Tucumán recupera una invaluable colección precolombina que fue llevada desde Choromoro a un museo de Rafaela, en Santa Fe

Miércoles 16 de Abril de 2025, 08:27

INVALUABLE. Los objetos fueron reunidos a mediados del siglo pasado por un inmigrante alemán en la zona de Choromoro. Hoy son devueltas por su nieto.



Más de 600 piezas arqueológicas de gran valor cultural e histórico regresaron a Tucumán tras permanecer durante más de medio siglo en un museo privado de la ciudad santafesina de Rafaela. Se trata de una colección de objetos precolombinos reunida entre las décadas de 1950 y 1960 por Arminio Weiss, un inmigrante alemán que residió en el Valle de Choromoro y que logró conformar un lote de piezas únicas que ahora vuelve a la provincia de donde nunca debieron haber salido.

El retorno del patrimonio fue posible gracias a la voluntad de Carlos Weiss, nieto del coleccionista, quien reconoció el carácter público de los objetos, en cumplimiento de la Ley Nacional 25.743, que establece que todo material arqueológico registrado en el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) pertenece al Estado. La restitución debió resolverse tras un conflicto familiar con un hermanastro de Carlos que se negaba a ceder las piezas, pese a que estaba infringiendo la legislación vigente.

El operativo de traslado, por tratarse de material arqueológico de alto valor, se concretó bajo estrictas medidas de seguridad y con custodia de efectivos de Interpol Argentina. Una vez en Tucumán, las piezas fueron recibidas por el Instituto de Arqueología y Museo (IAM) de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT y por la Dirección de Patrimonio del Ente Cultural, que encabeza el arqueólogo Osvaldo Díaz.

“El estado de conservación es excelente”, destacó Díaz, quien explicó que ahora se lleva adelante un minucioso proceso de identificación y registro individual de cada objeto para su incorporación oficial al patrimonio provincial.

Los objetos cubren un período temporal que va desde el año 1000 a.C. hasta el 1000 d.C. y pertenecen en su mayoría a la cultura Candelaria, originaria del Valle de Choromoro.
El conjunto incluye urnas, hachas, morteros, boleadoras, puntas de flechas, collares de malaquita, figuras humanas, representaciones de animales autóctonos como suris, chanchos del monte, sapos y murciélagos, e incluso un bastón de mando tallado en piedra pulida. También se recuperó una caja con restos óseos humanos, que ya fueron entregados a representantes de comunidades indígenas de la zona.

La decisión sobre el destino definitivo de la colección será consensuada con las comunidades originarias Diaguita Calchaquí Potrero Rodeo Grande, Indio Colalao, Pueblo de Tolombón y Chuschagasta, cuyos representantes participarán del proceso. Entre las propuestas se barajan la construcción de un centro de interpretación o un museo, que podría emplazarse en Choromoro o en la ciudad de Trancas.

“El debate es urgente, porque de no resolverse pronto, las piezas podrían quedar guardadas indefinidamente en depósitos. No es lo que don Arminio hubiera querido”, advirtió Díaz.

El regreso de esta colección a Tucumán marca un precedente en la recuperación del patrimonio cultural y evidencia la necesidad de reforzar los mecanismos legales que impidan el tráfico o la retención indebida de bienes arqueológicos. La colaboración entre organismos estatales, universidades y comunidades indígenas fue clave para resguardar estos tesoros del pasado que ahora, finalmente, podrán ser compartidos con toda la sociedad.