Jueves 12 de Junio de 2025, 08:08
La reciente ratificación de la condena a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de administración fraudulenta en el caso de la obra pública concedida al empresario Lázaro Báez en la provincia de Santa Cruz, vuelve a poner en el centro de la escena la detención de Carlos Menem, el primer presidente preso luego de la recuperación de la democracia en 1983.
Casualmente, hoy se cumplen 35 años del día en el que Menem expulsó a su familia de la Quinta de Olivos. Ocurrió exactamente un 12 de junio de 1990, luego de que Zulema Yoma, su mujer y su hija Zulemita salieran como tantas mañanas después de la asunción del poder y de instalarse en el nuevo hogar a realizar sus actividades.
Pero al regresar, ya entrada la tarde se encontraron con una sorpresa: se les impidió el ingreso por estricta orden del presidente de la Nación, que había rubricado un decreto que especificaba que su esposa no podía entrar, mientras el jefe de la Casa Militar, brigadier Andrés Antonietti, desplegaba agentes de policía en el frente de la casa y los alrededores.
Entretanto, el secretario legal y técnico Raúl Granillo Ocampo se esforzaba por aclarar que la orden impartida por Menem no involucraba a sus hijos, pero Carlos Junior, que se encontraba dentro de la residencia, salió a aclarar que no había sido así, que los echó a todos. Y fue más allá cuando afirmó que esa determinación lo alejaba de su padre para siempre.
El escándalo no tenía precedentes: los medios de comunicación se agolpaban en la puerta de la quinta para escuchar a la hasta ahí Primera Dama. Curiosamente Zulema venía de hablar con ellos hacía poco, precisamente el 7 de junio, el día del periodista, en el que denunció su lucha contra los corruptos, quizá el motivo de su expulsión de la residencia presidencial.
Ya fuera de la casa, Zulema subía la apuesta y acusaba de corrupción al propio presidente y a sus lugartenientes. Menem por su parte preparó el terreno. Había partido el 28 de mayo para una gira que culminaría en Roma, justo para presenciar el partido de inauguración del Mundial de Italia 90 entre Argentina y Camerún que terminó con derrota para el seleccionado nacional.
Menem fue presidente durante dos períodos: El transcurrido entre 1989/95, y luego resultó reelecto hasta fines de 1999. La causa que lo llevó a estar detenido fue la de la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. El juez federal Jorge Urso lo llamó el 7 de junio de 2001 para que prestara declaración indagatoria, el ex presidente se negó y terminó preso como presunto jefe de una asociación ilícita y coautor de falsedad ideológica. Cumplió prisión preventiva durante 167 días en una casaquinta de Don Torcuato que pertenecía a Armando Gostanián, su amigo y Director de la Casa de Moneda durante toda su gestión.
Carlos Menem junto a su hermano Eduardo, la mañana luego de conocerse la noticia que la Corte Suprema acordó la descalificación de la figura de asociación ilícita para la causa de contrabando de armas
Tenía setenta años para entonces, por lo que le correspondía el beneficio del encierro domiciliario. Hacía menos de dos meses que se había casado -el 26 de mayo de 2001 y después de tres años de relación- con Cecilia Bolocco, quien había quedado como garante judicial del arresto. La prensa cubría los acontecimientos desde fuera de un perímetro delimitado por una lona verde de una residencia de seis mil metros cuadrados. Su rutina, signaban los medios por entonces, se había desacoplado: alternaba estados de ánimo así como visitas de dirigentes políticos, empresarios y personajes de la farándula. Jugaba a las cartas, dormía siesta, veía películas, leía y a veces lo sorprendían manifestaciones partidarias desde las inmediaciones.
Ese expediente provocó todo tipo de polémicas y generó idas, vueltas y opiniones diversas. En setiembre de 2011 terminó absuelto por el Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 3. Pero en marzo de 2013, la Sala I de la Cámara de Casación revocó la absolución, condenó a Menem por contrabando agravado y ordenó al mencionado tribunal oral que había dictaminado la absolución que estableciera una pena. Tiempo después fue condenado a siete años de prisión. La sentencia fue confirmada por el Tribunal de Casación en 2017.
El expediente siguió su curso hasta llegar a la Corte Suprema, que ordenó a otra sala de la Cámara Federal de Casación Penal revisar la sentencia para respetar la garantía del “doble conforme”. Así, en octubre de 2018 la Sala I terminó absolviendo a los imputados por prescripción.
La Corte Suprema de Justicia lo exculpó porque se había violado su derecho a ser juzgado en un plazo razonable y quedó libre
Fueron varios procesos judiciales los que debió enfrentar, como el juicio oral relacionado con el atentado contra la sede de la AMIA ocurrido el 18 de julio de 1994, que dejó un saldo de 85 muertos y donde estuvo sospechado de encubrimiento pero terminó absuelto.
Otra investigación en la que lo absolvieron fue en la de la venta del Predio Ferial de Palermo a la Sociedad Rural Argentina. Primero, en marzo de 2019 resultó sentenciado a tres años y nueve meses de prisión por apropiación indebida de un espacio público en favor de un tercero, delito de peculado. Pero para fines de ese año la Sala III de la Cámara de Casación determinó que se había violado la garantía de ser juzgado en un plazo razonable.
Haciendo un poco de historia, la primera vez que Carlos Menem fue detenido sucedió un año después de haberse recibido como abogado, en 1956, acusado de participar en una conspiración peronista para derrocar al gobierno de facto.
Hasta que el 24 de marzo de 1976 la historia volvió a repetirse cuando era gobernador de La Rioja. Entre quienes lo derrocaron y lo apresaron estaba nada menos que César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani, quien luego en 2013 y hasta 2015 fuera Jefe del Estado Mayor del Ejército durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Menem con total tranquilidad les auguró en esa oportunidad que volverían a verse las caras cuando fuera presidente de la Nación.
Una imagen de cuando Carlos Menem fue un preso político en Las Lomitas, Formosa, en 1980
Estuvo una semana recluido en el Regimiento de Infantería 15 de La Rioja y luego fue llevado al barco 33 Orientales en el puerto de Buenos Aires. En julio de 1976 lo trasladaron a un centro de detención en Magdalena. Y un año después le negaron la salida de la cárcel cuando murió su madre, Mohibe Akil. Ya en 1978 abandonó el penal gracias a un decreto de Jorge Videla y pasó al régimen de domicilio forzado en Mar del Plata, hasta que fue obligado a trasladarse a Tandil.
En febrero de 1980, tras 19 meses de domicilio forzado, Menem regresó libre a Buenos Aires y volvió a la actividad política. Pero en setiembre de ese año la dictadura lo volvió a detener en su departamento de Cochabamba al 2600, en Capital Federal. Terminó primero en el cuartel de Gendarmería de Las Lomitas, a 250 kilómetros de la capital formoseña. Y finalmente en la casa de la familia Meza, donde vivió un romance con Martha, docente y política como él, fruto del cual tuvo otro hijo, Carlos Nair.
Recién el 8 de enero de 1981 logró obtener su libertad, se instaló en La Rioja. Y en 1983 volvió a convertirse en gobernador de la provincia, el camino previo hasta llegar al sillón de Rivadavia seis años más tarde. /Infobae