Miércoles 07 de Mayo de 2025, 07:12

El presidente Donald Trump y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, se reunieron en la Casa Blanca
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió en la Casa Blanca al primer ministro de Canadá, Mark Carney, en la primera reunión bilateral desde la llegada del líder liberal al poder. El encuentro buscaba recomponer una relación deteriorada por la guerra comercial, pero derivó en un nuevo cruce por la insistencia de Trump en incorporar a Canadá como parte del territorio estadounidense.
La reunión, celebrada en la Oficina Oval, mostró una escenografía de cordialidad. Sin embargo, las declaraciones de ambos mandatarios reflejaron tensiones de fondo. Carney fue categórico desde el inicio: “ Canadá no está a la venta”, afirmó ante la prensa. Trump respondió con una sonrisa y una frase que repitió en varios pasajes de la conversación: “Nunca digas nunca”.
Trump sostuvo que una eventual anexión traería “impresionantes beneficios” para los canadienses, como “impuestos más bajos” y “un ejército gratuito”.
En tono distendido, incluso consideró: “Sería un maravilloso matrimonio porque son dos lugares que se llevan muy bien”.
Carney replicó apelando al pasado inmobiliario del mandatario: “Como sabés por el negocio de bienes raíces, hay lugares que nunca están a la venta. El lugar en el que estamos sentados ahora. O el Palacio de Buckingham, que visitaste también”.
Durante el encuentro, Trump reiteró que no levantaría los aranceles a productos canadienses como el acero, el aluminio y los automóviles. Ante la consulta de periodistas sobre si Carney podría convencerlo de cambiar esa postura, respondió sin titubeos: “No”.
A pesar de las diferencias, Carney buscó evitar una escalada y habló de avanzar en negociaciones “más amplias”. “La historia de Canadá y EEUU muestra que somos más fuertes cuando trabajamos juntos”, expresó. En conferencia de prensa posterior, el primer ministro canadiense calificó el diálogo como “constructivo” y afirmó que se trató del inicio de “un largo proceso para redefinir la relación”.
Trump, por su parte, consideró que comparten “muchas cosas en común” y elogió el reciente triunfo electoral de Carney: “Fue una de las mayores remontadas de la historia política, quizá mayor que la mía”.
En redes sociales, sin embargo, Trump adoptó un tono más hostil. Poco antes del arribo de Carney, publicó en Truth Social que Estados Unidos ofrecía a Canadá “protección militar gratuita” y agregó: “No necesitamos nada de lo que tienen, salvo su amistad”.
El premier de Ontario, Doug Ford, también respondió con dureza. “Incluso los que apoyan a Trump dicen: ‘Esto es una locura’”, expresó. Luego ironizó sobre la dependencia energética estadounidense: “¿Qué harían sin nuestro uranio? ¿Y sin nuestra electricidad? Hay 1,5 millones de hogares y negocios en Nueva York, Minnesota y Michigan que quedarían sin energía”.
La conversación bilateral concluyó con el compromiso de continuar las negociaciones a nivel técnico y con un nuevo encuentro previsto para la próxima cumbre del G7 en Banff. Mientras tanto, la idea de anexar Canadá, reiterada por Trump desde hace meses, volvió a tensar la relación con el principal socio comercial de Estados Unidos. /BAE Negocios
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