Un "gardelito" mostró en Instagram su celda VIP en la cárcel de Villa Urquiza

Viernes 05 de Abril de 2024, 09:38





Abel Lobo tiene 27 años y es uno de los integrantes de la banda de “Los Gardelitos”, acusada de haber cometido violentos asaltos en la provincia. Después de haber permanecido prófugo cuatro meses, fue detenido en un departamento de Córdoba. A los días de haber protagonizado un polémico traslado al penal de Villa Urquiza, dio que hablar. Publicó un mensaje en su Instagram dejando en claro que podría haber recibido algún tipo de beneficio para que su estadía fuera más placentera.

El fiscal Diego López Ávila había solicitado su detención luego de haber sumado evidencias en su contra. Hijo de Walter David “Petiso” Lobo, que estaría siendo investigado por narcotráfico y que se hizo famoso por exhibirse en las redes sociales.

La Policía realizó varios allanamientos para encontrarlo, pero siempre daban resultados negativos. La posibilidad de que hubiese recibido información precisa cobró fuerza con el correr de los procedimientos. Finalmente fue detenido por el Departamento de Inteligencia del Equipo Científico de Investigación Fiscal de manera insólita.

Fue trasladado a la provincia. A los oídos de la cúpula policial llegó la versión de que sus allegados estarían ofreciendo sumas de dinero para que fuera ubicado en un calabozo VIP. “Ante la sospecha de que esta versión fuese cierta, decidimos actuar de manera inmediata. Por eso aceleramos todos los trámites para que sea trasladado a Villa Urquiza”, explicó un jefe de la fuerza.

Pero esa tampoco fue la solución. En su cuenta de Instagram, utilizando el seudónimo de abeel.gardel, publicó un mensaje acompañado por una fotografía en la que se lo observa al frente de un espejo de una celda bien acondicionada. El detalle: está decorada con una foto del protagonista de la película “Guasón” y otra de Marilyn Monroe. “Aquí en la jungla aguantando la presión… Preso, pero no muerto. Pronta libertad para mí y para todos los presos”, posteó Lobo. “Un saludo para los que decían que tenía miedo al canaso (sic) jajaja… Saludos desde Villa Urquiza, mamis”, agregó.

El primer hecho por el que comenzó a ser investigada la banda se registró en noviembre de 2022. Los sospechosos sorprendieron a una mujer cuando ingresaba a su casa de Anzorena al 1.300, en Yerba Buena. A los empujones la hicieron ingresar al interior de la vivienda, donde sorprendieron al marido. Después de amenazar con armas de fuego y golpearlos, se apoderaron de $500.000, U$S2.500, una cadena y un anillo de oro, un televisor y celulares.

“Los Gardelitos” fueron mencionados en otros casos, pero no se logró sumar pruebas en su contra. Sí fueron acusados de haber protagonizado un raid delictivo que casi no tiene precedentes en la provincia. En menos de una hora, el 27 de agosto de 2023 habrían cometido cuatro robos y herido a cuatro víctimas.

A las 6.15 de ese día abordaron a una mujer que se preparaba para ingresar a su casa de Belisario Roldán al 600. Uno de ellos le puso una pistola en la cabeza y le exigió que le entregara la llave del vehículo VW T-Cross. Ingresaron al interior del domicilio y se toparon con el hijo de la víctima al que le gatillaron varias veces sin que salieran los proyectiles. Luego de golpearlos a ambos, se apoderaron de dinero y joyas y se escaparon.

A las 6.30, los sospechosos, a bordo del auto de la víctima, pararon en el pasaje Baltasar Aguirre al 400, donde estaba un grupo de personas esperando tomar el colectivo. Los amenazaron con armas para exigirles que les entregaran sus billeteras y celulares. Una mujer recibió un disparo en una de sus piernas por haberse resistido.

“Los Gardelitos”, según la acusación del fiscal López Ávila, escaparon para continuar con su raid delictivo. A las 7, sorprendieron a un Uber en Próspero Mena, entre San Lorenzo y Las Piedras. Cruzaron el vehículo y apuntándoles con armas, les quitaron los celulares al chofer y a la pasajera. Antes de marcharse, embistieron al conductor y, cuando estaba tendido en el piso por el golpe, le pesaron por encima con el auto.

