Miércoles 05 de Noviembre de 2025, 18:10
«África está cansada de quedarse en la oscuridad… tenemos que sacarla de ahí, punto y aparte». Este fue el llamamiento urgente que lanzó Akinwumi Adesina en septiembre de 2016 desde Nueva York, un año después de ser elegido presidente del Grupo del Banco Africano de Desarrollo, al subrayar la necesidad imperiosa de electricidad en todo el continente.
Entre 2016 y 2025, el Grupo del Banco Africano de Desarrollo comprometió inversiones por 12,74 mil millones de dólares para llevar electricidad a más de 28 millones de africanos, reduciendo la dependencia de lámparas de aceite o de encender paja para alumbrarse.
Según un informe del Banco Africano de Desarrollo publicado en abril pasado, la energía no solo es uno de los mayores activos naturales del continente, sino también un verdadero catalizador para romper el círculo vicioso de la pobreza. Gracias a los recursos solares incomparables de África, su enorme potencial hidroeléctrico, sus corredores eólicos y sus reservas de energía geotérmica, el continente posee un capital energético aún no plenamente aprovechado.
De ahí que la estrategia de inversión del Grupo se centre en las energías renovables, con el objetivo de lograr el acceso universal a la electricidad para 2030. Sobre esta visión, Adesina afirma en el informe del Banco: «No puedo aceptar que 600 millones de africanos sigan sin acceso a la electricidad. Queremos garantizar el acceso universal a la electricidad para los africanos. África tiene muchas fuentes naturales de energía: solar, hidroeléctrica y eólica».
Durante la última década, el Banco Africano de Desarrollo financió la instalación de 39.821 kilómetros de líneas de distribución, superando sus propias metas y contribuyendo a aumentar la capacidad de generación de energía de África —especialmente de fuentes renovables—, además de financiar la expansión de líneas de transmisión.
Solo en 2024, la financiación del Banco permitió producir 1.019 megavatios de electricidad, construir 2.326 kilómetros de líneas de transmisión a lo largo del continente y conectar a más de 448 mil personas.
El informe agrega que, mediante distintas iniciativas y alianzas —como el Fondo para la Energía Sostenible en África (SEFA), que financia y apoya la preparación de proyectos de energías renovables, y la iniciativa «El desierto como fuente de energía», que busca aprovechar el enorme potencial solar del Sahel para producir 10 gigavatios de energía fotovoltaica de aquí a 2030 y conectar a 250 millones de personas en 11 países desde Senegal, en el oeste, hasta Yibuti, en el este— se ha acelerado el despliegue de soluciones limpias.
Misión 300
En Costa de Marfil —señala el Banco—, Zakaroun Rahamato logró convertirse en la primera ingeniera de la Compañía Marfileña de Producción de Electricidad (empresa privada), donde su proyecto de expansión eléctrica, financiado con 50 millones de euros por el Banco, abrió oportunidades pioneras.
A fines de enero pasado, durante la Cumbre Africana de Energía en Dar es Salaam, el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo emprendieron una cooperación sin precedentes al lanzar conjuntamente la «Misión 300», un programa ambicioso que apunta a conectar a 300 millones de personas a la electricidad para 2030, según el mismo informe.
El Grupo del Banco se comprometió a llevar electricidad a 50 millones de personas, mientras que el Banco Mundial asumió la meta de 250 millones. En la misma cumbre, 12 países africanos prometieron implementar reformas audaces y aumentar los recursos destinados al sector energético para lograr el acceso universal a la electricidad en sus comunidades. Estos países son: Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Liberia, Madagascar, Malaui, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Tanzania, Chad y Zambia.
Entre los apoyos a la iniciativa —según la plataforma Energy Capital (Taqa Al-Sharq)— figuran el programa de la ONU «Energía Sostenible para Todos», la Fundación Rockefeller y la Alianza Global para la Energía de las Personas y el Planeta, junto con bancos de desarrollo y organismos financieros internacionales que se comprometieron con más de 6 mil millones de dólares, entre ellos la Agencia Francesa de Desarrollo, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, el Banco Islámico de Desarrollo y el Fondo OPEP.
Desde 2015, el Banco Africano de Desarrollo ha conectado a más de 25 millones de personas —de un total de 515 millones cuyas vidas se han visto impactadas en África—, incluidas 231 millones de mujeres, las primeras en padecer la falta de energía. Además, el Banco se comprometió a aportar 200 millones de dólares anuales para que más hogares africanos accedan a cocción limpia de aquí a 2030.
Una de las iniciativas más destacadas del continente es la lanzada por Emiratos Árabes Unidos durante el Foro de Inversión de la «Iniciativa de Asociación Acelerada para Desplegar Energías Renovables en África», celebrado en Sierra Leona en octubre pasado, donde se anunciaron alianzas para acelerar el despliegue de renovables en el continente.
Emiratos también reiteró en el foro su iniciativa de inversión verde en África por 4,5 mil millones de dólares, presentada durante la COP28, para habilitar al continente a aprovechar su potencial en energía limpia y financiar la acción climática. La iniciativa apunta a aportar 15 gigavatios de nueva energía limpia para 2030, impulsando un crecimiento industrial sostenible, según la agencia de noticias emiratí WAM.
En agosto pasado, el presidente de la República Centroafricana, Faustin-Archange Touadéra, colocó la piedra fundamental del «Parque Solar de Sakai» en Bangui, dando inicio a uno de los mayores proyectos de energía limpia del país.
Este proyecto, ejecutado por la empresa emiratí Global South Utilities Power —su principal financiadora—, reforzará la red nacional de la República Centroafricana con 60 megavatios adicionales, un paso clave para enfrentar la creciente demanda de electricidad, de acuerdo con un informe de la plataforma Solarabic.
El proyecto, de gran envergadura, se lleva adelante en la República Centroafricana con una inversión de unos 90 millones de dólares y se espera finalizarlo por completo en apenas ocho meses, constituyendo un salto cualitativo en la infraestructura energética del país. Su objetivo es cerrar la amplia brecha en el suministro eléctrico, cuya capacidad de generación pasó de 28 megavatios en 2016 a más de 100 megavatios en la actualidad gracias a inversiones previas, lo que respalda actividades económicas e industriales y lleva electricidad a miles de hogares.
En un informe publicado en octubre pasado, la ONU afirma que, aunque África posee más del 30% de los minerales verdes esenciales del mundo —incluidos cobalto, litio, manganeso y tierras raras necesarios para fabricar baterías, aerogeneradores y paneles solares—, ello no se ha traducido en prosperidad para el continente.
Por ello, durante la Cumbre Africana del Clima 2025, celebrada en Adís Abeba en septiembre pasado, el secretario ejecutivo de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, Claver Gatete, llamó a conformar un frente africano unificado para aprovechar estratégicamente estos recursos.
La actual carrera por la energía limpia, con miras a lograr emisiones netas cero, ha incrementado la demanda mundial de minerales utilizados en baterías, paneles solares y turbinas eólicas, de los cuales África es un proveedor clave.
Más leídas hoy
1
2
Más leídas en la semana
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10