Lunes 08 de Diciembre de 2025, 09:23

EXPECTATIVAS VS REALIDAD. Con la inflación fuera de foco, el ahorro vuelve a ser el objetivo de la mayoría de los argentinos, pero el ajuste y la recesión mandan otra cosa.
La normalización del escenario macroeconómico y la desaceleración de la inflación modificaron de manera profunda la forma en que los argentinos administran su dinero. Aunque el ahorro sigue siendo un objetivo ampliamente valorado, la capacidad real de hacerlo se redujo en los últimos meses, según revela un informe reciente de Brain Network, consultora especializada en servicios financieros con más de 25 años de trayectoria.
El estudio, realizado en noviembre de 2025 sobre una muestra de 500 personas de nivel socioeconómico medio y medio-alto, muestra que más del 80% de los encuestados considera importante ahorrar todos los meses, pero apenas el 13% logra hacerlo de manera sostenida. En paralelo, el 56,2% afirmó que llega “justo” a cubrir los gastos mensuales y más de la mitad reconoció que su margen de ahorro se achicó en el último semestre.
El relevamiento, que abarcó a argentinos de entre 21 y 65 años usuarios de cuentas bancarias o billeteras digitales, identificó un cambio clave en la lógica del ahorro. Con una inflación anual que dejó atrás los valores de tres dígitos registrados años atrás, adelantar consumos ya no aparece como una estrategia defensiva válida. “Antes, ahorrar era adelantar compras para evitar aumentos futuros, algo que va a contramano de la noción clásica de resignar consumo presente para construir patrimonio”, explicaron desde la consultora.
El informe también refleja un conocimiento financiero limitado: más del 60% de los consultados definió su nivel de entendimiento sobre inversiones como medio o bajo. Esa brecha se traduce en decisiones conservadoras. Entre quienes logran ahorrar, más del 70% destina ese dinero a cubrir eventuales urgencias y solo el 13% lo hace con la lógica de formar un hábito o potenciar su capital a largo plazo.
La segmentación por ingresos resulta determinante. A mayor nivel económico, crece tanto la capacidad de ahorro como el conocimiento sobre herramientas financieras, lo que habilita inversiones con mayor exposición al riesgo y mejores rendimientos. En el extremo opuesto, los sectores con menor margen disponible y escasa educación financiera ven erosionada su posibilidad de ahorrar, incluso en un contexto de mayor estabilidad de precios.
Lionel Holzman, CCO & Value Offer Head de Brain Network, señaló que los hábitos financieros de los argentinos están fuertemente condicionados por su historia económica. “La relación con la inflación, el valor de la moneda y la incertidumbre marcaron durante décadas las decisiones de ahorro e inversión. Hoy el mercado logró acercarse de forma más simple, tanto en usabilidad como en comunicación, lo que amplió el interés por nuevas soluciones”, afirmó.
El informe también detecta un cambio paulatino en la relación con el dólar. Aunque sigue siendo una referencia psicológica clave, solo el 35% de los encuestados lo considera la única alternativa segura, lo que indica que dos de cada tres ahorristas ya no lo ven como una opción excluyente.
Ese giro se explica en la diversificación de instrumentos disponibles y en el acceso a plataformas más amigables. Junto a las cuentas remuneradas, plazos fijos y cajas de ahorro en moneda extranjera, comienzan a ganar espacio fondos comunes de inversión, bonos, acciones y criptomonedas, especialmente entre quienes cuentan con mayor respaldo económico y conocimientos financieros.
En síntesis, la baja de la inflación reconfiguró el vínculo de los argentinos con el dinero: el deseo de ahorrar persiste, pero el margen es más estrecho y las estrategias se redefinen en un escenario donde la estabilidad no siempre se traduce en mayor capacidad de previsión.
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