Martes 17 de Septiembre de 2024, 18:21
Rayane Alves Porto y Rithiele Alves Porto.
En un tremendo hecho ocurrido en la localidad de Porto Esperidião, en el centro de Brasil, dos hermanas fueron secuestradas, torturadas y asesinadas a puñaladas por una banda criminal. Las víctimas habían sido captadas al salir de un festival para luego ser trasladarlas a la casa en la que ocurrieron los hechos.Las víctimas fueron identificadas como Rayane Alves Porto, candidata a concejal de 25 años, y Rithiele Alves Porto, de 28 años. Esta última trabajaba como maquilladora y dirigía un circo junto con su hermana, que era estudiante de Derecho.
Las mujeres fueron secuestradas al salir de un festival junto a su hermano y al novio de una de ellas, que logró escapar y alertar a la policía. Según dijo, los delincuentes los llevaron a una casa, donde los torturaron.
En el lugar, la policía encontró al hermano de las víctimas gravemente herido, con un dedo y una oreja cortada. También presentaba cortes en la nuca. En otras habitaciones de la casa se encontraron dedos y pelos de una de las hermanas. En la última habitación estaban los cadáveres de Rayane y Rithiele.El novio dijo que sufrió una sesión de tortura, tanto psicológica como física, por parte de los agresores, quienes se identificaron como miembros de una facción criminal. En un descuido de sus captores, logró zafarse y saltar un muro.
El móvil del crimen, según el testigo, fue que las víctimas se habían tomado una fotografía en el Río Jauru, haciendo un gesto asociado a una facción rival, el Primeiro Comando de Capital (PCC).
“A priori la motivación sería esta foto. Captaron a las víctimas en una fiesta en Beira Río, en la misma fiesta registraron los celulares de las niñas y luego las llevaron a la casa. Mientras las torturaban, llamaron a los familiares y les pidieron 100.000 reales?, explicó al sitio g1 el comisario Higo Rafael.
El gesto de las hermanas que habría desatado la locura. (Foto: g1)
Diez detenidos por los crímenes
La policía afirmó que no existe evidencia de que las víctimas, que fueron enterradas el domingo en un marco de mucho dolor, estuvieran involucradas en prácticas ilícitas.
Por el crimen detuvieron a diez personas, que fueron acusadas de homicidio doloso, tortura mediante secuestro, tentativa de homicidio y lesiones corporales. Además, investigan si el crimen fue ordenado por un hombre detenido en el Penal Central del Estado (PCE), en Cuiabá. Según indicó Rafael, el delincuente pasó cerca de tres horas en videollamada con los autores del crimen y guio las sesiones de tortura. En su celda, incautaron un celular que será sometido a pericias. /A24
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