Lunes 15 de Septiembre de 2025, 08:43

EN CRISIS. Costos en alza y consumo en baja complican el presente de los productores de frutas y verduras de Tucumán.
La Sociedad de Productores de Frutas, Hortalizas y Afines de Tucumán encendió las alarmas sobre la delicada situación que atraviesa el campo provincial y nacional. El dirigente agrícola Ricardo Cecilia calificó el escenario como una “crisis tremenda, histórica, casi terminal”, marcada por el encarecimiento de los insumos, la caída de precios y los efectos devastadores del clima.El referente explicó que el aumento incesante de los insumos es uno de los principales factores que golpean al sector. “El combustible sube dos veces por semana, algo nunca visto. Antes eran ajustes del 5 o 7% al mes. Así no se puede planificar nada”, denunció.
A la suba del gasoil se suman incrementos en semillas, agroquímicos, aceite, neumáticos y baterías, lo que encarece la actividad y limita la preparación de las próximas cosechas. “Los precios de venta no alcanzan ni para cubrir la cosecha, muchos productores terminan regalando o perdiendo lo que producen”, advirtió Cecilia.
El derrumbe de los precios agrava el panorama. Como ejemplo, mencionó la papa, que pasó de $1.500 a $450 por kilo en pocos meses. “Una bolsa se vende en el mercado entre 3.500 y 4.500 pesos, pero al productor le llegan apenas 2.500 o 3.000. Así no hay forma de reinvertir ni de guardar insumos para el año que viene”, lamentó.
El dirigente también alertó sobre el desgaste social que provoca la crisis. “Los hijos y los nietos ya no quieren seguir en la finca. Prefieren un sueldo seguro antes que vernos sufrir. Y los que quedamos, no sabemos si terminaremos nuestras vidas siendo agricultores”, señaló con preocupación.
El abandono del campo por parte de las nuevas generaciones amenaza con dejar sin relevo a miles de pequeños y medianos productores, lo que podría debilitar aún más la estructura productiva de la provincia.
A los problemas económicos se suman los fenómenos climáticos extremos. Tormentas, heladas y lluvias excesivas han destruido cosechas completas. “Hoy estamos rogando que no llueva. Muchos levantan lo que pueden antes de las tormentas, aunque el precio sea bajo. A veces no queda ni para el consumo de la familia”, describió Cecilia.
El productor también cuestionó la falta de políticas oficiales de contención. “Antes los gobiernos controlaban los precios de insumos claves. Hoy está todo liberado. Se veta el dinero de los jubilados y la universidad, pero al combustible, que mueve la producción y el transporte, lo dejan subir como quiere”, criticó.
El testimonio refleja el desamparo y desconcierto de miles de agricultores que ven amenazada su subsistencia. Sin medidas que regulen los costos y con un mercado en baja, el sector agrícola tucumano enfrenta una encrucijada que compromete no solo el presente de las familias rurales, sino también el futuro del campo argentino.
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