Martes 22 de Abril de 2025, 06:46

Productores de alimentos optaron por abandonar la idea de aplicar aumentos atados a la devaluación del dólar, tras las críticas del Gobierno
Finalmente, no hubo necesidad de armar reuniones entre ejecutivos de las grandes cadenas de supermercados y de productoras de alimentos para negociar nuevas listas de precios.
La "advertencia" hecha llegar por el ministro de Economía, Luis Caputo, a través de su cuenta de X en contra de los incrementos que habían anunciado los fabricantes, luego del lanzamiento de la llamada Fase III del programa económico frenaron el impulso inicial de las empresas, que terminaron por retirar las nuevas listas y mantener las que se encontraban vigentes antes del fin del cepo cambiario y el debut de la banda de flotación del dólar.
Si bien, durante el feriado de Pascuas, fabricantes y dueños de los principales híper del país habían pactado reuniones para reducir las subas que, en algunos productos, habían alcanzado el 12%, todo parece haber quedado en la nada.
El objetivo de estos encuentros era el de acercar posiciones tras la negativa de los supermercados de aceptar las listas que habían empezado a recibir desde el pasado lunes 21 de abril, cuando el Gobierno anunció las nuevas medidas económicas que estaban atadas al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para recibir una ayuda financiera de u$s20.000 millones.
Las críticas de Luis Caputo
Los retoques habían sido denunciados por el titular del Palacio de Hacienda el mismo día que fueron recibidos por el sector supermercadista.
"Hoy los supermercados grandes rechazaron la mercadería con lista de precios nueva de Unilever y Molinos con subas de 9% a 12%", escribió Caputo el lunes de la semana pasada en la ex Twitter, y cerró el mensaje con el emoji de aplausos repetido cuatro veces.
La opinión del funcionario no dejó de sorprender en el mundo empresario si se tiene en cuenta que forma parte de un gobierno que se dice liberal y promercado, que auspicia acuerdos entre sectores y rechaza las políticas de controles de precios y las amenazas que recibían fabricantes y retailers de parte del kirchnerismo cada vez que se retocaron valores en las góndolas.
Sorprendió también que solamente la multinacional alimenticia y la empresa controlada por el holding local de la familia Pérez Companc haya sido las apuntadas, cuando lo mismo hicieron otras empresas como S.C Johnson; Aceitera General Deheza o Softysm, entre otras productoras de artículos de consumo masivo.
Precios en supermercados y alimenticias: retoques frenados
En las compañías explican que la marcha atrás en los aumentos se trató de una decisión comercial basada en que, luego de los anuncios del Gobierno con relación al dólar, la cotización de la moneda norteamericana casi no registró variaciones, lo que las hizo reflexionar en cuanto a la necesidad de dejar sin efecto las nuevas listas que había comenzado a enviar ni bien se conocieron las pautas de la nueva fase del plan económico.
"Como el dólar bajó, tras los anuncios, tomamos la determinación de suspender las listas que se habían confeccionado, por lo que podemos decir que finalmente no hubo aumentos", argumentaron en una de las alimenticias locales.
"Es cierto que dimos marcha atrás porque no hubo un movimiento del dólar que hubiera justificado subas en los costos que insumos que importamos, por lo cual no tenemos nada que trasladar al precio, aunque sí seguiremos monitoreando la evolución de la moneda norteamericana", agregaron en otra compañía local.
Antes de tomar esta decisión, las fabricantes habían argumetando precisamente lo contrario, que la devaluación encubierta que supuso el fin del cepo les "pegó" en el costo de varios insumos y componentes importados que utilizan en los productos que fabrican y que, por lo tanto, debían trasladar ese aumento al precio de venta con el que se envían a los depósitos de los hipermercados.
Sin embargo, se encontraron con la negativa de las cadenas de supermercados a aceptar las listas y, por ende, convalidar subas en los precios de los productos que exhiben en sus góndolas.
La reacción de Caputo a este escenario no fue objetiva sino que se enmarca en la decisión que bajó el propio Javier Milei a sus funcionarios para que se oculte "bajo la alfombra" los efectos no deseados del inicio del nuevo esquema de flotación y el acuerdo con el FMI.
Cepo e inflación: mercado sin plafón
En el Gobierno entienden que para los próximos meses el INDEC difundirá índices de inflación más cercanos o por encima del 4% que del objetivo libertario de alcanzar el 1% este año y lograr inflación cero en el 2026.
Por eso el mensaje de Caputo durante el segundo día de apertura del cepo, teniendo en cuenta que el dólar oficial no se disparó mientras algunas empresas pretendieron convalidar aumentos que, para las autoridades libertarias, "harán ruido en el IPC de abril y quizá de mayo", tal como lo admitió un funcionario.
También existe coincidencia en que el mercado no tiene "plafón" para convalidar listas con fuertes subas de precios, principalmente teniendo en cuenta la fuerte caída del consumo que se evidencia desde hace ya varios años y de que las medidas oficiales no justifican incrementos que se pretendía imponer.
Por eso, en un primer momento y para poder llegar a un acuerdo en ese sentido, se les iba a pedir a las empresas que abrieran sus costos para analizar en qué parte de la cadena de producción hubo presión sobre el costo derivado de la devaluación del dólar y de esa forma, convalidar un traslado limitado al precio final del producto.
Otro de los argumentos de las cadenas para no aceptar las listas se vincula a la facilidad para importar alimentos del exterior a partir de la eliminación o reducción de aranceles que viene definiendo el gobierno nacional para facilitar el ingreso de productos de otros países para, de ese modo, evitar una presión inflacionaria sobre la industria nacional.
En los relevamientos que llevan a cabo las asociaciones de consumidores locales ya se informa sobre la llegada de pan de Brasil; pastas de Italia; atún de Ecuador; papas fritas de Paraguay; aceite de España; espinaca de Bélgica; cervezas de Alemania y hasta lácteos de Uruguay que ya son parte del conjunto de productos ofrecidos en los estantes de los supermercados.
Pero esta creciente realidad no solamente se basa en ofrecer artículos más baratos a los consumidores, sino también a lograr una mayor oferta que haga de "freno" a las intenciones de los productores locales cuando tengan intenciones de modificar sus listas de precios.
"Es cierto que se mandaron listas totalmente linkeadas con la devaluación anunciada por el Gobierno porque muchos de nuestros componentes tienen directa relación con la dinámica del dólar", reconocieron en una de las empresas apuntadas por el Gobierno.
Pero también recordaron que la industria sufre la caída del consumo desde hace por lo menos dos años, con balances y cuadros de resultados que reflejan fuertes pérdidas o ganancias cada vez menores, además de precios que en los últimos 12 meses no acompañaron los índices de inflación en sus aumentos. /iProfesional
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