El terrible motivo por el que Emilia Clarke tuvo que usar morfina mientras trabajaba en “Game of Thrones”

Viernes 19 de Abril de 2024, 16:35

Emilia Clarke, protagonista de Games of Thrones. (Helen Sloan/HBO via AP)



El 17 de abril de 2011, hace exactamente 13 años, se estrenaba el primer episodio de Game of Thrones. A lo largo de sus ocho temporadas, capturó la atención de millones de personas y se convirtió en la serie favorita de muchos. Uno de los aspectos destacados fue la calidad de sus personajes y las interpretaciones de los actores.

Entre los protagonistas, uno de los puntos más altos fue Emilia Clarke, que le dio vida a Daenerys Targaryen en la ficción creada a partir de las novelas de George R. R. Martin. La actriz británica, que atravesó un loco casting para conseguir el papel, reveló en un artículo que publicó en The New Yorker un desconocido episodio que vivió durante el rodaje.

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Emilia Clarke, protagonista de Game of Thrones, cumple 37 años. (Foto: instagram / gameofthrones)

En 2011, ella tenía 24 años y acababa de terminar la filmación de la primera temporada de Game of Thrones. Fue entonces que sufrió un aneurisma cerebral. Lejos de ser una situación aislada, un hecho similar volvió a repetirse dos años más tarde, en 2013. “Justo cuando todos los sueños de mi infancia parecían hacerse realidad, casi pierdo mi mente y luego mi vida. Nunca he contado esta historia públicamente, pero ahora es el momento”, recordó.

La historia del primer aneurisma que sufrió Emilia Clarke: “Mi cerebro estaba dañado”

Ocurrió durante la mañana del 11 de febrero de 2011 en un gimnasio de Londres. “Comencé a sentir un fuerte dolor de cabeza. Estaba tan fatigada que apenas podía ponerme las zapatillas. Cuando comencé mi entrenamiento, tuve que esforzarme en realizar los primeros ejercicios. Estaba entrenando y parecía que tenía una banda elástica apretada en mi cerebro. Traté de ignorar el dolor y superarlo, pero no pude. Me tomé un descanso. De alguna manera, casi gateando, llegué al vestuario. En el baño, caí de rodillas. Mientras tanto, el dolor empeoraba. Sabía lo que estaba pasando: mi cerebro estaba dañado”, relató.

Una mujer llegó para ayudarla. Todo se volvió “ruidoso y borroso”. Minutos después, escuchó el sonido de una sirena de ambulancia. “Escuché nuevas voces, alguien diciendo que mi pulso estaba débil”, continuó. Nadie sabía qué le sucedía, entonces no le pudieron dar ningún medicamento para aliviar los dolores. Tras hacerse una resonancia magnética, el diagnóstico fue “hemorragia subaracnoidea, un tipo de accidente cerebrovascular potencialmente mortal, causado por una hemorragia en el espacio que rodea el cerebro”.

“Tuve un aneurisma, una ruptura arterial. Como supe más tarde, alrededor de un tercio de los pacientes con hemorragia subaracnoidea mueren inmediatamente o poco después. Los pacientes que sobreviven necesitan un tratamiento urgente para sellar el aneurisma, ya que existe un riesgo muy alto de sufrir una segunda hemorragia, a menudo mortal. Si quería vivir y evitar déficits terribles, tendría que someterme a una cirugía urgente”
, continuó.

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Emilia Clarke saltó a la fama tras su papel protagónico en Game of Thrones. Foto: REUTERS/Hollie AdamsPor: REUTERS

La operación duró tres horas. “Esta no sería mi última cirugía y no sería la peor”, adelantó. Pasó un mes de recuperación en el hospital. Tras su regreso al rodaje de Game of Thrones, todo comenzó a costarle el doble. Empezó a tener problemas en el habla y para expresarse, habilidades fundamentales para una actriz. “Necesito recordar mis frases y ahora no puedo recordar ni mi nombre”, contó que se lamentaba. Durante la segunda temporada, era tal el cansancio que afrontaba que creía que iba a morir. Incluso tuvo que tomar morfina para poder dar entrevistas a la prensa.

El segundo aneurisma de Emilia Clarke: “Estaba convencida de que no iba a vivir”

En 2013, después del rodaje de la tercera temporada, se fue a hacer un control y le dijeron que un aneurisma en el otro lado del cerebro había duplicado su tamaño y que había que operarlo. Esta vez, el procedimiento quirúrgico fue en Manhattan, Estados Unidos. Era algo sencillo, pero no resultó de la mejor manera. “Cuando me despertaron, gritaba de dolor. El procedimiento había fracasado. Tuve una hemorragia masiva y los médicos dejaron claro que mis posibilidades de sobrevivir eran precarias si no me operaban de nuevo”, contó.

La recuperación fue “aún más dolorosa que después de la primera cirugía”. Partes de su cráneo fueron reemplazadas por titanio. Otra vez, estuvo un mes internada. También comenzó a experimentar ataques de pánico y una profunda depresión. “Estaba convencida de que no iba a vivir”, remarcó. Sin embargo, logró recuperarse y volvió a brillar en Game of Thrones. Esa experiencia la hizo reflexionar e incluso la llevó a involucrarse en SameYou, una fundación que brinda tratamientos de recuperación para personas que sufrieron lesiones cerebrales. /TN