Domingo 29 de Junio de 2025, 07:42

INFIERNO. La joven no logra impedir que el sujeto use el celular de su emprendimiento para acosarla de la peor manera, mientras la justicia santiagueña no consigue dar con el paradero del pervertido.
Una mujer de 41 años, vecina del barrio El Rincón en la ciudad santiagueña de La Banda, se convirtió en víctima de un prolongado y angustiante caso de acoso sexual virtual que ya fue denunciado ante las autoridades policiales y judiciales.
El hostigamiento, que lleva al menos tres meses, consiste en reiteradas videollamadas desde distintas plataformas, en las que un sujeto aparece completamente desnudo, masturbándose frente a la cámara mientras profiere insultos y frases sexuales ofensivas.
Según consta en la denuncia radicada en la Comisaría Comunitaria Nº 56, la damnificada —una emprendedora que se dedica a la venta de prepizzas desde su domicilio— cree que el agresor obtuvo su número personal de las redes sociales, donde promociona sus productos. “Fue un error que ahora estoy pagando muy caro”, relató con angustia al momento de hacer la presentación formal.
El primer episodio ocurrió, según su testimonio, a través de una videollamada por Messenger.
Al atender, la mujer se topó con la imagen perturbadora de un hombre masturbándose, completamente desnudo, mientras decía frases de contenido sexual explícito. Inmediatamente, lo bloqueó. Pero el agresor volvió a contactarla, esta vez por Telegram. Tras otro bloqueo, recurrió a Google Meet, desde donde también intentó conectarse sin éxito.
“El acosador parece decidido a no dejarla en paz. Usa cada canal disponible para reanudar el hostigamiento”, explicaron fuentes judiciales. Ante la continuidad del acoso y el temor por su seguridad, la mujer optó por acudir a la Justicia.
Tras recibir la denuncia, la Fiscalía de la circunscripción Banda y Robles ordenó la inmediata intervención de la División de Delitos Cibernéticos, con el fin de identificar al autor del hostigamiento y avanzar hacia su detención. La causa fue caratulada como acoso sexual virtual, un delito que, si bien no siempre implica contacto físico, genera en la víctima un grave daño psicológico, angustia y temor.
Los investigadores trabajan en el rastreo de IPs y registros digitales para dar con el responsable. También se solicitaron oficios judiciales a las plataformas desde las cuales se produjeron los contactos, a fin de recolectar evidencia.“La mujer vive en constante estado de alerta, temiendo que el acosador pueda localizarla o pasar a una instancia más grave. Aunque hasta ahora el hostigamiento fue virtual, las consecuencias emocionales son reales”, confiaron desde su entorno.
Desde el Ministerio Público se remarcó la importancia de este tipo de denuncias y se instó a otras personas que puedan estar atravesando situaciones similares a que se acerquen a la Justicia:
“No hay que naturalizar ni silenciar estas formas de violencia. Hoy, el acoso también ocurre desde una pantalla”, señalaron voceros judiciales.
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