Martes 22 de Abril de 2025, 14:23
Entrar a la Basílica de San José de Flores se ven fotos y fieles. La gente entre y sale conmovida. "Un padre". Así llaman al Papa Francisco. Delante de su foto, los feligreses rezan arrodillados, esperando quizá escuchar su voz una vez más. Hay velas y canciones de fondo que alguien canta en los parlantes. Flores es el barrio de Bergoglio, de "Jorge", como le gustaba que lo llamaran. Se fue y su huella queda en el barrio de su vida, y en el corazón de todos los creyentes que lo amaban.
Miles de personas visitan la Basílica desde el anuncio de su partida. El lunes a la tarde, una multitud escuchaba la misa de el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva. La conmoción se palpaba en el aire.
Este martes la Ciudad vive su día como siempre, pero dentro de la Iglesia de Flores se puede oír el silencio del adiós a uno de los argentinos más queridos.
Hay personas de todas partes del mundo. Periodistas y medios nacionales e internacionales queriendo saber qué se siente ser devoto de Francisco. Cristina -colombiana y seguidora del fallecido Papa- atiende a este diario con lagrimas en los ojos. Con frescura y tonalidad caribeña, esta periodista de mediana edad, totalmente argentinizada, explica su amor por Francisco.
"El es paz", sintetiza ante las consultas periodísticas. Cada palabra le pesa y se traduce en ojos húmedos.
"Es una pena que un ser humano tan especial para el mundo se haya ido", agrega Cristina. Lamenta que con la muerte de Bergoglio terminó el "papado latinoamericano". Y teme que "pasen mil años" hasta que "podamos volver a ver un papa sudamericano y argentino sentado en el Vaticano".
Alicia también está acongojada. Es de San Justo y vino a la Basílica de Flores con su hija para despedir a Francisco. "Era un Papa muy querido para mí", comenta. Y lo quería por una razón muy simple: "Cuando tenés tantos problemas en la vida, uno va perdiendo la fe. Pero cuando él apareció, me dio mucha esperanza".
Cuenta que se le "vino el mundo abajo" cuando se enteró de la muerte del Papa. "No sé que va a pasar", reflexiona con ansiedad. Alicia es una voz que expresa la gran preocupación que hay entre muchos fieles. Temen que con la partida de Francisco, termine su legado y su línea filosófica. "Esperemos que la Iglesia no cambia ahora, que no tire a la basura todo lo que construyó Francisco. Sería un horror si eso llegara a pasar", agrega con miras al próximo Papa.
Cristina, colombiana, fue a despedir al Papa Francisco a la Basílica de Flores.
Alicia fue a despedir al Papa Francisco a la basílica de Flores.
Bergoglio era una vecino más de Flores. Y todo el mundo de ese barrio lo conocía. Marcelo, uno de esos laburantes que no paran, se lo encontró en la calle varias veces. Tuvo charlas diminutas, de pocos minutos, cuando aún era Jorge y no Francisco. "Hablamos de temas personales y las cosas que me dijo me ayudaron mucho", recuerda. En la mano lleva un racimo de flores para dejarle al Papa. Marcelo lo quería mucho pero reconoce que le dolió que no viniera. "Estoy con bronca porque nunca vino. Eso me dolió que no lo dejaran". Como Alicia, teme que la Iglesia de otro volantazo con el próximo Papa, y borre el legado de Francisco. "Igual es imposible. Porque lo que hizo es muy grande. Ya no pueden ir para atrás", se consuela.
Marcelo conoció al Papa Francisco en Flores, su barrio. Y lamentó que no haya vistado el paíso como Pontífice.Entre los fieles, caminando de un lado a otros, escuchando a todos, hablando con ellos, está Martín Bourdieu, el párroco de la Basílica. Es el encargo de cuidar una reliquia. No sólo de un edificio religioso, también de un santuario mundial. Conduce el lugar donde Francisco escuchó el "llamado". Dice que se fue "un padre", "un guía". Pero al mismo tiempo subraya que Francisco dejó "un enorme legado que tenemos que cuidar". Recuerda que vivía a dos cuadras de la iglesia, que Flores era su barrio y la Basílica su parroquia, "el lugar donde creció".
Martin lo conoció y lo recuerda con alegría. "Era muy intuitivo, muy inteligente. Tenía mucho sentido del humor". Y en su memoria aparecen los debates futboleros. "Yo soy de River, con lo cual, en ese sentido, siempre que debatíamos sobre fútbol, mucho no podía decir", concluye Bourdieu con una sonrisa al recordar a Francisco, fanático de San Lorenzo. /
Clarín