Puerto Deseado: un viaje a las raíces de la evolución y la historia patagónica

Miércoles 07 de Mayo de 2025, 23:36

La historia de Puerto Deseado se remonta a 1520, cuando la expedición de Magallanes-Elcano buscó refugio en la ría debido a un fuerte temporal. “



Visitar Puerto Deseado es como adentrarse en una página viva de El origen de las especies de Charles Darwin. El viaje remite a los orígenes de la teoría de la evolución y ofrece un contacto directo con un ecosistema prístino, donde la naturaleza salvaje se muestra en su estado más puro.

Ubicada en la costa norte de Santa Cruz, llegar a esta ciudad no es sencillo. Desde Comodoro Rivadavia, el recorrido demanda cerca de tres horas por la Ruta Nacional 3 y la poco transitada 281. El paisaje se transforma a medida que se avanza: de la costa atlántica a la vasta estepa patagónica, con suelos de origen volcánico que anticipan la llegada a un entorno singular. Puerto Deseado, encajonada entre el mar y la ría que lleva su nombre, se asoma como un enclave pesquero de belleza natural y herencia histórica.


Ecos de exploradores

La historia de Puerto Deseado se remonta a 1520, cuando la expedición de Magallanes-Elcano buscó refugio en la ría debido a un fuerte temporal. “De allí su primer nombre: Bahía de los Trabajos Forzosos, por las inclemencias que soportaron”, relata Roxana Goronas, guía local. Años más tarde, en 1586, el corsario inglés Thomas Cavendish bautizaría el estuario como Port Desiré, origen del nombre actual.

La ciudad alberga el Museo Mario Brozoski, único en el país dedicado a la arqueología y conservación subacuática. Allí se exhiben piezas rescatadas de la corbeta Swift, hundida en 1770. La historia naval se combina con la biodiversidad de la región en uno de los principales atractivos turísticos: el Parque Interjurisdiccional Isla Pingüino.

Un santuario de vida silvestre

La excursión a Isla Pingüino parte en lancha desde el puerto. Durante la navegación, de unos 20 kilómetros, es habitual avistar toninas overas, delfines australes y aves marinas como petreles y albatros. En la isla conviven dos especies de pingüinos: los de Magallanes, más conocidos, y los carismáticos penacho amarillo, que llegan cada año a reproducirse entre diciembre y febrero.

El recorrido incluye un trekking hasta el antiguo faro, donde aún se conservan ruinas de estructuras utilizadas para la extracción de aceite y guano en siglos pasados. La experiencia culmina con un espectáculo inesperado: una colonia de más de 300 lobos marinos interactuando con los visitantes desde el agua.

Tras los pasos de Darwin

Otra excursión imperdible es la navegación por la ría Deseado. Javier, el capitán, guía al grupo multicultural entre cañadones y bancos de arena donde se observan cormoranes, patos crestones, ostreros y pingüineras. La navegación silenciosa permite captar en detalle la riqueza de flora y fauna, mientras el sol se despide tras las formaciones rocosas conocidas como los Miradores de Darwin, en homenaje al naturalista británico que recorrió la zona en 1833.


A unos 110 kilómetros de Puerto Deseado, atravesando estepa y caminos de ripio, se encuentra la estancia Cerro del Paso, hogar del llamado Campamento Darwin. Administrado por Facundo, Federico y Benjamín, el lugar conserva vestigios del pasado patagónico, desde antiguos talleres de esquila hasta objetos arqueológicos y una vasta biblioteca dedicada a Darwin.

Patrimonio natural y memoria histórica

El entorno invita a explorar: desde caminatas por el lecho seco de la ría hasta visitas a una cueva con pinturas rupestres de más de 4.500 años. El ocaso, visto desde los acantilados del cañadón, ofrece una imagen imponente de la geografía que fascinó a Darwin en su viaje a bordo del Beagle.

Las actividades en el campamento —navegación en kayak, ciclismo, fogones y charlas científicas— reviven la travesía del naturalista británico. La jornada culmina con una comida típica: cordero a la cruz, acompañado de historias contadas al calor del fuego.

La estepa y algunas ondulaciones pronunciadas del terreno cercanas al cruce de la ría le dan vida al paisaje

Puerto Deseado no solo es una puerta de entrada a la historia natural y la biodiversidad del sur argentino; es también un lugar donde pasado y presente conviven en armonía, ofreciendo una experiencia transformadora para el viajero curioso.