Lunes 06 de Octubre de 2025, 06:29
Ya empezaste a mirar fotos de playas en Instagram, a googlear precios de vuelos y a calcular en la cabeza si este verano te vas a animar a cruzar la frontera o te vas a quedar en la Costa. No sos el único: en medio de un año en el que la salida de dólares por turismo alcanzó niveles récord y los viajes al exterior se multiplicaron, muchos argentinos ya planean dónde descansar después de meses de ajuste e inflación.
Los números lo confirman: pese a la recesión, el primer año de Javier Milei cerró con un drenaje histórico de divisas al extranjero. Según datos oficiales, las utilidades, dividendos y pagos al exterior se triplicaron entre 2023 y 2024, pasando de $6 billones a $17,6 billones. Una parte importante de ese flujo se explica por turismo y consumo en el extranjero, que volvió a dispararse con fuerza.
En ese marco, la pregunta que se hacen hoy miles de familias de clase media es concreta: ¿conviene comprar ahora los pasajes de avión, o esperar a ver qué pasa después de las elecciones de octubre?
La incertidumbre electoral y el dólar
Los especialistas coinciden en que la decisión está atravesada por la política. Carolina Berardi, analista económica y docente universitaria, lo resumió sin rodeos: "Conviene comprar ahora en dólares y al oficial. Después de las elecciones va a haber algún tipo de modificación del régimen cambiario y el tipo de cambio va a tender a subir", dijo a iProfesional.
La advertencia tiene lógica: en un escenario donde el dólar oficial aparece como insostenible en el mediano plazo, la expectativa de una devaluación posterior a los comicios se da por descontada en los mercados. "Si congelás el tipo de cambio pero pagás el 30% de impuestos, a quienes pagan Ganancias después les devuelven algo. Pero para quienes no tienen ese reintegro, es sentarse a esperar la devolución. En cambio, si comprás los dólares ahora, asegurás tu gasto sin sorpresas", agregó Berardi.
Vuelos internos: cuotas y aumentos en la mira
El panorama no es distinto para los vuelos dentro del país. Juan Louge, operador del sector turístico, destacó que los pasajes domésticos hoy todavía se pueden pagar en cuotas, gracias a acuerdos entre bancos y agencias de turismo. Pero advirtió que esa ventana podría cerrarse pronto.
"La idea es que vos congeles ahora el precio de tu viaje, sobre todo si es por Argentina. El mercado está abierto a cuotas para viajes domésticos y conviene aprovecharlo, porque después de octubre seguramente las tarifas se van a recalcular", señaló Louge.
A eso se suma que, en dólares, la Argentina está cara. "El país se convirtió en un mercado emisivo: los argentinos prefieren irse afuera. En la Feria Internacional de Turismo, todos estaban alarmados porque si aumenta el dólar, la financiación se puede caer o encarecer mucho. Por eso, las agencias ya empezaron a ofrecer algo nuevo: hasta tres cuotas en dólares, algo impensado hace unos años", explicó el operador.
El exterior: destinos más elegidos
Mientras tanto, las estadísticas muestran que los viajes al exterior no se frenaron, sino todo lo contrario. Según datos del sector, los destinos más elegidos por los argentinos son Brasil, Uruguay y Chile en la región; y Estados Unidos y España entre los de larga distancia.
La lógica detrás de esas elecciones es simple: Brasil está más devaluado que la Argentina, lo que hace más barato para los argentinos consumir en destino. Uruguay, en cambio, se volvió un "refugio premium" por su estabilidad, aunque con precios más altos. Y Chile, que había perdido atractivo en años anteriores, recuperó terreno gracias a la cercanía y a la flexibilidad de vuelos.
En los viajes de mayor presupuesto, Estados Unidos sigue siendo la meca de las compras, y España el punto de entrada a Europa más buscado por la combinación de idioma, gastronomía y conexiones aéreas.
¿Comprar ya o esperar?
Florencia Fiorentin, economista jefa de EPyCA Consultores, fue categórica: "Tanto para vacacionar a nivel local como en el extranjero, siempre convino sacar los pasajes con la mayor anticipación posible".
Los especialistas consultados coinciden en que el riesgo no está en comprar antes, sino en esperar demasiado. Una eventual devaluación, combinada con inflación y aumentos en las tarifas aéreas, podría encarecer fuertemente los pasajes después de octubre.
Hoy, las agencias y aerolíneas ofrecen distintos esquemas de pago:
Pasajes domésticos en pesos con cuotas fijas, en muchos casos hasta 12 pagos sin interés, según el banco.
Paquetes al exterior en dólares, con la novedad de las tres cuotas que permiten distribuir el gasto.
Compra de dólares oficiales para pagar pasajes, opción que evita el 30% de impuestos en la tarjeta pero requiere contar con billetes en mano.
En cualquier escenario, la recomendación de los expertos es clara: anticiparse, congelar precio y tipo de cambio y asegurarse disponibilidad en vuelos y hoteles.
El bolsillo en el centro
El dato no es menor: el consumo privado creció incluso en medio de la recesión y con caída del salario real. Los argentinos ajustaron en muchos rubros, pero el turismo siguió ocupando un lugar central, ya sea con escapadas cortas, viajes al exterior o vacaciones dentro del país.
Ese fenómeno se explica por varios factores: la necesidad de cortar con meses de crisis, el temor a una devaluación que encarezca todo de golpe y, también, la tradición cultural de "irse de vacaciones" como un objetivo irrenunciable para buena parte de la clase media.
Un verano que se juega en octubre
Con este panorama, la definición sobre cuándo comprar pasajes para el verano no depende solo del bolsillo, sino de la política. La inminencia de las elecciones y la expectativa de un salto cambiario posterior hacen que comprar antes aparezca como la opción más segura.
En un país en el que la economía se mueve al ritmo del dólar, los argentinos saben que las vacaciones de verano, ese ritual tan esperado, pueden volverse mucho más caras en cuestión de semanas. Por eso, congelar el precio hoy puede ser la diferencia entre viajar o quedarse en casa.
Las promociones de último minuto
Si bien la recomendación general es anticiparse, en el mercado aerocomercial también existe la otra cara de la moneda: las promociones de último momento. Varias aerolíneas suelen lanzar ofertas agresivas en las semanas previas a determinadas fechas, con tal de llenar los asientos vacíos. Eso genera que muchos viajeros especulen y esperen hasta último momento con la esperanza de conseguir un pasaje más barato.
"Hay consumidores que conocen cómo funcionan estas estrategias comerciales y apuestan a esperar, pero es un juego riesgoso", explican en el sector. Si bien a veces aparecen pasajes a precios sorprendentemente bajos, la disponibilidad es muy limitada y las fechas y horarios no siempre coinciden con las vacaciones planificadas. En un contexto de alta demanda, como el de verano, la posibilidad de acceder a esas gangas es todavía menor.
Por eso, esperar a último momento puede ser un arma de doble filo: si bien existe la chance de aprovechar una promoción inesperada, lo más probable es que el pasaje termine siendo más caro, o incluso que no haya disponibilidad en el destino elegido. /iProfesional