El radical Federico Storani no descarta un frente amplio de sectores de la UCR con Kicillof

Miércoles 07 de Mayo de 2025, 07:32

El histórico dirigente radical aseguró que los espacios opositores al gobierno de Javier Milei deben conformar una alianza "que vuelva a recrear la esperanza en el pueblo argentino".



Luego de su encuentro con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, el dirigente radical Federico Storani sostuvo que los sectores opositores deben reunirse en un frente amplio para derrotar al “Partido Autoritario Conservador” del gobierno de Javier Milei. 

“Es necesario crear una fuerza política competitiva, que equilibre y controle el actual poder, pero que se ofrezca como una alternativa”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Federico Storani es un histórico dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR) y profesor de Derecho Político en la Universidad Nacional de La Plata. En su juventud fue socio fundador de la Junta Coordinadora Nacional, que fue el sustento juvenil del alfonsinismo que triunfó en 1983. Fue diputado nacional de la UCR (1983, 1993 y 2003) y dirigió el bloque de su partido en la Cámara Baja (1995-1999). Fue uno de los fundadores de la Alianza Unión Cívica Radical–Frepaso, donde ocupó el cargo de ministro del Interior del gobierno de Fernando de la Rúa, liderando la corriente Opinión Nacional. Además, está presentando su primera novela, “Almas quemadas", publicada por Eudeba.

En nuestra columna de apertura, “Ganarle a Cristina para vencer a Milei”, planteamos la posibilidad de que Kicillof fuera a construir algo parecido al Frepaso, desde el peronismo no kirchnerista, y luego una alianza con todo aquello que no sea Milei, a lo Lula, como una especie de gran frente amplio en contra de Milei en las elecciones presidenciales próximas. ¿Esta hipótesis le resulta plausible o un disparate?

No, no me parece para nada un disparate. Le diría que es un planteo que, en lo personal, vengo haciendo desde hace tiempo. Aun los sectores que se oponen al gobierno de Milei, que dicen que el gobierno de Milei es malo, que el ajuste no lo pagó ninguna casta, sino los sectores de ingresos fijos, que paralizó la obra pública, que va del Estado de derecho a un Estado de excepción porque gobierna por decretos de necesidad y urgencia, prorroga el presupuesto, utiliza una minoría intensa para practicar el veto sistemático y tantas otras cosas que lo alejan de la República, de la democracia, de una política social, dicen: “Sí, todo esto es malo, ¿pero qué tenemos al frente?”. Y esa es una pregunta que está vigente.

Por lo tanto, creo que estamos en un momento histórico parecido a lo que fue la reunión de la Confitería del Molino en su momento. Aquella sería el Molino 1 y esto podría ser Molino 2. La Confitería del Molino fue la sede que cobijó en ese momento a Chacho Álvarez, que era líder del Frente Amplio, pero también a José Octavio Bordón, a Graciela Fernández Meijide, a Rodolfo Terragno y, por supuesto, en mi caso, como representante del radicalismo. Luego eso maduró, y las fuerzas fueron convergiendo hasta derrotar al menemismo, que tiene muchas similitudes con el actual gobierno de Milei. Nosotros caracterizamos al gobierno de Milei con una sigla como PAC: Partido Autoritario Conservador, que en broma decimos que es un “pacman devora derechos”. Va del Estado de derecho al Estado de excepción para aplicar una política primaria, en contra de la producción, absolutamente inequitativa. Hay que ir gestando una alternativa que vuelva a recrear la esperanza en el pueblo argentino y que se muestre como tal. En ese sentido estamos trabajando desde hace mucho tiempo, y por supuesto que estos gestos que acabamos de dar van en esa dirección.

Se podría decir que el peronismo en su conjunto, como movimiento mayoritario en las últimas décadas de la Argentina, tiene dos componentes esenciales. En primer lugar, el de conservadurismo popular que representó Menem y otros gobernadores históricos de las zonas cuyanas. Por otro lado, está el componente progresista, más de centroizquierda, más porteño, más bonaerense, que representó Cafiero, Chacho Álvarez, y que en algún sentido podría representar Kicillof, que intentó representar Néstor Kirchner, y que después, con Cristina Kirchner, tomó la deriva que tomó. ¿Se podría decir que el problema que tiene hoy el peronismo, en su conjunto, es que Milie agarró ese peronismo conservador popular?

En parte sí, porque todo el menemismo está hoy integrado al gobierno de Milei. Por eso es que nosotros hablamos del PAC, que es el Partido Autoritario Conservador en todas sus variantes. Eso comprende no solamente el sector del peronismo, sino también prácticamente la absorción del PRO. En el caso de la provincia de Buenos Aires, eso es muy, pero muy notable con Ritondo, Santilli, Montenegro, Grindetti, Valenzuela y tantos otros. El PRO ha sido prácticamente absorbido por La Libertad Avanza, pero también debo decir que ha absorbido una parte del radicalismo. Por eso es que es tan importante que se produzca una polarización correcta en la sociedad: la polarización de aquellos que tienen un modelo mucho más conservador, que restringe derechos, y aquellos que tienen una posición claramente más progresista, en cuanto a la progresividad de la ampliación y consolidación de derechos, que llevó mucho tiempo conquistar, y con la vigencia de una democracia más plena.

Este sacudón que dio la muerte del papa Francisco también puso en la vidriera un legado de mayor sensibilidad social, de una empatía con los vulnerables, con los desprotegidos; de defensa del medio ambiente; de un cuidado de las formas, con la tolerancia, la convivencia y la democracia. No es que sea simplemente una cuestión puramente formal, las formas en la convivencia democrática. Es necesario crear una fuerza política competitiva, que equilibre y controle el actual poder, pero que se ofrezca como una alternativa de gobierno futuro.

