Domingo 22 de Junio de 2025, 20:03
Julio Alberto Alanís murió este domingo, a la edad de 74 años, y su partida enluta al ambiente musical y cultural de la ciudad. Su zamba “Monteros en mi recuerdo” es considerada un himno en el tradicional festival folklórico.Monteros llora la partida de uno de sus hijos más queridos. Era bioquímico de profesión y músico de alma, falleció domingo y su muerte deja un profundo vacío en la historia artística del oeste tucumano.
Desde niño, Julio brilló con su guitarra y su voz, integrando junto a su hermana Marta un grupo infantil que marcaría época: Los Ñuñorquenitos, bautizado así en homenaje a los cerros Ñuñorco grande y Ñuñorco chico, guardianes naturales del pueblo. Aquella primera formación fue el germen de lo que años después se consolidarían como “Los Ñuñorqueños” y, finalmente, “Los de Monteros”.
En este último conjunto, Julio fue tercera voz, primera guitarra y director musical. Compartió escenario con referentes como César “Pepón” Robles y su hermana Marta, ambos ya fallecidos, y Daniel Fregenal, sosteniendo una trayectoria sólida durante décadas, con presentaciones en toda la región y múltiples grabaciones en discos de pasta, cassettes y CD.
"Su impronta fue también autoral. Entre las obras que firmó, sobresale una zamba que ya es parte de la memoria afectiva colectiva: “Monteros en mi recuerdo”, una pieza que suele convertirse en himno en cada edición del festival Monteros de la Patria, Fortaleza del Folklore", lo recuerda el profesor, "Fredy" Bazan, amigo y compadre de Alanis.
Julio no solo armonizaba voces y melodías: también tejía puentes entre generaciones, entre la ciencia y el arte, entre la raíz y el vuelo. Su paso por la vida fue discreto, pero su legado es profundo.
El nombre de Julio Alanís ya está inscripto en la historia grande de la música monteriza, esa que no se olvida porque vive en las guitarras, en las peñas, en las noches del festival y en la memoria de un pueblo agradecido. /
Monterizos