Fue stripper, se recibió de contador y triunfó en Miami, pero tocó fondo y volvió al país para ayudar a otros

Domingo 26 de Mayo de 2024, 12:50

El modelo de 44 años tuvo una vida muy agitada y sufrió 14 preinfartos. Lejos de los flashes y la noche, cerca de las redes, encontró un nicho para impulsar un sector muy golpeado en el país.



De stripper a contador. De triunfar en Miami a volver a la Argentina por una causa solidaria. De estar al borde de la muerte a reenfocar su vida y dedicarse a su hijo. Alejandro vivió mil vidas en 44 años y a pesar de eso no dejó de rodar.

Las luces del espectáculo y el show estuvieron siempre en la mira del modelo, pero el camino no fue sencillo. A pesar de todo, nada lo frenó y a su manera encontró la forma de encontrar el éxito.


Stripper, contador y el “One de Miami”

A lo largo de su vida, Ale pasó por diferentes rubros hasta que encontró el hueco donde sabía que podía triunfar. “Ser stripper surgió por necesidad. Cuando era chico mi papá, albañil, me dijo ‘el colegio al que vas a ir es estatal y si algún día vas a la universidad va a ser estatal’. Empecé como tarjetero en una discoteca, después fui encargado y a los 18 años hice un book de fotos porque me decían que podía llegar a ser modelo”, contó Alejandro en diálogo con TN.

Así comenzó a incursionar en el mundo del modelaje y poco después arrancó a estudiar en la Universidad de Buenos Aires (UBA). “Para pagar mis apuntes trabajé en un boliche. Al principio juntaba la ropa de stripper, y la gente a la que recibía en la entrada después me veía y gritaba mi nombre. Un día la dueña del Golden me dijo ‘tenés que subir a bailar’ y así empezó todo”, remarcó.

(Foto: gentileza Alejandro Monno)
Foto: gentileza Alejandro Monno

Con su simpatía y su facilidad para encarar al público, fue creciendo su popularidad en los boliches de la Ciudad y el conurbano. “Trabajaba todos los días para hacer un mango. Hice malabares para salir adelante”, aseguró.

“Mientras trabajaba seguí estudiando y me recibí de contador y licenciado en Administración de empresas. Ahí quise entrar a un reality y si no lo lograba me iba a ir a vivir a España y así pasó”, recordó Ale y detalló cómo fue su estadía en Barcelona. “Empecé a hacer shows, pero allá los chicos son más sofisticados, profesionales en serio y yo andaba con dos trapos haciendo los shows”, mencionó entre risas.

Allí aprendió cómo era el movimiento en la noche española, pero al poco tiempo decidió nuevamente buscar otros rumbos. “Me fui a Estados Unidos y trabajé de dancer. Iba de bar en bar y hacía 500 dólares por día. Me decían ‘El maestro’ por las estrategias que aplicaba con los clientes para que dejen más propinas. Al principio arranqué con masajes, después aprendí a escuchar y les decía lo que querían escuchar cuando llegaban con un problema. Siempre les aclaraba que mi tiempo valía mucho, entonces ya sabían que después de determinado momento había que pagar. Hice plata con la labia, el chamuyo, no tuve que acostarme con nadie como muchos piensan”, insistió el influencer.

“Un día una situación me llevó a salir de mi zona de confort y me fui a una zona con menos competencia, pero también con menos glamour. Ahí cuando terminaba la noche el que hacía más plata era yo. Empecé a implementar estrategias con mis compañeros. Así me gané el apodo de ser el ‘número 1 de Miami’”
, aseguró.

Pero como no todo es color de rosa, el modelo aseguró que fue discriminado toda la vida y eso también le cerró muchas puertas.

A pesar de ello, Ale siguió rodando, se mudó a Dallas, recorrió diferentes estados en busca de nuevas aventuras y nuevos lugares en donde poder incorporar lo que hasta entonces sabía hacer a la perfección. “Había muchos chicos que eran más musculosos y facheros que yo, pero yo usaba la psicología. Llegué a hacer mil dólares por día”, recordó.


Un cambio rotundo

En el 2015, ya con la visa de trabajo, Alejandro comenzó a viajar nuevamente a la Argentina y empezaron los problemas de salud. “A los 35, durante un mes, tuve preinfartos. Desde los 29 me medicaba con omeprazol porque cuando hacía teatro me habían dicho que tenía problemas en la voz. Fui al gastroenterólogo, me hicieron un montón de estudios y no era nada de eso, era la arteria del corazón”, precisó el modelo.

(Foto: gentileza Alejandro Monno)
Foto: gentileza Alejandro Monno

Resulta que desde los 18 a los 34 años, el influencer que ya cuenta con más de 630 mil seguidores en redes, tomó anabólicos que le estaban generando graves consecuencias. “Tomaba poco, pero eso fue suficiente en mi genética para tapar la arteria nueve centímetros. Tuve 14 preinfartos en el mes y me salvé por un cambio de gimnasio”, destacó ya que al comenzar en un nuevo establecimiento debió hacerse nuevos chequeos y eso destapó la gravedad del asunto. “Fui a pedir turno para hacerme una cinecoronariografía, un estudio para que te vean las arterias por dentro, y como me sentía mal, la mujer que daba losturnos me dio turno para el día siguiente. Fui al médico y ahí mismo me dijeron que vaya al cardiólogo. Tenía un 99% de las arterias tapadas. Me tuvieron que colocar tres stents”, precisó.

“No lo podían creer que estaba con vida y además que una vez que me colocaron los stents se me fue la acidez”, remarcó.

Esta compleja situación y la llegada de Alessandro, su hijo que hoy tiene nueve años, le hicieron poner un freno, reenfocar su vida y pegar la vuelta. “Todo lo que gané traté de invertirlo acá porque tengo a mi familia y a mis amigos y era donde quería estar”.


Un influencer solidario

Ya devuelta en el país, Alejandro también incursionó como emprendedor y ahí se dio cuenta de las dificultades que hay para llevar adelante un negocio autosustentado. Es por eso que decidió darles una mano a aquellos que deciden ser sus propios jefes y los promociona desde su cuenta de Instagram con más de medio millón de seguidores. “Mi cable a tierra pasó a ser esto de los emprendedores, devolverle algo a la Argentina de lo que me dio, entre ello los dos títulos, y soñar con cosas imposibles como modificar la Ley de emprendedores para que no paguen monotributo durante un año, cuando recién arranca. Acá dejás una artesanía en un local y te exigen factura. En diferentes estados de Estados Unidos está ley funciona muy bien”, sostuvo.

(Foto: gentileza Alejandro Monno)
Foto: gentileza Alejandro Monno

“Después de la pandemia surgieron muchos emprendedores, de lo menos te imaginas hay porque el argentino tiene muchas ideas copadas, pero la reman en dulce de leche y a veces no tienen las herramientas o estrategias para implementar en sus negocios”, resaltó el modelo y añadió que esa situación lo motivó a hacerles publicidad gratis. “Lo alcanzas con la perseverancia y la constancia”, agregó-.

Además, contó que inclusive hizo el casting para Gran Hermano para entrar con el objetivo de alcanzar más seguidores y así que sus promociones lleguen a más personas. Próximamente, también, se va a organizar un desfile que servirá para promocionar también.

“La solidaridad que hay de parte de toda la gente, que labura las 24 horas me emociona y me da ánimos para seguir adelante. Esta gente es el motor de la Argentina”, completó. /TN