Hay rankings de competitividad, transparencia, facilidad para hacer negocios. Y existe también, hace seis años, un listado mundial de "calidad de las élites",
que mide cómo los líderes de cada país crean (positivo) o extraen
(negativo) valor en la economía. Según el trabajo, una élite de calidad
expande la economía para todos, mientras una de baja solo incrementa su
porción de la torta, a expensas de los demás.
Es un índice -EQx- que elabora la Universidad de Saint Gallen, con sede en Suiza, y en el cual la Argentina acaba de bajar 16 lugares, del puesto 70 al 86 de 151 países. La caída de este año se da luego de una suba en 2024, cuando había trepado 9 posiciones. La medición local estuvo a cargo de El capítulo argentino estuvo a cargo Pablo San Martín, presidente de la empresa de auditoría SMS Latinoamérica.
Como el año pasado, Singapur lidera el listado, seguido por Estados Unidos (que pasó del 16 al 2 lugar) y Suiza.
El salto de EE.UU. se debe a la creación de valor de la inteligencia
artificial (IA), una variable de la cual también se benefició China, que
subió dos posiciones, hasta el 19° lugar. Completan el top ten Japon,
Corea, Qatar, Nueva Zelanda, Alemania, Países Bajos y Reino Unido.
En contrapartida, varias economías emergentes
se están quedando atrás. Brasil cae 8 puestos hasta el 72, mientras
que Turquía sufre uno de los descensos más pronunciados, con un declive
de 22 ubicaciones, hasta la 84. Rusia sigue mal situada, en el puesto
99; Egipto cae 18 peldaños hasta el 102, y Sudáfrica desciende 10
escalones, hasta el puesto 127.
Para definir una “elite saludable” se tienen 149 indicadores, que se reparten en dos grandes áreas: la de influencia política o poder y la de creación de valor. Dentro de cada una, a su vez, se mide la dimensión política y la económica.
Por ejemplo, dentro de lo que es poder político, se estudia la variable Estado, que está compuesta de diferentes pilares,
como corrupción, apertura, transparencia, participación, libertad de
prensa, movilidad social o mujeres en el poder, y otras como Regulaciones y Humanidad (religión, derechos humanos, comunidad LGBT+)
El caso argentino
Según el trabajo, la caída de la Argentina en el ranking se debe a un "estancamiento hegemónico" —la lucha entre dos grupos hegemónicos con visiones antagónicas para el desarrollo del país que se alternan en el poder sin tiempo suficiente para implementar su visión de
manera duradera y con resultados efectivos— que "se puede ver
claramente en el modo en que Argentina encara el desarrollo económico y
humano".
"Se han priorizado políticas de muy corto plazo impuestas por la hegemonía de turno en detrimento de cuestiones estratégicas consensuadas", agrega.
"El
principal objetivo público declarado del nuevo gobierno de Milei es
reducir la inflación y el tamaño del gobierno. Tras su primer año, el
proceso en el que una de las coaliciones de la élite hegemónica asume el
control y anula las políticas de los anteriores gobernantes está en marcha y sigue la arraigada tradición política argentina", indica el trabajo.
Las llamadas “políticas de shock” han incrementado la concentración de la riqueza en comparación con 2024,
detalla el capítulo argentino del reporte global. Con el tiempo podrá
determinarse si este modelo responde a criterios de sostenibilidad y
posee un potencial real de mejora estructural.
“Tradicionalmente,
la elite argentina no ha utilizado su influencia para crear
oportunidades de trabajo para los ciudadanos. Esto se ve en el caso de
jóvenes con mayor capacitación, quienes eligen desarrollarse en otros
países que ofrecen mejores oportunidades”, evaluó Pablo San Martín.
Sobre eso, agregó: “Las tensiones sociales presionarán sobre la inflación y los niveles del tipo de cambio, postergando la implementación de decisiones de más largo plazo
tales como inversión educativa, sistemas de salud, soluciones al
déficit de viviendas o una reforma tributaria de fondo, que sería el
punto de partida para un crecimiento sostenido en beneficio de todos los
sectores de la población”.
El carácter extractivo de la élite argentina se ve en que la riqueza está ahora concentrada en menos manos que en 2024. "Comenzando con un indicador clave para evaluar la calidad de una democracia, el acceso a la información a través de la libertad de prensa (puesto #54) muestra un descenso notable en comparación con el año pasado (puesto #31).
La
concentración de la riqueza durante el año se expresa en el coeficiente
de GINI sobre la distribución de la riqueza nacional neta - tasa de
crecimiento de 3 años durante 2025 (pasó del puesto 22 al 139). /Clarín