Un sector del PJ tucumano pugna por sacar a los extrapartidarios de la lista de candidatos a diputados

Martes 20 de Mayo de 2025, 07:00

PARTIDO JUSTICIALISTA. A días de definir las alianzas, un ala del peronismo busca imponer un artículo de la carta orgánica del partido, que impide llevar candidatos que no tengan al menos dos años como afiliados.



Con las elecciones nacionales del 26 de octubre en el horizonte, el peronismo tucumano alista los últimos trazos de su estrategia política: el frente “Primero Tucumán” se encamina a ser formalizado esta semana con una novedad que marca un giro respecto de las últimas dos décadas. Por decisión del núcleo jaldista, solo podrán integrar las listas de candidatos aquellos dirigentes que estén afiliados al Partido Justicialista (PJ) – Distrito Tucumán, con al menos dos años de antigüedad.

El dato fue confirmado por fuentes del justicialismo local con sede en Virgen de la Merced 157, quienes anticiparon que esta condición será incluida como cláusula en la presentación formal del frente electoral. La decisión no es menor: implica, por ejemplo, que quedarán excluidos de las nóminas figuras relevantes del oficialismo provincial que no militan dentro del PJ, como el ministro de Seguridad, Eugenio Agüero Gamboa, y el titular de Salud, Luis Medina Ruiz.

La medida también pone en pausa cualquier intento de participación por parte de socios extrapartidarios, aún aquellos con peso dentro del armado jaldista. Es el caso de Federico Masso, ministro de Desarrollo Social y referente de Libres del Sur, quien convocó a un acto este viernes en el Club Belgrano bajo la consigna “Primero Tucumán para construir una provincia con justicia social”. Aunque su espacio está confirmado dentro del frente, él no podrá integrar las listas si se mantiene firme el cierre a los no afiliados.

Lo mismo ocurre con Raúl Albarracín, actual secretario de Gobierno y líder del partido provincial Restauración Social. Aunque se perfila como uno de los aportes “radicales” al nuevo frente, su postulación quedaría descartada si se ratifica la exclusividad justicialista.

El oficialismo justificó esta decisión apelando a una cláusula histórica del PJ tucumano: el artículo 64 de la Carta Orgánica, que exige afiliación de al menos dos años para competir por cargos electivos. Si bien esa regla fue suspendida en elecciones anteriores –como en 2023, cuando el PJ integró el frente Unión por la Patria–, esta vez se aplicará con rigor, según adelantaron armadores del gobernador Osvaldo Jaldo.

La decisión también impacta en otro terreno político: las negociaciones con el Partido por la Justicia Social (PJS), que lidera el ex intendente capitalino Germán Alfaro.
Aunque en Casa de Gobierno aseguran que hubo “humo blanco” tras las conversaciones del viernes pasado, aún no se confirma si la alianza incluirá apoyo parlamentario del alfarismo o si, como se especula, Beatriz Ávila —senadora por el PJS— acompañará la estrategia jaldista.

En el plano interno, el cierre del PJ a los extrapartidarios ha sido bien recibido por los sectores más ortodoxos del peronismo. “Se terminó el tiempo de abrir la puerta a todos por conveniencia. Esto ordena, garantiza lealtades y refuerza la identidad justicialista”, sostuvo un consejero partidario consultado por este medio.

El trasfondo de esta movida también responde a un análisis electoral: con La Libertad Avanza posicionándose con fuerza en centros urbanos y capitales provinciales, en el jaldismo entienden que el peronismo necesita revalidarse en su base histórica para contrarrestar la ola libertaria. Y una forma de lograrlo, aseguran, es fortaleciendo las estructuras tradicionales del PJ.

Por ahora, la fórmula de “Primero Tucumán” parece apostar por un frente amplio en alianzas, pero cerrado en candidaturas. Un camino que podría dar oxígeno al justicialismo para resistir los embates externos, aunque no sin tensiones internas por las aspiraciones truncadas de muchos referentes. Mientras tanto, el reloj electoral ya está en cuenta regresiva.