Martes 09 de Diciembre de 2025, 11:31
La comunidad de Bonanza, Arkansas, quedó conmocionada tras el hallazgo de Charity Beallis, de 40 años, y sus gemelos de seis años asesinados a tiros dentro de su mansión. El hallazgo ocurrió apenas un día después de que la mujer asistiera a la audiencia final de divorcio con su esposo, el médico Randall Beallis, con quien mantenía un largo conflicto judicial marcado por denuncias de violencia.
El reclamo de una víctima que pidió ayuda y no fue escuchada
En agosto, Charity publicó un mensaje en Facebook que hoy resuena con más fuerza. Allí denunciaba sentirse ignorada por la Justicia: “Soy la víctima, pero me tratan como el problema, mientras el agresor —un médico local— es protegido por el sistema que debería cuidarnos”. Aseguró además haber intentado comunicarse con el fiscal Daniel Shue sin obtener respuesta.
Ese texto, donde advertía que había “vidas en juego, incluidas las de niños pequeños”, adquirió un tono premonitorio tras el crimen.
Una investigación en marcha y un expediente que intentan cerrar
La policía de Arkansas confirmó que realizó allanamientos y entrevistas en las últimas horas y anticipó que habrá nuevas órdenes de registro. Por ahora, no hay detenidos ni sospechosos identificados. Las autopsias serán clave para precisar la secuencia del ataque.
Un dato que generó indignación pública fue que, al día siguiente del hallazgo, el abogado del doctor Beallis solicitó cerrar el expediente de divorcio “debido al fallecimiento de la demandante”.
“Mi mamá hizo todo lo que pudo”
John Powell, el hijo mayor de Charity, aseguró que su madre “luchó durante nueve meses para protegerse y proteger a los chicos”. “Mi mamá peleó con uñas y dientes. Nada funcionó y ahora los tres están muertos”, sostuvo con dolor.
Mientras la investigación avanza, la ciudad de Bonanza intenta digerir un crimen que expone fallas profundas en el sistema de protección a víctimas de violencia familiar y deja una pregunta abierta: ¿pudo haberse evitado?