Viernes 30 de Mayo de 2025, 09:07

La carne está barata, pero los celulares son muy caros en este país.
El debate nacional sobre el precio de las empanadas desató un nuevo capítulo sobre si Argentina es cara o barata en dólares. Un informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea analizó los valores de bienes y servicios en Argentina, comparándolos con 99 países mediante una canasta de 30 productos extraídos de la plataforma Numbeo.
El estudio revela una economía con marcadas disparidades.
Mientras la indumentaria y la electrónica son significativamente más costosas, la carne, el vino y los servicios públicos destacan por su bajo costo relativo.
La ropa y los bienes durables, como los productos electrónicos, se encuentran entre los más caros de Argentina. Por ejemplo, un vestido de Zara, unos jeans Levi’s o unas zapatillas deportivas pueden costar entre 60% y 100% más que en otros países, y un celular hasta 70% más. Estas diferencias se atribuyen a una moneda apreciada, un dólar relativamente estable, altos impuestos internos y restricciones a las importaciones, según Marcelo Capello, responsable de la sección Fiscal de Ieral.
Además, bienes como el agua mineral y el pan lactal también presentan precios elevados en comparación internacional.
Por el contrario, los servicios públicos y algunos alimentos son más accesibles. El transporte público cuesta aproximadamente el 20% del promedio global, y servicios como electricidad, gas y agua son competitivos. En alimentos, la carne vacuna tiene un precio que representa la mitad del promedio internacional, mientras que productos como leche, huevos, pan y manzanas valen entre un 60% y un 80% del costo global. Comparada con países vecinos, la canasta de 11 alimentos en Argentina (US$ 36,4) es más barata que en Chile (US$ 45) y Uruguay (US$ 44), pero más cara que en Brasil (US$ 29).
Entre los productos más económicos, destacan el vino (posición 90 en el ranking de precios más altos), la cuota mensual de gimnasio (79), el bife de nalga o peceto (78) y los cigarrillos (76). Esta heterogeneidad en los precios refleja una paridad cambiaria baja, aún tras la flexibilización del cepo, y el impacto de tributos al comercio exterior y restricciones cuantitativas. Ieral subraya que una moneda apreciada eleva los costos en dólares, especialmente en bienes no transables, lo que genera desafíos para la competitividad.
El informe destaca la necesidad de políticas que promuevan eficiencia y competitividad en sectores con precios altos, como la indumentaria y la tecnología. La estructura de precios heterogénea de Argentina, con sectores muy competitivos y otros significativamente más caros, evidencia las complejidades de su economía. Estas distorsiones, agravadas por impuestos y barreras comerciales, requieren un enfoque integral para equilibrar costos y fomentar un mercado más competitivo a nivel internacional. /El Economista
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