Jefa
y empleado, así se conocieron Alexandra y M. N., en Polonia. Trabajaban
ambos, aunque con distintas jerarquías, en una empresa cuyo rubro no se
conoce de momento. Lo que sí se sabe es que la relación laboral avanzó
hacia una relación sentimental.
Alexandra quedó embarazada y viajaron juntos hacia Bielorrusia,
país natal de ella y limítrofe con Polonia, para que allí naciera la
beba de ambos. Entonces M. N., a comienzos de 2024, comenzó a gestar un
viaje hacia Argentina para que su familia conociera a la beba.
El
padre de él financió la compra de los pasajes y la pareja llegó a
Argentina en marzo de ese año, y desde Buenos Aires fueron hacia
Resistencia, ciudad en la que M. N y su familia viven.
En
las últimas horas, Alexandra pudo reconstruir cómo transcurrió ese casi
año y medio, en el que los allegados de ella tuvieron escasas noticias.
Una denuncia anónima
recibida por la Policía de Chaco alertó sobre situaciones de maltrato
hacia Alexandra que tenía su pareja, M. N. Días antes, la vecina que
hizo esa presentación había visto a la joven bielorrusa llorando en el
patio de la casa.
"Era
un día común. Yo estaba en casa con mi hija y él jugaba en la
computadora. Escuché voces y cuando él entró, ya sabía que era la
policía. Me dijo que saliera con mis documentos", contó Alexandra al Diario Norte.
Y detalló, sobre su relación: "Al principio eran discusiones pequeñas, pero cuando llegamos a la Argentina empezó a mostrarse agresivo.
Allá no era así. Cuando llegué, él se quedó con mi teléfono, decía que
era para ver series, pero después no me dejaba hablar con mi mamá ni con
mis amigas".
"No
tenía chip argentino, ni WhatsApp, ni podía hacer llamadas. Estaba
completamente incomunicada. Ahora me siento libre. Puedo hablar con mi
familia sin miedo", agregó.
El
operativo de rescate fue articulado entre la Subsecretaría de Género,
dependiente del Ministerio de Gobierno de la Provincia de Chaco, la
Fiscalía en turno, la Comisaría de la Mujer y el Poder Judicial. La
intervención fue coordinada por Sonia Valenzuela, que explicó que un
desafío fue el idioma.
"Cada vez que alguien llegaba a visitarlo, él la escondía en una habitación.
La golpeaba, maltrataba y no la dejaba salir. Ella tenía miedo de
escaparse porque desconocía todo, tenía barreras habitacionales e
idiomáticas. Estaba totalmente aislada", dijo Valenzuela a Diario Chaco.
Conforme dispuso la instrucción fiscal, el agresor, identificado como M. N. y de 22 años, quedó detenido e imputado por los delitos de privación ilegítima de la libertad y violencia de género;
mientras que Alexandra fue evaluada por un equipo interdisciplinario y
quedó bajo resguardo estatal. Se trabaja, ahora, en el proceso de
repatriación rumbo a Bielorrusia, junto con su hija.
"Es
una joven muy fuerte. Esta semana pudo salir por primera vez, tomar un
café, empezar a vivir como cualquier chica de su edad", sostuvo
Valenzuela. Alexandra dijo al mismo medio: ""Sueño con darle a mi hija
una buena vida. Una casa, un lugar donde jugar, y enseñarle a elegir
bien a quién tenga a su lado". /Clarin