El último hecho se registró a las 7.10 en avenida Américo Vespucio y Ernesto Padilla. En esa esquina comenzaron a perseguir a un motociclista y, a los pocos metros, provocaron su caída. La víctima quedó lesionada en el suelo y los delincuentes aprovecharon la situación para apoderarse de la moto.

La Policía montó un operativo cerrojo. Fueron ubicados en avenida Colón y La Plata y después de una breve persecución, lograron reducir a dos de ellos en Florida y Güemes. Fueron procesados con prisión preventiva Juan José Tagle y Facundo Andrés Farías. Después de cuatro meses, fue detenido Lobo y aún se encuentra prófugo Diego Jeremías Barón Aguirre.

López Ávila profundizó la pesquisa mientras buscaba a los sospechosos. “En el teléfono de uno de los imputados, desde el 26 de agosto señalaban que saldrían a laburar y de escruches. Hablando de armas de fuego. En uno de los mensajes se lee: ¡Qué onda con ese auto que salió en la esquina! Es decir, observaban el movimiento de potenciales víctimas”, recalcó el fiscal en la audiencia en la que logró que se le dictara la prisión preventiva por cuatro meses. No se descarta que con el correr de los días sean acusados de otros robos.

“Esta historia ya la vimos en el barrio. Ahora cayeron ellos, antes fueron los Caro, que también hacían lo mismo. Se hacían los poderosos y terminaron en la cárcel”, explicó un jubilado que vive en el barrio Victoria.

“Son changos que crecieron viendo que sus parientes hacían lo mismo, pero querían ser diferentes. El problema es que muchos de ellos consumen porquerías desde chicos y se descontrolan. No tienen respeto por nada, ni siquiera por sus parientes”, añadió.

En ese populoso barrio la detención de Abel no pasó desapercibida. “¿Cómo no va a terminar así? Como su padre se cree impune y se hacen los millonarios mostrando oro y autos de alta gama. Eso es lo que mamaron desde chicos y creen que se van a llevar el mundo por delante”, explicó María Laura Herrera. “Era sabido que caería en cana. Si andaba haciéndose el loco por aquí. Él y sus amiguitos. Espero que el tiempo que esté detenido le sirva para reflexionar un montón de cosas”, explicó Josefina Décima.

“De aquí salieron futbolistas, periodistas, médicos, abogados, albañiles, herreros y hasta curas. Pero también hubo ladrones y narcos. Todos convivían bien porque había una ley: no meterse con los vecinos, dejarlos tranquilos. Pero eso se rompió por dos razones”, reflexionó otra vecina. “La ambición por querer todo ya y mostrarse en el ‘face’ y la droga que les hace perder la cabeza”, finalizó.

Walter “El Petiso” David Lobo se hizo conocido por dos razones. Por haber agasajado al cantante L-Gante en su casa y por alentar a la Selección. Estuvo en el mítico estadio de Wembley cuando Argentina venció a Italia en el duelo que enfrentó al campeón de América del Sur y al de Europa. En esa oportunidad, posó con un trapo que tenía su nombre y con  un dibujo de “La Mona” Jiménez. Llevó la misma bandera a Qatar, donde se filmó en una de las tribunas.

En todas las imágenes aparecía mostrando una importante cantidad de joyas de oro.


Cuando se publicaron esas imágenes, él se defendió diciendo que eran de fantasía. En junio de 2007 Lobo, junto con Mario “Homero” Quinteros, fueron acusados de haberse tiroteado con personal de Robos y Hurtos de la ex Brigada cuando se escapaban en un Peugeot 208. En el enfrentamiento resultó herido Manuel “Yuyo” Suárez. La teoría de los investigadores es que los ocupantes del auto intentaron escaparse porque trasladaban drogas. En los allanamientos que ordenó la Justicia en la casa de Lobo, encontraron restos de cocaína. 

