Fue el 32do penal fallado por Messi en toda su carrera, con 113
que terminaron en gol. Hacían casi tres años que el capitán rosarino no
se quedaba con esa sensación de bronca entre los dientes. La última vez
que desperdición una situación de estas características está bien
clarita en la memoria de los argentinos: fue el 30 de noviembre de 2022,
en el partido en la fase de grupos contra Polonia del Mundial de Qatar,
cuando Wojciech Szcz?sny voló para sacársela.
El propio Leo
contó que errar contra los polacos le permitió ajustar sus remates en lo
que siguió de aquella aventura inolvidable de la Scaloneta por Medio
Oriente. Venía de convertir ante Arabia Saudita y tras fallar con
Szcz?sny se volvió infalible en los duelos realmente importantes: dos
contra Países Bajos, uno ante Croacia y dos más frente a Francia en la
final.
Si solo se cuentan los penales en tiempo regular, Messi
llevaba seis penales convertidos en forma consecutiva: los tres
mencionados en la Copa del Mundo y tres más con la camiseta del Inter
Miami: uno ante Nashville, por la MLS; otro contra Los Angeles FC
(atajaba el francés Hugo Lloris, casualmente) por la Concachampions; y
el último hace un par de semanas, frente al peruano Pedro Gallese, del
Orlando City, por la Leagues Cup.
Pero volviendo al partido del
Inter contra Charlotte, la mala para Messi se hizo todavía peor un
ratito después porque en la jugada siguiente el dueño de casa se acordó
de lo bien que juega y llegó tocando hasta el arco que defiende Oscar
Ustari. La acción terminó en un centro rasante que el israelí Idan
Toklomaty definió sin problemas para marcar el 1-0.
Messi, con
poca claridad e impreciso como pocas veces, se fue al entretiempo con
gesto serio. Es el primero que entiende que a su limitado equipo le
cuesta todo el doble, pero esta vez fue él quien quedó como responsable.
La
segunda mitad comenzó todavía más cuesta arriba porque Charlotte marcó
el 2-0: sólo precisó hacer un par de toques para dejar parada a la
defensa de los de Miami, que a veces pareciera que juegan en ojotas por
lo imprecisos y lentos. Fue Toklomaty, otra vez, el que estuvo en el
lugar indicado para empujarla debajo del arco.
Era la gran noche
del delantero israelí, que no contento con marcar el primer doblete de
su carrera se hizo cargo de un penal para firmar un hat-trick que será
histórico: Charlotte, con su novena victoria consecutiva en una misma
temporada, igualó el récord logrado por Seattle Sounders en 2018. Ahora
irá por la 10, el número que anoche se extrañó en Inter Miami.