Jueves 03 de Julio de 2025, 21:26
Miguel Figueroa, conocido como “Miguelón”, volvió a pedir, a través de su defensa, que le permitan cumplir en una cárcel tucumana las condenas que pesan en su contra por tres homicidios ocurridos en Villa 9 de Julio. En una audiencia que se celebró hoy, el Ministerio Público Fiscal dio a conocer que el condenado envió un escrito reiterando el pedido y anticipando que, si no tenía una respuesta satisfactoria, contrataría al famoso abogado porteño Fernando Burlando para que lo represente.
Miguelón está preso en el penal de Ezeiza, cumpliendo prisión perpetua por tres homicidios por los que fue condenado en 2024. Fue trasladado allí por su mal comportamiento en el penal de Villa Urquiza.
Pero, en marzo de este año, envió un audio de Whatsapp en el que advertía que los responsables de sus padecimientos iban a experimentar con sus propios hijos el dolor que sentía él por la reciente muerte del suyo, que se quitó la vida recientemente. El hecho fue considerado una grave amenaza, dirigida hacia el gobernador Osvaldo Jaldo, los fiscales Carlos Sale, Ignacio López Bustos y Pedro Gallo y el juez de Ejecución Gonzalo Ortega.
Como el audio fue enviado desde el teléfono de su esposa, Marcela Noemí Díaz, la mujer también está imputada por las amenazas y con prisión preventiva. Justamente, la audiencia de este mediodía se realizó para prorrogarles a ambos la medida.
La fiscalía argumentó que necesitaba más tiempo porque también debe investigar, de manera conexa, a un hombre acusado de sacar fotos en la puerta de la casa del hijo de uno de los fiscales amenazados, Carlos Sale. El pedido fe aceptado y ambos permanecerán detenidos 22 días más, aunque Miguelón ya está cumpliendo dos perpetuas.
Justamente en este marco es que el Ministerio Público Fiscal mencionó que el condenado había avisado que, si no obtenía el traslado hacia esta provincia, contrataría al mediático abogado Burlando. Miguelón pide que, si no le otorgan el permiso de cumplir su condena en nuestra provincia, le organicen un viaje para que él pueda visitar la tumba de su hijo, puesto que no le dieron permiso para asistir a su velorio.