Uno de cada tres trabajadores tiene miedo de que una IA los reemplace.
Uno de cada tres trabajadores cree que la Inteligencia Artificial podría quitarle su empleo
Jueves 19 de Junio de 2025, 06:19
La revolución de la Inteligencia Artificial no es solo una promesa de productividad y eficiencia, sino también una fuente de creciente incertidumbre para millones de trabajadores en todo el mundo. A medida que esta tecnología avanza a pasos agigantados, una pregunta se instala en el aire: ¿mi puesto de trabajo está a salvo? Un reciente informe global pone cifras a esta inquietud al revelar que un porcentaje importante de empleados ve a la IA como una amenaza directa para su futuro profesional.
El estudio, titulado Habilidades del Futuro, y elaborado por Santander, encuestó a 15.000 personas de entre 18 y 65 años en 15 países de Europa, Norteamérica y Sudamérica, incluyendo Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay, y sus resultados son contundentes: casi uno de cada tres trabajadores (el 28%) considera que la Inteligencia Artificial podría sustituir su puesto de trabajo en el futuro.
La investigación reveló también que la percepción de ser reemplazado por la IA es particularmente notoria entre ejecutivos de alta dirección y profesionales de sectores donde la disrupción tecnológica avanza a mayor velocidad, como finanzas, tecnología y comunicaciones, transporte y logística. La preocupación no termina ahí: un 19% de los encuestados a nivel global cree que su empleo actual directamente no existirá en la próxima década. La incertidumbre es tal que el 56% cree que acceder al mercado laboral será cada vez más difícil. En el prólogo del informe, Ana Botín, presidenta ejecutiva de Santander, afirmó que el auge de la IA no solo está transformando nuestra forma de trabajar, sino también de vivir y aprender. Ante este escenario, la pregunta es clara: ¿estamos preparados y somos capaces de adaptarnos a este nuevo mundo?
La respuesta del informe apunta directamente a la necesidad de lo que llama recalificación y nuevas competencias, ya que el Foro Económico Mundial estima que la mitad de la mano de obra mundial necesitará reciclarse en los próximos años. En ese aspecto, un alarmante 31% de los consultados admitió no sentirse preparado para los cambios que se avecinan, lo que, según el reporte, evidencia una brecha en la percepción de adaptación que requiere atención urgente. Frente a esta situación, la formación continua emerge como un imperativo. De hecho, 8 de cada 10 encuestados (el 81%) siente la necesidad de seguir ampliando sus habilidades con formación continua, y esta cifra asciende al 87% entre quienes poseen estudios universitarios.
Las principales motivaciones para esta búsqueda de conocimiento incluyen adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral y tecnologías, mejorar sus CV y competitividad profesional, y aumentar la eficiencia y productividad en el trabajo. El 73% de los encuestados señaló que la formación continua será esencial para mantenerse en el mercado laboral y considera vital la necesidad de adquirir nuevos conocimientos y habilidades a lo largo de la vida.
La Inteligencia Artificial y la ciencia de datos son, sin dudas, las áreas que captan el mayor interés formativo: el 61% de los encuestados las ve como las más demandadas en los próximos cinco años. Incluso, un 58% las considera esenciales para conseguir y mantener un empleo.
Una responsabilidad compartida: ¿quién asume el costo? El paradigma educativo cambió: la formación ya no es un proceso con fecha de inicio y fin, sino que extiende durante toda la vida. Pero, ¿quién debe ser el principal responsable de esta capacitación constante? Casi la mitad de los encuestados (43%) opina que las empresas deberían ser las principales encargadas de ofrecer formación continua a sus empleados, una postura más marcada en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, en América Latina, la perspectiva se invierte: el 42% de los encuestados en Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay cree que la responsabilidad de formarse es individual. Un 25% a nivel global, y un 27% en Latinoamérica, atribuye esta obligación al sector público.
Ante esta realidad, los resultados del estudio reflejan una preocupación creciente: ya no se trata solo de conseguir trabajo, sino de mantenerse vigente en un mundo laboral incierto y en evolución constante. La capacidad de adaptarse, aprender y dominar nuevas habilidades es cada día algo más importante y una ventaja para cualquier trabajador. El futuro, que ya es presente, exige moverse, actualizarse y aprender de forma continua para no quedar atrás. /TN