Qué ocurre en el Chalecito de Acheral, ese lugar temible por el que aún hoy ni los más osados se atreven a pasar

Domingo 14 de Abril de 2024, 07:09

EN RUINAS. Poco queda de la coqueta edificación que supo albergar elegantes tertulias, hasta que su dueño desapareció misteriosamente, dando inicio a la serie de relatos que convirtieron al solar en un sitio temible.



Desde fantasmas espeluznantes, sonidos extraños, historias de vecinos llenas de relatos, personajes tucumanos de la época, e incluso enfrentamientos beligerantes.

Esta historia, es uno de los tantos relatos que dejó Sebastián Galván, quien en vida, supo ser integrante de Exploradores Urbanos, un grupo de monterizos dedicados a explorar el mundo de lo paranormal en la provincia de Tucumán.

En el pueblo de Acheral, departamento Monteros, supo existir en cercanías del famoso diquecito, un Chalet en el que solían realizarse fiestas para las personas de la alta clase de Tucumán. 

El señor Frías Silva fue su primer habitante, un hombre de mucha riqueza.

Según algunos relatos, la leyenda comenzó cuando el hombre desapareció casi sin dejar rastro, abandonando misteriosamente todos sus abundantes bienes.

Algunas historias cuentan que con el tiempo, este lugar se convirtió en un famoso balneario, sobre todo los fines de semana, donde las familias frecuentaban hasta que una serie de extraños hechos comenzaron a suceder.

La gente se ahogaba inexplicablemente. Se contaba que un joven fue hallado en las profundidades del agua, pero incrustado en las paredes de barro de estas aguas estancadas. Y de una persona que fue arrastrada al agua por una fuerza extraña y perdió la vida.

Existen innumerables historias que relacionan al lugar con la tragedia. Otro ejemplo, la figura de una persona aparece en varias narraciones y una sombra negra que flota sobre el diquecito por el centro del agua.

Las tramas incluyen un momento oscuro de la historia de Tucumán, cuando dos bandos libraron una batalla cruenta, dejando muchas víctimas en las inmediaciones del chalet, lo que contribuyó a afianzar el mito de que quien se acerca al lugar podría sufrir alguna desgracia.

En la actualidad la famosa casa está casi en ruinas, muy cerca de pasar a convertirse en un borroso recuerdo. Sin embargo, Galván cuenta que el lugar aún mantiene la alerta de “peligro”. 

Los vecinos de la zona evitan pasar por alllí, a punto tal que el camino se encuentra a poco de desaparecer.  Únicamente las huellas que suelen dejar algunos pescadores o recolectores de caña de azúcar, mantienen viva una senda que conduce hasta el temible solar.