La trama detrás de las disputas del poder narco dentro de la Villa 1-11-14: Los capos más temibles, de "Dumbo" a "Pequeño J"
Lunes 29 de Septiembre de 2025, 21:30
Las vinculaciones de los presuntos autores del triple femicidio llegan hasta los capos históricos de la Villa 1-11-14, como "Marcos" Estrada González.
La reciente investigación judicial sobre el narcotráfico en Buenos Aires reveló que un joven conocido como Pequeño J., quien cumplió 20 años mientras residía en Argentina, tomó las riendas de la operación en la Villa 1-11-14. Este hecho ocurrió tras la expulsión del país de dos figuras clave: Marcos Estrada González, vinculado a Sendero Luminoso, y Raúl Martín Rivera, alias Dumbo, ambos con antecedentes en organizaciones criminales violentas.
Estrada González controlaba históricamente la Villa 1-11-14 hasta que Dumbo asumió el mando tras su caída. Posteriormente, al perder también Dumbo su influencia, Pequeño J. se posicionó como líder del sector. Según fuentes judiciales citadas en la transcripción, "se cree que Pequeño J. no es familiar directamente de Marcos Estrada", aunque se investiga si existen vínculos más cercanos entre los involucrados.
La villa funciona como centro estratégico para almacenar droga antes de su distribución nacional e internacional. Las maniobras incluyen ocultar cargamentos durante meses para despistar a las autoridades e incluso entregar parte de los envíos para facilitar el paso de otros mayores. El nivel creciente de violencia y temor a represalias por parte de organizaciones peruanas más grandes motivan el seguimiento judicial intensivo.
El allanamiento a la casa de Pequeño J
En la noche del viernes, la Policía allanó la vivienda de una mujer que solía alojar a Tony Janzen Valverde Victoriano, alias Pequeño Jota. Allí incautaron una pistola Glock calibre 40, un pasaporte nuevo a nombre del narco, recibos de transferencias hacia Perú por cientos de miles de dólares y un esquema de recaudación montado a través de Mercado Pago.
La hipótesis de los investigadores es que Pequeño Jota está prófugo, posiblemente refugiado en una estructura en Jujuy y con destino final Perú. Detrás de él, se esconde una organización con larga historia: durante años, el control de la cocaína en el sur porteño estuvo en manos de personajes vinculados a Sendero Luminoso y, paradójicamente, también de militares que decían combatirlos.
Valverde sería sobrino de Marcos Estrada —histórico jefe narco de la 1-11-14— y primo de su sucesor, conocido como Dumbo. Con apenas 23 años, intentaba quedarse con lo que consideraba “la herencia de la familia”. Todo este entramado fue encubierto por efectivos de la Policía Federal y de la Ciudad, que disimulaban muertes similares al triple crimen enviando los cuerpos, a veces descuartizados, a diferentes hospitales para diluir responsabilidades.
El viernes también declaró un chofer de aplicación ante el fiscal Adrián Arribas. Contó que transportó a dos hombres embarrados desde la casa de Florencio Varela, donde mataron a las jóvenes, hasta otra vivienda cercana. En ese lugar apareció la pala con la que cavaron el pozo donde enterraron los cuerpos.
El relato confirma que el crimen estaba planificado: la camioneta usada para llevar a Brenda, Morena y Lara había sido robada y el pozo cavado antes de su llegada, pasada la medianoche.
La grabación del femicidio fue realizada por Miguel Ángel Villanueva Silva, detenido junto a su pareja en un hotel alojamiento. Villanueva, oriundo del mismo pueblo que Pequeño Jota, admitió haber filmado la masacre y transmitido las imágenes a unos 45 integrantes de la banda. Según la hipótesis del fiscal, el ataque fue una venganza: una de las chicas se habría quedado con dinero o droga./A24