¿Qué cree usted que va a pasar con el PRO, que era el otro aliado del radicalismo?

Creo que el PRO, en la Capital Federal, está dando los últimos estertores de presencia competitiva. En la provincia de Buenos Aires, en cambio ha sido absolutamente absorbido por La Libertad Avanza. Le queda un remanente, que se intenta reflotar por el propio Mauricio Macri a los efectos de tener un mayor peso de negociación en una eventual alianza con La Libertad Avanza, porque no se plantea ninguna otra hipótesis que no sea una negociación con La Libertad Avanza. Por eso es que nosotros creemos que allí el radicalismo, al menos Futuro Radical, quienes participamos de elecciones internas y obtuvimos el 50 % de los votos en la provincia de Buenos Aires, nos identificamos con un pensamiento socialdemócrata moderno, mucho más similar a lo que en su momento pregonaba Raúl Alfonsín. Por lo tanto, con eso tenemos una incompatibilidad manifiesta.

O sea que usted imagina que el radicalismo se divide en dos, que el PRO es absorbido por La Libertad Avanza, y que se reconstruyen dos polos: uno de derecha y otro de centro o centroizquierda, en el que en cada uno va a haber integrantes de los viejos partidos y las viejas composiciones del pasado. En cada uno va a haber una parte del peronismo, una parte del radicalismo, una parte del Frepaso y una parte de lo que era la Alianza. Lo que se clarifica va a ser, por primera vez, una polarización absolutamente ideológica.

Es lo que creo y es lo que deseo. Sería mucho mejor para el sistema democrático argentino tener dos fuerzas que tienen que convivir, que se equilibren, que se controlen y que se alternen en el ejercicio del poder conforme a la voluntad popular, pero que tengan una identificación mucho más ideológica. Ideológica en un sentido no dogmático, ideológica en cuanto a valores y creencias. Por eso, intenté una identificación ideológica planteándolo desde una socialdemocracia moderna. Pero podríamos decir una defensa de lo nacional, con fuerte sensibilidad social, con respeto del federalismo, con respeto del pluralismo, y con formas y normas de convivencia democráticas mucho más civilizadas.

Claudio Mardones: Quería profundizar sobre el rol de estos cinco gobernadores que tiene el radicalismo. Por un lado, Maximiliano Pullaro, en Santa Fe, viene de la experiencia de la elección constituyente con un millón de votos menos, pero logró que su fuerza política ganara. Alfredo Cornejo, en Mendoza, parece que tiene una relación cada vez más tirante con el presidente Javier Milei. Leandro Zdero, en Chaco, selló un acuerdo con La Libertad Avanza, pero parece que por el peso directo de la billetera federal. Carlos Sadir, en Jujuy, parece sin poder superar el liderazgo de Gerardo Morales cuando gobernó la provincia, y Gustavo Valdés, en Corrientes, termina su mandato este año y no se sabe cómo va a resolver la pelea con Colombi. ¿Cómo caracteriza el poder real del radicalismo en estas cinco provincias?

Es como usted lo describe. Además, creo que cuando se generan grandes movimientos disruptivos, se genera un efecto también “bola de nieve” que va alineando y arrastrando en el buen sentido. Nosotros valoramos muchísimo la experiencia de Pullaro porque ha construido bien alrededor de un planteo claramente predominante del radicalismo, y de un radicalismo que tiene un buen sesgo, mucho más cercano a lo que yo estoy planteando, y con una alianza con el socialismo, que tiene también su poder territorial histórico en la provincia de Santa Fe, que es una provincia productiva, densamente poblada. En los otros casos, si existe un alineamiento de esto que estoy señalando de la provincia de Buenos Aires, Capital Federal y Santa Fe, se va a ir produciendo un efecto “bola de nieve” que va a ir sumando al radicalismo en su conjunto a una experiencia mucho más razonable para el futuro.

CM: Me lleva a pensar entonces que su perspectiva, en el caso de la ciudad de Buenos Aires, mira la experiencia de Lula Levy como candidata radical. Pero ¿cuál es su valoración sobre Leandro Santoro, ese candidato alfonsinista que encabeza la lista del peronismo porteño?

Aclaro que yo estoy apoyando a Lula Levy porque ahí hay una verdadera renovación. Es una mujer joven, muy preparada y creo que es un ejemplo real de renovación. Pero también tengo una muy buena relación con Leandro Santoro, y no es la primera vez que lo digo. Tengo coincidencias también en muchos planteos de fondo con él. Pero yo creo que, si esto que yo estoy señalando se da, finalmente estos dos actores terminarán jugando para la misma dirección que estoy planteando.

CM: ¿Usted cree que, después del cedazo del 18 de mayo, hay chances de que puedan explorar coincidencias para pelear la Jefatura de Gobierno porteño dentro de dos años?

Desde mi punto de vista, sin ser de la Capital Federal, es imperioso que se haga. Creo que hay que terminar con el predominio de la familia Macri que, además, ya desde el punto de vista de la efectividad en la gestión, o de la eficiencia en la gestión, deja muchísimo, muchísimo que desear. Ese era su mayor capital, al menos lo que exhibía propagandísticamente para afuera. Entonces, es necesario un cambio, y la forma de hacerlo es sumando fuerzas que tengan una orientación muy parecida en lo político-ideológico.

Le mandamos un saludo cordial y lo felicitamos por su libro, su primera novela, “Almas quemadas".


Muchísimas gracias. Por supuesto que para mí fue un placer poder realizarla, y me completa como persona.   /Perfil