Sábado 26 de Abril de 2025, 15:10
Lejos de las formalidades del protocolo, Javier Milei y Giorgia Meloni se fundieron en un abrazo estrecho, como dos amigos, cuando se vieron en la Plaza San Pedro minutos antes del inicio del funeral del papa Francisco.Ya habían acordado, sin intermediarios, un encuentro político aprovechando que volvían a estar en la misma ciudad. El Palacio Chigi (gobierno italiano) confirmó a las 13.30 de Roma (las 8.30 de Argentina) que Meloni y Milei compartían un almuerzo privado en la capital.
La cita se concretó en el hotel Ambasciatori, el palacio donde se aloja la comitiva argentina en plena Via Veneto, el escenario de La Dolce Vita. Así lo indicaron fuentes italianas consultadas por La Nación.
Antes de que anocheciera en Roma, a las 19.18 (las 14.18 de Argentina), Milei salió del hotel rumbo al aeropuerto de Fiumicino para regresar a Buenos Aires.
Como fue un encuentro “informal” y coordinado sin mucha anticipación, los líderes se sentaron en el restaurante del hotel y ordenaron platos de la carta. Milei estuvo con su hermana Karina y Meloni, con dos colaboradores. Siguieron la sugerencia de la chef Julieta Viani y del gerente Samuel De Luca, según consignaron fuentes italianas citadas por el Corriere della Sera.
Les sirvieron carpaccio de carne de wagyu con hierbas aromáticas y alcauciles crujientes y una sopa fría de tomate con burrata, como entrada. De plato principal, Milei eligió bife a la parrilla, mientras que Meloni prefirió pechuga de pollo cocinada tres veces. Cerraron la hora y media de charla informal con café (Meloni) y té (Milei).
El cálido abrazo de Milei y Meloni en la Basílica de San Pedro.
Desde la comitiva argentina habían señalado que la reunión tenía por objetivo tratar “temas de la agenda internacional”. Pero en los hechos se trata de un capítulo más en la conformación de una alianza política entre dos líderes con gran afinidad ideológica.
Fue el único encuentro bilateral del presidente argentino en su breve paso por Roma. Durante la ceremonia en la plaza San Pedro se saludó con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y con su esposa Brigitte, que se acercaron hasta donde él estaba.
En cambio, no se cruzó con Donald Trump, que llegó con la ceremonia empezada y se retiró directo al aeropuerto de Fiumicino antes de que el argentino saliera de la plaza. El protocolo los ubicó en la misma fila pero a mucha distancia. /
La Nación