Para la justicia, el policía muerto en Simoca y quien le disparó estuvieron bebiendo mientras veían el clásico

Martes 23 de Abril de 2024, 04:42

NERVIOSISMO. Los colegas de los protagonistas del trágico episodio se negaron a dar detalles de lo sucedido.



Un sargento de la Patrulla de Delitos Rurales y Ambientales con asiento en Simoca muerto y su compañero de la fuerza aprehendido por orden de la Justicia es el saldo que dejó un confuso episodio que, según las primeras avertiguaciones judiciales, habría ocurrido en medio de un beberaje en la sede policial.

El primero falleció en el Hospital Miguel Belascuain de Concepción, donde ingresó con un balazo en el abdomen recibido en medio de un incidente que se produjo en la dependencia de la fuerza ubicada en Simoca, mientras que el aprehendido estásospechado de ser el autor del disparo que cegó la vida de su compañero.

Ambos, según las primeras pesquisas, habrían estado ingiriendo bebidas alcohólicas desde el inicio del partido de fútbol entre Boca y River, en la casa de uno de ellos y siguieron en la sede policial, junto con otros dos uniformados que se sumaron al beberaje.

El sargento Jorge Salazar (41) fue llevado a la guardia del hospital Álvaro Gomez Llueca, de Simoca, cerca de las 4.15 de ayer, trasladado en vehículo por el oficial principal Jesús Ibáñez.

Tenía un balazo con orificio de entrada en la zona derecha del abdomen y salida en el muslo inferior izquierdo, por el que lo atendieron las médicas Viviana Pontajo y Rosa Barrionuevo.

Ante la gravedad de la herida fue trasladado al hospital de Concepción, donde finalmente falleció horas después.

Un vecino simoqueño contó que vio a Ibáñez cuando intentaba subir a su compañero al vehículo a dos cuadras de la sede policial, en la calle San Miguel 140. Se acercó a ayudarlo pero la respuesta del uniformado lo paralizó: “Tomate el palo de aquí” le dijo mientras terminaba de introducir al herido en un Corsa Classic negro.

“El auto circulaba hacia el norte, donde se encuentra el hospital, y provenía de la sede policial. Me pareció que el que conducía era el herido. Al agravarse, detuvo el rodado para dejarle el volante a su acompañante. Ahí cayó al pavimento”, detalló el testigo.

Cuando Ibáñez logró cargar al sargento en el vehículo, se encaminó hacia el hospital pero pocos metros antes el auto subió a la acera y chocó contra una tela perimetral sostenida por una verja baja de cemento.

Los investigadores atribuyen este episodio al estado de embriaguez del uniformado, sumado a la desesperación por llegar cuanto antes al nosocomio.

“Escuchamos un reventón y cuando salimos a ver lo que había pasado vimos al auto estrellado contra la tela y un hombre que cargaba a otro hacia la guardia”, contó Julio Díaz otro vecino que presenció el recorrido que siguieron los policías.

“Aunque aquí hay un salón de fiestas, ayer no hubo ninguna celebración. El local estuvo cerrado. Esos policías no estuvieron por estos lugares”, conjeturó otro habitante de la zona.

En la delegación policial cundía el nerviosismo entre los efectivos que se encontraban de guardia. “Estamos muy mal por lo ocurrido y no podemos brindar ninguna información sobre el tema”, respondió el jefe de la repartición Dardo Leal.

Aclaró sin embargo que el episodio no se produjo en esa dependencia. Peritos de la Justicia y de la Policía recorrieron la calle, en la que había rastros de sangre, y visitaron la sede de la Patrulla Rural a fin de determinar la secuencia del episodio y los detalles del mismo.

La teoría que esbozaron sugiere que Ibáñez y Salazar estuvieron viendo el clásico y consumiendo alcohol en una casa hasta que por un incidente, la mujer de uno de ellos decidió correrlos.

Se trasladaron entonces hasta la base policial para seguir bebiendo y a partir de allí, las razones por cómo se produjo el deceso del efectivo no están claras, aunque todo parece indicar que se habría producido de forma accidental.