Lunes 15 de Diciembre de 2025, 17:36
Lo que fue uno de los momentos más comentados de “La Noche de Mirtha” terminó derivando en malestar puertas adentro.
Araceli González rompió el silencio y expresó su enojo con la producción del histórico ciclo luego de que se emitiera el tramo en el que aparece quebrada en llanto al hablar de su separación de Adrián Suar.La actriz, que protagonizó una de las entrevistas más emotivas del año en la mesaza de
Mirtha Legrand, aseguró que había pedido expresamente que ese fragmento no saliera al aire, algo que finalmente no ocurrió.
“Sí, pedí que cortaran la parte donde lloré, pero no lo hicieron y me parece que está mal”, lanzó Araceli en diálogo con Intrusos, dejando en claro su decepción por no haber sido escuchada.
Durante el programa grabado para El Trece, González se había mostrado profundamente movilizada cuando Mirtha le preguntó por su vínculo con Suar, padre de su hijo y una de las relaciones más significativas —y conflictivas— de su vida. Sus palabras, cargadas de emoción, explotaron en portales y redes sociales, convirtiéndose en tendencia.
Sin embargo,
lejos de celebrar la repercusión, la actriz remarcó que atravesaba un momento personal muy sensible. “A nadie le gusta llorar en cámara”, explicó, y detalló que venía de días muy difíciles: había dormido poco, estaba emocionalmente vulnerable y aún procesa el fallecimiento del padre de su hija, ocurrido a comienzos de este año.
Araceli también marcó diferencias con otra entrevista reciente en la misma pantalla. Contó que en su charla con Mario Pergolini sí le consultaron si había algo que prefería que no se emitiera. “Ahí me respetaron”, señaló, en una comparación que no pasó desapercibida, sobre todo teniendo en cuenta que ambos programas pertenecen al canal que dirige Suar.
Pese al malestar, González aclaró que su enojo no es con Mirtha, a quien dijo respetar profundamente. “Me llamó durante cuatro años para ir y acepté. Me parecía una falta de respeto no hacerlo”, explicó.
Sobre el llanto, fue contundente: aseguró que nunca buscó hacer prensa con su vida privada y que su prioridad siempre fue proteger a sus hijos lejos de las cámaras. “Yo defendí todo por detrás de cámara”, afirmó.
La entrevista, que muchos celebraron por su honestidad brutal, dejó así un sabor amargo para la actriz, que ahora quedó en el centro de un nuevo debate: los límites entre la emoción genuina, la televisión y el derecho a decidir qué mostrar y qué no.