Detectan en Salta y siguen hasta Tucumán una encomienda de pasta base que se convertiría en cocaína en nuestra provincia

Lunes 12 de Mayo de 2025, 04:50

DETECCION Y SEGUIMIENTO. La droga fue descubierta en tránsito hacia Tucumán y se detuvo a quien se prestó para recibir la encomienda y entregarla a los narcos locales.



Un operativo conjunto de Gendarmería Nacional y la Justicia Federal terminó con el secuestro de 13 kilos de pasta base de cocaína en Tucumán, tras una investigación iniciada en la provincia de Salta. El hallazgo —considerado uno de los más significativos del año— reveló una preocupante tendencia: la instalación de cocinas de droga en territorio tucumano y el crecimiento del narcotráfico en la región.

El operativo se concretó mediante la modalidad de “entrega vigilada”. Todo comenzó cuando personal de inteligencia detectó que un hombre había despachado un paquete sospechoso en una empresa de encomiendas de Tartagal, Salta. Al inspeccionar el bulto con autorización judicial, confirmaron que contenía pasta base, sustancia clave en la elaboración de cocaína. A partir de allí, se siguió el envío hasta su destino final en Tucumán.

El sospechoso, un hombre de aproximadamente 50 años sin antecedentes previos, fue detenido al momento de retirar la encomienda en una sucursal de correo en la capital provincial. Aunque su identidad no fue revelada, investigadores presumen que habría prestado su nombre a cambio de una suma de entre U$S 200 y U$S 400. “Muchos hacen de ‘mula logística’ sin saber exactamente el nivel de peligro en el que se involucran”, explicó una fuente cercana al caso.

La pasta base secuestrada podría haberse transformado, tras su procesamiento en una “cocina”, en hasta 78 kilos de cocaína lista para su venta, según cálculos de especialistas. En el mercado ilegal, el kilo de pasta base ronda los U$S 1.700 en zonas de frontera y el de cocaína pura alcanza los U$S 5.000 en Tucumán y hasta U$S 15.000 en Buenos Aires. Además, los residuos del proceso son utilizados para la producción de paco, multiplicando así las ganancias narco. “No pierden nada, todo se convierte en dinero”, señaló un investigador.

Este decomiso refuerza la hipótesis de que en Tucumán operan grupos narcos capacitados para culminar el proceso de elaboración de cocaína, aprovechando la escasa vigilancia en las rutas del NOA y la permeabilidad de las fronteras. “Si quieren saber dónde están las cocinas, recorran Villa 9 de Julio o La Costanera. En las casas donde hay changuitos parados en la puerta, ahí están”, advirtió Francisco Molina, un vecino que asegura convivir a diario con el flagelo.

Desde el Ministerio Público Fiscal se indicó que esta causa se mantiene bajo estricta reserva mientras se intenta identificar a los destinatarios reales del cargamento. “Hay muchas sospechas, pero aún ningún nombre firme”, precisaron fuentes judiciales.

El secretario de Lucha contra el Narcotráfico de Tucumán, Jorge Dib, expresó su preocupación por el hallazgo y confirmó que la provincia continuará reforzando el Operativo Lapacho. “La facilidad con la que se están utilizando las encomiendas para mover droga es alarmante. Sólo este año, ya se incautaron 140 kilos de estupefacientes en esta modalidad, lo que representa un aumento del 20% respecto al año pasado”, indicó el funcionario.

Los especialistas aseguran que este tipo de operativos no sólo busca desarticular envíos, sino también obtener pistas sobre la red de producción y distribución. “El narcotráfico se profesionaliza y se adapta. Nosotros también debemos hacerlo”, advirtió Dib, quien adelantó que se incorporarán más recursos humanos y tecnológicos para intensificar los controles en las fronteras tucumanas.

Este golpe al narcotráfico no solo deja en evidencia el crecimiento del mercado clandestino en Tucumán, sino también la necesidad de fortalecer las políticas de prevención, control y justicia ante un fenómeno que amenaza con desbordar las estructuras locales de seguridad.