a poco van cayendo”, agregó. Ambos fueron llevados a un sector donde no tienen contacto con el resto de los presos y por orden del juez de Instrucción Miguel Faría, por ahora no podrán recibir visitas de familiares.
Los hermanos pasan casi todo el día en una celda de cuatro metros cuadrados, donde sólo tienen una cama, colchón, sábanas y una frazada para cubrirse en las frías noches. Germán y Sebastián están en celdas contiguas y pueden hablar entre ellos porque la parte delantera de la celda es de rejas.
Para ir al sector de sanitarios deben avisar a los guardias del sector. A diferencia del resto de la población carcelaria, tienen un solo recreo de menos de una hora, en un patio diferente y bajo la atenta mirada de dos o tres agentes penitenciarios.
Los Kiczka llegaron con lo puesto. “No pueden traer nada, de eso se encargan después los familiares”, explicaron.
Para ellos, al igual que para el resto de los detenidos, el primer llamado para levantarse es a las 6.30. Media hora después se sirve el desayuno. “Tienen unos pocos minutos para tomar el desayuno. Algunos pueden llevarlo a su pabellón, pero ellos no”, indicaron los que conocen el día a día de un penal.
Su hermano, el ex diputado Sebastián Kiczka, se negó a declarar por la causa de pedofilia que está en curso de investigación.
Los hermanos casi no hablan entre ellos y, por ahora, no pidieron ningún elemento para hacer un poco más llevadero sus días en la cárcel.
“En el lugar de alojamiento pueden sumar una pequeña mesa, pero la deben traer los familiares durante los días de visita, que son los miércoles, sábados y domingos, claro que ese régimen todavía no está previsto para ellos. También pueden recibir comida, que previamente es verificada por los guardiacárceles para evitar el ingreso de drogas o algún arma”, sostuvo una fuente.
Los internos del penal también pueden comunicarse con sus familiares todos los días entre las 9 y las 11, y de 16 a 18. “Nosotros tenemos un listado con los números y el parentesco que tienen. Con los teléfonos no pueden acceder a las redes sociales y las llamadas son a teléfonos fijos o vía WhatsApp”, explicaron sobre el beneficio que llegó con la pandemia de coronavirus y desde entonces se mantiene vigente. /
Clarín
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