"Duerme de día y está despierto de noche": una preocupación que crece entre padres de jóvenes

Martes 01 de Octubre de 2024, 16:48





La madre de Bautista, de 15 años, se muestra preocupada. Nota que su hijo está cada vez más apático. “Nada le importa. No tiene casi amigos, no sale, no quiere hacer deportes ni gimnasia. Casi no estudia. Y tiene serios problemas de sueño. Duerme de día y por las noches está despierto; le cuesta mucho levantarse para ir al colegio”, cuenta.

La situación le angustiaba tanto que decidió desahogarse en un grupo de Whatsapp de mamás del colegio. Y ahí descubrió que el suyo no era el único caso. También lo notan los médicos y los docentes en las aulas: desde hace un tiempo se observa un aumento en los problemas de sueño de los adolescentes. Según los expertos, el uso excesivo de dispositivos electrónicos y algunos trastornos de salud mental están impactando en el descanso adecuado de los chicos.

Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) confirman que en los últimos años han observado un aumento en las alteraciones del sueño entre los adolescentes, relacionado al uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de dormir y al estrés por las exigencias académicas y sociales, entre otros factores.

Es un tema que está generando mucha preocupación en la comunidad médica. El pediatra Lorenzo Marcos cuenta que los teléfonos móviles son responsables de que hayan aumentado mucho las consultas por cefalea, principalmente por el uso de las pantallas.

Además, según escucha en su consultorio, a la hora de acostarse, a la noche, los chicos llevan a la cama el celular y están prendidos hasta la madrugada. “Esto impacta en el rendimiento escolar. Si un descanso adecuado, es de esperar que estén desconcentrados o no tengan buena memoria”, sostuvo. También notó que los niños están irascibles.

Santiago Assaf, médico de la unidad de Epilepsia y Trastornos del Sueño del Hospital Avellaneda, coincide en que hay una afectación del sueño en muchos adolescentes, en niños y también en adultos. Lo que más preocupa es el aumento del trastorno del sueño por las pantallas. La luz azul interfiere en la secreción de la melatonina

“Todos estos dispositivos electrónicos tienen y emanan una luz azul que inhibe lo que se llama la hormona que nos hace conciliar el sueño, que es la melatonina. Otra cuestión que influye es el estrés, un factor que dificulta sostener el sueño durante toda la noche.

Preocupación por el sueño adolescente: una noche por semana

Investigaciones recientes de la Universidad de Montfort en Leicester, Reino Unido, evidenciaron que los niños y adolescentes que pasan más tiempo en redes sociales duermen significativamente menos que aquellos que limitan su uso. En total, pierden hasta una noche completa de sueño a la semana.

El impacto de la falta de sueño en los jóvenes va más allá de simplemente sentirse cansados durante el día, señalan los médicos. Ya se están viendo alteraciones en los procesos hormonales, metabólicos y neuropsicológicos, que tienen consecuencias para su salud y desarrollo.

Además, la falta de sueño tiene otros impactos. Predispone al sedentarismo, a dolores de cabeza, a problemas gastrointestinales, a la obesidad y a la diabetes. También puede afectar negativamente la función de la memoria y eso traer consecuencias  en el rendimiento académico.

El neurólogo Federico Pelli Noble admite que es preocupante la  disminución tanto de la cantidad de horas de sueño, como de la calidad. Los niños y adolescentes están muy estimulados actualmente por las redes sociales, WhatsApp y la televisión. Eso lleva a una hiperactividad que puede interrumpir las distintas etapas del sueño, describe.

“Lo importante es que se cumplan las etapas del sueño. Estas son son 5, 4 NREM y la que se denominal REM. El sueño REM, cuyo nombre proviene de la frase en inglés “Rapid Eye Movement” que se traduce como “Movimiento Rápido de los Ojos”. Se distingue por su actividad cerebral intensa. Es la fase del sueño donde se experimentan los sueños más vividos”, explica

“De acuerdo a la cantidad de sueño REM,  es el descanso que proporciona el dormir. En los niños y adolescentes la cantidad de horas que duermen esta alrededor de ocho horas”, precisa.

Luego detalla que el 80% de las personas se rige por su ritmo circadiano del día y la noche. “Eso hace al equilibrio de las funciones biológicas. El romper los ritmos circadianos lleva a desórdenes fisiológicos, en este caso que mencionamos., por la ruptura de la arquitectura del sueño”, apunta el experto.

Preocupación por el sueño adolescente: en las aulas

¿Cómo puede afectar el trastorno del sueño en el aprendizaje? ¿Es algo que los docentes lo notan? Le consultamos a la psicopedagoga Natalia Jiménez Terán, especialista en Neurociencias.

“Es algo que vemos cada vez más y estamos hablando con los padres. Se recomienda que los chicos, cuando usan pantallas o juegan en dispositivos o ven videos, dejen los celulares unas horas antes de la hora de dormir. Tampoco se aconseja que vayan a la cama con pantallas porque eso retarda mucho más el poder conciliar el sueño”, resalta.

“También se despiertan a la noche a deshora. Y todo eso se va generando un mal hábito, y un trastorno de sueño”, añade. Según explica, tanto el cuerpo como el cerebro necesitan las horas suficientes de descanso, ya que eso nos permite recuperarnos del estrés diario, de las actividades que hemos realizado en el día.

“Cuando un chico no ha dormido las horas suficientes se lo puede notar en el aula: es un alumno  con falta de voluntad, que se nota fatigado, que claramente no rinde positivamente en clase, que no participa, que no está activo. Esos son síntomas y signos de alarma que sí pueden visualizarse y atribuirse a un trastorno del sueño”, explica.

Según dijo, queda en evidencia no solo en los adolescentes, sino también en los niños desde el jardín de infantes. “Se inician de forma cada vez más. Cuando vemos que un pequeño está cansado, que no juega, que no participa, que de repente está decaído, no presta atención, todo esto puede atribuirse a un trastorno del sueño y los maestros tenemos que hablar con los padres porque sí genera complicaciones en el aprendizaje”, remarca.

No solamente el trastorno del sueño altera funciones cognitivas, según la especialista, sino que también tiene un impacto a nivel comportamiento porque los niños están de mal humor y de mal ánimo. “Un cerebro que no tiene las horas de sueño suficientes, es un cerebro que no puede enfocarse en algo hablando de la memoria y por lo tanto retener cosas nuevas. La memoria es selectiva, se ve interrumpida, entonces son muchas las cuestiones como son la atención, la concentración y la memoria que son pilares fundamentales del aprendizaje para que un niño pueda aprender. Tiene una consecuencia absolutamente negativa, restringe, provoca complicaciones en el aprendizaje de un niño para todas las áreas”, concluye. /Por Lucía Lozano - La Gaceta