Miércoles 25 de Junio de 2025, 23:44

Expertos recomiendan incorporar cambios simples pero efectivos en la rutina diaria para proteger la piel durante los meses más fríos.
Por Redacción Contexto TucumánLas
bajas temperaturas no solo obligan a usar más abrigo. También representan una amenaza silenciosa para la
salud de la piel. Sequedad, enrojecimiento, grietas e incluso infecciones son algunas de las
consecuencias más comunes durante una ola polar, según alertan especialistas de instituciones como Cleveland Clinic y Mayo Clinic.
En esta época del año, la
exposición constante al aire frío y seco del exterior, combinada con la calefacción en interiores, genera un
desequilibrio en la hidratación natural de la piel. Este fenómeno, sumado a
duchas calientes y el uso de productos inadecuados, puede debilitar la barrera cutánea, favoreciendo la
pérdida de humedad.
“La vasoconstricción reduce el flujo sanguíneo y limita el aporte de oxígeno y nutrientes. A esto se suma la resequedad del aire calefaccionado, que intensifica la deshidratación”, explica la dermatóloga Andrea Pascual, del CMC Mendoza de Boreal Salud.
Además,
zonas expuestas como el
rostro, las
manos y los
labios son particularmente vulnerables. La
piel tirante, descamada o agrietada no solo es incómoda: en casos graves, puede sangrar o infectarse. También pueden agravarse
condiciones preexistentes como rosácea, dermatitis o psoriasis, e incluso
aumentar la caspa en el cuero cabelludo.
Seis hábitos esenciales para cuidar la piel en invierno
Frente a estos riesgos, los expertos recomiendan incorporar cambios simples pero efectivos en la rutina diaria para proteger la piel durante los meses más fríos:
1. Hidratar por dentro y por fuera
Beber agua regularmente y aplicar cremas hidratantes dos veces al día ayuda a preservar la barrera natural de la piel. Se aconsejan fórmulas con ceramidas o ácido hialurónico.
2. Usar limpiadores suaves
Evitar jabones perfumados o con ingredientes agresivos es fundamental. Optar por productos hipoalergénicos mantiene el equilibrio cutáneo sin causar irritación.
3. No olvidar el protector solar
Aun en días nublados o con nieve, los rayos UV siguen impactando la piel. La protección solar debe seguir siendo parte de la rutina diaria.
4. Cuidar labios y manos
Ambas zonas requieren atención específica. Se recomienda el uso frecuente de bálsamos labiales y cremas ricas en emolientes para evitar grietas dolorosas.
5. Alejarse del calor directo
Las estufas, radiadores y duchas muy calientes deshidratan la piel. Es preferible mantener una temperatura ambiente moderada y baños tibios, no prolongados.
6. Elegir los productos adecuados
Las lociones livianas suelen contener más alcohol y fragancias, por lo que se prefiere el uso de cremas o ungüentos más densos, que aportan mayor hidratación y protección.
Grupos que requieren mayores cuidados
Los adultos mayores de 40 años tienden a tener una piel naturalmente más seca, por lo que deben reforzar el uso de hidratantes. Las personas con afecciones como rosácea o psoriasis deben extremar precauciones: el frío, el estrés y ciertos hábitos (como el consumo excesivo de cafeína) pueden empeorar los síntomas.
En cuanto al cuero cabelludo, la caspa suele intensificarse con el clima frío. Los dermatólogos aconsejan rotar el uso de diferentes champús anticaspa para evitar que pierdan efectividad.
“La clave está en anticiparse. El frío puede tener un impacto visible y molesto si no se actúa a tiempo. Prevenir, proteger e hidratar son los pilares de una piel sana en invierno”, concluye la Dra. Pascual.
En resumen: cuidar la piel en invierno va más allá de una cuestión estética. Es una necesidad de salud que requiere constancia, buenos productos y hábitos conscientes frente al desafío de las bajas temperaturas.
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