Martes 17 de Junio de 2025, 17:09
El caso de Franco Ezequiel Almiron (32) llegó a una instancia procesal decisiva. La Unidad Fiscal de Homicidios II, a cargo de Carlos Sale, pidió la elevación a debate oral y público contra Javier Nicolás Medina Quintana y Héctor Luis Lobo, los efectivos policiales del Grupo Especial de Apoyo Motorizado (GEAM) acusados de atacar a la víctima el 29 de agosto del año pasado en calle Martín Berho al 2.000, al noreste de la capital.
La auxiliar de fiscal Luz Becerra informó que la pretensión de pena del MPF es de 14 años de prisión de cumplimiento efectivo para Medina Quintana, a quien considera autor del delito de homicidio agravado por abuso de sus funciones y por arma de fuego, en grado de tentativa. Con respecto a Lobo, dos años de prisión de ejecución condicional por encubrimiento agravado, por no haber denunciado el hecho cometido por otro cuando tenía la obligación de a hacerlo, agravado porque el delito es especialmente grave y porque es funcionario público.
La teoría del caso
El 29 de agosto del 2024, entre las 09:00 y 09:30 horas aproximadamente, Almirón se encontraba tomando bebidas alcohólicas junto a dos amigos en una gruta ubicada en la avenida Martín Berho al 2000 (San Miguel de Tucumán). Al haber recibido llamados al 911 que solicitaban la presencia policial por disturbios ocasionados en dicho lugar, se hicieron presentes en dos motocicletas tres empleados policiales de la Unidad Especial GEAM. Uno de los rodados era conducido por Lobo, quien llevaba como acompañante a Medina Quintana, y en el otro se dirigía Aráoz.
Al llegar a donde estaba la víctima y las otras dos personas, Medina Quintana se bajó de la moto, les dijo que se queden quietos y con una escopeta calibre 12 provista por la repartición policial, abusando de su función y con firmes intenciones de provocar la muerte, le realizó un disparo dirigido a la cara de Almirón, que le causó heridas de suma gravedad, por las cuales estuvo internado en estado crítico en el hospital Centro de Salud, a donde fue llevado por su familiares en un vehículo particular.
Luego de efectuar el disparo, Medina Quintana se volvió a subir a la motocicleta y los tres policías se dieron a la fuga del lugar.
Ninguno de ellos puso en conocimiento de las autoridades que había sido herida una persona durante el procedimiento, siendo que Lobo y Aráoz tenían la obligación –como miembros de la fuerza policial– de denunciar el delito cometido por su compañero.