Sábado 19 de Julio de 2025, 21:02
La
inteligencia artificial no solo avanza en campos productivos o científicos, también comienza a ocupar un lugar cada vez más visible en la
escena artística. El caso más reciente y resonante es el de
The Velvet Sundown, una banda de rock creada íntegramente con el apoyo de inteligencia artificial que, en apenas semanas, superó el millón de oyentes mensuales en Spotify.
Presentado como un proyecto musical experimental, The Velvet Sundown se define en su perfil oficial como
“una banda de música sintética guiada por una dirección creativa humana, compuesta, cantada y visualizada con el apoyo de la IA”. Según sus creadores anónimos,
no se trata de un truco publicitario, sino de una obra que busca “explorar los límites de la identidad, la autoría y el futuro de la música”.
El enigma forma parte del atractivo.
Poco se sabe sobre quiénes están detrás del proyecto. Un intento de develar el misterio se dio con una
entrevista publicada en Rolling Stone a un supuesto mánager de la banda, Andrew Felon, pero fue rápidamente
desmentida por los mismos responsables, quienes aclararon mediante un comunicado en Spotify que se trataba de un impostor.
Un fenómeno que genera incomodidad
Más allá de la curiosidad que despierta, el caso de The Velvet Sundown volvió a encender el debate sobre la irrupción de la inteligencia artificial en el terreno creativo. Músicos y artistas expresaron su malestar por lo que consideran una competencia desleal: proyectos sin artistas “de carne y hueso” que no solo compiten en las plataformas, sino que también ganan visibilidad y oyentes a gran velocidad.
En ese sentido, el CEO de Spotify, Daniel Ek, defendió la permanencia de este tipo de contenidos en la plataforma. Aseguró que se permitirá la música generada por IA siempre que no imite la voz ni el estilo de artistas reales sin su consentimiento, una postura que refuerza la idea de que los límites entre lo humano y lo artificial seguirán difuminándose.
¿El futuro de la música?
Mientras crecen los interrogantes sobre la autoría, los derechos y el impacto cultural de estas creaciones, The Velvet Sundown continúa ganando terreno. Su estética oscura, letras introspectivas y sonido que remite al rock alternativo de los ‘90 han captado la atención de oyentes en todo el mundo, aunque muchos desconocen que detrás de esos temas no hay músicos tocando instrumentos, sino algoritmos entrenados para generar melodías y voces artificiales.
La aparición de bandas como esta plantea nuevos desafíos para la industria y reabre un debate incómodo: ¿puede la inteligencia artificial ser considerada una verdadera autora artística? ¿Qué lugar ocuparán los músicos humanos si este fenómeno se multiplica?
Por ahora, The Velvet Sundown ya dejó de ser un experimento de nicho para convertirse en un fenómeno masivo. Su crecimiento es un indicio claro de que el cruce entre arte y tecnología no solo llegó para quedarse, sino que también cambiará, quizás para siempre, la forma en la que entendemos la música.