Martes 18 de Noviembre de 2025, 00:26
La Justicia busca intensamente a Carlos Orlando Arévalo (50), acusado de asesinar de un disparo a su expareja, Rosario Vargas (41), en la mañana del lunes en una vivienda de la ampliación del asentamiento Villa Cariño, en Tafí Viejo. La víctima había denunciado al hombre al menos en dos oportunidades y él tenía una orden de restricción vigente al momento del crimen.El caso está en manos de la Unidad Fiscal de Homicidios I, dirigida por el fiscal Pedro Gallo. Según informó el Ministerio Público Fiscal,
minutos antes de las 10 Arévalo llegó al domicilio de Vargas, le disparó al menos cuatro veces y huyó rápidamente a bordo de una motocicleta Yamaha YBR roja. Vecinos que presenciaron el ataque corrieron a auxiliarla: mientras unos intentaban socorrerla, otros alertaron de inmediato a la Policía.
A los pocos minutos llegó el Sistema de Emergencias 107, pero los médicos constataron que Rosario ya no tenía signos vitales. De acuerdo con los primeros peritajes, uno de los proyectiles habría ingresado por la zona malar y salido por la región occipital, provocándole la muerte en el acto.
Antes del mediodía, el asentamiento —formado por viviendas precarias de chapa y madera, frente a un extenso cañaveral y a metros del Pozo de Vargas— quedó rodeado de patrulleros, móviles del MPF y equipos del Ecif, que iniciaron las pericias y el relevamiento de la escena.
Familiares y allegados contaron que Arévalo era conocido de la familia Vargas desde hacía años. El hombre trabajaba como fletero y tenía tres hijos adultos de una relación anterior. Rosario, criada en El Manantial, se había mudado con él a una vivienda en Yerba Buena y, hace cuatro meses, ambos se instalaron en la ampliación de Villa Cariño. Con ellos vivía el hijo menor de la víctima, un adolescente de 13 años que habría estado en la casa cuando su madre fue asesinada.
Los vínculos cercanos a la víctima describen una relación marcada por la violencia y el aislamiento. “Hace un año que no veíamos a Rosario porque él la había alejado de todos”, contó Rosa Vargas, tía de la mujer. “Nos amenazaba cada vez que intentábamos acercarnos. Una vez incluso nos apuntó con una escopeta”, recordó.La Justicia continúa la búsqueda del sospechoso y trabaja en la recolección de pruebas para avanzar con la causa.