En septiembre de ese mismo año, su nombre volvió resonar en otra causa. En esta oportunidad por el crimen del lavador de autos Darío Edgardo Bustamante (38). La familia de la víctima dijo que Bustamante comenzó a discutir con dos jóvenes que no habían quedado conformes con el trabajo. Luego, uno de ellos sacó un arma y lo hirió mortalmente. En un primer momento acusaron al “Petiso David”; pero después, al parecer, lo desvincularon.

En la Justicia Lobo tiene más de una docena de causas, pero ninguna de ellas es por los casos que se mencionaron en los párrafos anteriores.

Desde hace bastante tiempo, fuentes nacionales lo habrían vinculado al tráfico de sustancias a Rosario. Lobo, en varias entrevistas negó esa posibilidad y hasta presentó papeles diciendo que no estaba vinculado en ningún expediente.

“Al habernos enterado de esa situación, se hizo una requisa en la celda que ocupa Abel Lobo y se encontró el celular. Fue secuestrado”, explicó el director del Servicio Penitenciario de la provincia Mario Quinteros. El funcionario informó además que la novedad ya fue transmitida a las autoridades judiciales. “Paralelamente, iniciamos una actuación administrativa para determinar cómo llegó a sus manos”, agregó.

El procesado por los cinco robos, después de haber sido trasladado a la provincia, estuvo en el calabozo de una comisaría. A los dos días de que se le dictara la prisión preventiva, en un tiempo récord, por las gestiones que realizaron jefes policiales. En la cárcel, Lobo fue ubicado en el sector donde están los procesados y condenados por causas federales,. Según confirmaron fuentes del servicio penitenciario, compartía encierro con unas 60 personas. “Ese es uno de los lugares más cómodos y tranquilos de la cárcel. Perdió por mostrarse en las redes sociales”, explicó un recluso.

“Perdió”, en la jerga tumbera, significa que fue atrapado. El joven cayó por mostrarse en las redes sociales. Cuando estaba en Córdoba se sacó una foto y subió una historia en Instagram (foto). Los investigadores que estaban tras sus pasos, la descubrieron y descubrieron un detalle: había un cartel que podría ser de la empresa que hacía el servicio técnico del elevador.


A través de un sistema de mejoramiento de imagen que tiene el ECIF, lograron establecer de qué firma se trataba y hasta consiguieron el número de teléfono. Se comunicaron con ellos y consiguieron la información clave para poder detenerlo.

Crisis en La Ciudadela: ¿vinculada a la interna de San Martín?

Desde el lunes, los simpatizantes de San Martín no hacen más que hablar del vacío que hubo en la tribuna donde normalmente se ubican las diferentes facciones de la barra brava. El problema se habría originado porque un grupo del barrio Victoria había comenzado a tener protagonismo en la hinchada.

Esa facción, según confiaron fuentes judiciales, estaría integrada por algunos miembros de “Los Gardelitos”, la banda que fue acusada de haber cometido al menos cinco robos. Su presencia en la tribuna de la calle Rondeau generó malestar entre algunos miembros del clan Ale. Estos habrían advertido que no permitirían la presencia de esas personas en los escalones que dominaron durante varios años. Al no haber encontrado una respuesta favorable por parte de las otras agrupaciones, podrían haber decidido tomar medidas más drásticas, como dejar en claro que pretenden retomar el poder de las tribunas. Esa versión fue desmentida por los allegados a la familia Ale.


“Esto va a terminar mal. Ya hubo algunos incidentes que fueron señales. Hasta los dirigentes saben y prefieren no meterse”, dijo un referente de una de las facciones.

Los clanes de Los Gardelitos con los Ale mantienen una disputa histórica desde hace décadas que tuvo su máxima tensión el 31 de diciembre de 1986, cuando dos miembros del primer grupo perdieron la vida cuando fueron acribillados en un episodio con Ángel “El Mono” y su hermano Rubén “La Chancha” Ale (ya fallecido), que no fueron condenados por el doble homicidio. Por ese caso y por las amenazas que recibieron del Comando Atila, varios de ellos se fueron a Buenos Aires. Algunos miembros forman parte de una facción de la barra brava de Boca. /La Gaceta