La zona más afectada fue Ica, ubicada a 400 kilómetros al sur de Lima, donde la visibilidad quedó reducida por densas nubes de polvo que cubrieron gran parte del territorio. El fenómeno se extendió también a Arequipa, Moquegua y Tacna, en la frontera con Chile, generando interrupciones en el tránsito, daños a viviendas, caída de árboles, carteles publicitarios y postes de luz.

Según un informe preliminar del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), el evento causó afectaciones en infraestructura urbana y vial. En distritos limeños como Surco y La Molina, los vientos derribaron árboles sobre vehículos y provocaron cortes de electricidad en sectores como el Callao, donde la empresa Pluz Energía trabaja en la restitución del servicio.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) atribuyó el fenómeno a un anticiclón del Pacífico Sur, cuya intensificación inusual y desplazamiento hacia el continente provocó vientos descendentes de alta velocidad, capaces de levantar arena y polvo en zonas áridas. “Es un giro antihorario que, al aproximarse a la costa, incrementa la velocidad de los vientos”, explicó Rosario Julca, especialista del organismo.
En Ica, una de las joyas turísticas del sur peruano por sus dunas y oasis, las autoridades decidieron interrumpir el tránsito y suspender las excursiones y actividades recreativas durante varias horas. El Senamhi emitió una alerta meteorológica que advierte que los vientos fuertes podrían persistir hasta el domingo, con velocidades moderadas a intensas en toda la franja costera. Las autoridades locales, junto al Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), comenzaron a relevar los daños materiales y evaluar los riesgos para la salud, especialmente en personas con enfermedades respiratorias, que podrían verse severamente afectadas por el polvo suspendido en el aire.
Imágenes viralizadas en redes sociales y medios locales muestran ciudades bajo una luz anaranjada, automovilistas detenidos en las rutas y ciudadanos cubriéndose el rostro con pañuelos y mascarillas improvisadas. En ese contexto, el Indeci recomendó a la población evitar actividades al aire libre, proteger nariz y boca con mascarillas, asegurar techos y ventanas, y mantenerse alejados de árboles y estructuras inestables.
Aunque las tormentas de viento no son extrañas en esta parte del país, la intensidad de esta tormenta tomó por sorpresa a especialistas y habitantes por igual. Algunos expertos advierten que este tipo de fenómenos extremos podrían volverse más frecuentes o intensos en el futuro, producto de variaciones climáticas globales.
Mientras tanto, las autoridades peruanas insisten en reforzar la prevención y monitoreo frente a este tipo de eventos, y piden a los ciudadanos máxima precaución hasta que mejoren las condiciones meteorológicas.