Este viernes, el directorio de la entidad aprobó la evaluación Ex Post que, conforme a su estatuto, realiza el FMI con todos los programas que requieren financiación por encima de la participación de cada nación. La Argentina excedió esa barrera tanto en el Stand By de 2018 como en el Facility de Ampliación de Fondos de 2022. El plan económico del gobierno libertario fue muy elogiado por la directora gerente Kristalina Georgieva.
En el informe íntegro, divulgado este sábado por el FMI, el equipo técnico detalló las razones del fracaso en el rendimiento del programa en 2022 y 2023, aunque también evaluó las acciones del gobierno de Milei e hizo algunas reflexiones sobre lo que requerirá la Casa Rosada en el futuro después de implementar su primer año de plan económico.
En este contexto, el FMI admitió que “el establecimiento de un ancla fiscal fuerte, que eliminó el financiamiento deficitario por parte del Banco Central, puso en marcha el elemento clave que faltaba en el programa original”. Además, destacó el cambio de las Leliq al Tesoro, la devaluación preliminar en diciembre de 2023, la liberación de ciertas limitaciones cambiarias y la aprobación de la Ley de Bases.
De cualquier manera, también planteó observaciones y advertencias para lo que viene: “Para allanar el camino hacia la recuperación del acceso a los mercados será necesario adoptar una estrategia creíble para desmantelar los controles cambiarios, una mayor flexibilidad cambiaria y un papel más significativo de la política monetaria”, definieron los técnicos del FMI.
“La fuerte acumulación de reservas cambiarias durante 2024 reflejó la devaluación gradual del 120% en diciembre de 2023, la flexibilización de las condiciones de sequía y la amnistía (blanqueo) fiscal. Al mismo tiempo, la presencia de amplios controles cambiarios (que será necesario desmantelar para aliviar las distorsiones y recuperar el acceso a los mercados de capital) y la apreciación del tipo de cambio real como resultado de la preservación de un tipo de cambio de paridad lenta podrían dificultar la acumulación continua de reservas cambiarias”, apuntó el equipo técnico en otro tramo del informe.
Por otra parte, consideró el staff que “con una política fiscal anclada en una meta fija (equilibrio presupuestario), mantener la competitividad externa y suavizar las fluctuaciones en respuesta a los shocks requeriría tanto un mecanismo más eficaz de ajuste externo, en particular una mayor flexibilidad cambiaria”, en referencia a un tipo de cambio con un comportamiento menos estricto que el actual crawling peg, que por el momento sigue en 2% mensual pero que podría incluso ser más lento.
También puso de relevancia la necesidad de “un papel más fuerte de la política monetaria (en concreto, garantizar una tasa de interés real positiva que responda adecuadamente a la evolución de la inflación para asegurar el equilibrio interno y, al mismo tiempo, respaldar los objetivos de estabilidad externa)”, explicó el Fondo Monetario. “Estas consideraciones sugieren que, a pesar de los importantes avances logrados en los últimos meses, el camino para resolver el problema de la balanza de pagos de Argentina sigue siendo desafiante”, concluyeron en ese aspecto.
En el plano fiscal, el FMI reconoció la transición rápida hacia el superávit que decidió el gobierno libertario aunque hizo objeciones sobre el perfil de ese ajuste y cómo debería ser en adelante. “Para mantener y consolidar los avances iniciales en la estabilización probablemente será necesario ampliar el esfuerzo de reforma fiscal y mejorar aún más las condiciones sociales para fortalecer la aceptación de la población”, escribieron los técnicos.
“Además de las medidas fiscales de alta calidad (mejora de la progresividad del impuesto a la renta personal y reducción de los subsidios), una parte considerable de la recuperación fiscal inicial se logró mediante profundos recortes al gasto discrecional, incluida la inversión pública y los salarios, así como medidas de ingresos temporales o puntuales”, en referencia al impuesto PAIS o las incluidas en el paquete fiscal.
“A medida que se afiance la estabilidad macroeconómica, las políticas deberán orientarse hacia lograr que los avances fiscales sean más duraderos abordando las rigideces fiscales estructurales: haciendo que la recuperación de costos de las tarifas de energía sea automática, mejorando la sostenibilidad del sistema de pensiones y la masa salarial pública, reduciendo la naturaleza distorsionante y la complejidad del sistema tributario y mejorando la flexibilidad en las relaciones fiscales con las provincias”, consideró el organismo.
Sobrel la necesidad de un refuerzo de las políticas sociales, el FMI planteó: “La sostenibilidad de la consolidación fiscal también dependerá críticamente de su aceptación social. Las autoridades han aumentado significativamente los beneficios sociales y mejorado la protección contra la inflación de los salarios y las pensiones. Sin embargo, las tendencias recientes —en particular, que después de un intenso período de inestabilidad en 2023 seguido de una marcada consolidación fiscal, las tasas de pobreza aumentaron a más del 50 por ciento a principios de 2024— sugieren que puede ser necesario un mayor fortalecimiento del apoyo social si no se revierte esta tendencia”.
Este tipo de informes -como también las revisiones técnicas trimestrales- suelen incoporar como anexo un apartado con las consideraciones de los funcionarios de cada país. En este caso, el equipo económico planteó un contrapunto con los técnicos del FMI sobre la causa de la baja de la inflación a lo largo del 2024. El organismo opinó que estuvo sostenido principalmente por el ajuste fiscal.
“No estamos de acuerdo con la evaluación del informe de que “la política fiscal asumió la mayor parte del esfuerzo de desinflación”, dijeron los miembros del equipo económico. “Sin los cambios correspondientes en la política monetaria y cambiaria, Argentina habría caído en hiperinflación a pesar del ajuste fiscal. Un nuevo marco de política monetaria, que introdujo agregados monetarios cuantitativos a partir de junio de 2024, fue esencial para romper las expectativas de inflación y acelerar el proceso de desinflación”, retrucó el equipo económico.
“Al mismo tiempo, el tipo de cambio móvil del 2% fue fundamental para anclar las expectativas de inflación y tipo de cambio. Además, permitió al BCRA adquirir más de USD 21.000 millones. Neto de pagos imprevistos de deuda externa, el BCRA cumplirá con la meta de Reservas Internacionales Netas para el año”, aseguró el Gobierno ante el Fondo Monetario. /
Infobae