Sábado 20 de Diciembre de 2025, 16:50

La Casa Blanca endurece el bloqueo naval para asfixiar las finanzas de la gestión de Nicolás Maduro
El gobierno de los Estados Unidos ha dado un nuevo paso firme en su ofensiva contra el entramado comercial del gobierno de Venezuela, tras interceptar y confiscar un nuevo buque petrolero en las cercanías de las costas caribeñas. Esta maniobra representa la segunda intervención de características similares en pocos días, lo que confirma la puesta en marcha del plan anunciado por el presidente Donald Trump, quien recientemente prometió un recrudecimiento total de las sanciones contra cualquier embarcación dedicada al transporte de crudo vinculado a la administración de Nicolás Maduro.La intervención, que fue ratificada por portavoces estadounidenses ante la agencia Reuters, estuvo bajo la responsabilidad de la Guardia Costera y se ejecutó en aguas internacionales próximas al territorio venezolano. Esta medida forma parte de una arquitectura de presión diplomática y financiera más robusta, cuyo objetivo central es cortar el flujo de divisas proveniente del petróleo, que constituye el principal sostén económico del chavismo.
Uno de los hitos recientes de esta estrategia fue la toma del buque petrolero Skipper, confiscado el pasado 10 de diciembre por las fuerzas armadas norteamericanas. Respecto a este escenario, la analista Mercedes de Freitas, titular de Transparencia Venezuela, señaló en diálogo con TN Internacional que este tipo de acciones “es un golpe directo a la línea de flotación del régimen”. Según la especialista, cada intervención de este calibre reduce la disponibilidad de moneda extranjera para Maduro y complica significativamente la logística de exportaciones que se realizan por fuera de los marcos legales.
Las investigaciones llevadas adelante por la mencionada ONG indican que aproximadamente el 40% de los barcos cisterna que operan en terminales venezolanas lo hacen bajo condiciones de irregularidad. El efecto disuasorio del despliegue militar en el Caribe se ha hecho sentir de inmediato: sistemas de monitoreo naval han reportado que múltiples embarcaciones que se dirigían a la zona prefirieron cambiar su rumbo para evitar el riesgo de ser incautadas.
En cuanto al caso específico del Skipper, la Casa Blanca detalló que el navío ya contaba con antecedentes por haber transportado crudo de origen iraní. Tras una disposición de la justicia, Estados Unidos pasará a tener el control de aproximadamente 1,85 millones de barriles de petróleo, mientras que los miembros de la tripulación han sido sometidos a interrogatorios como parte del proceso legal en curso.
El impacto financiero de esta política de bloqueo podría ser letal, considerando que el petróleo representa más del 90% de los ingresos por exportaciones de Venezuela. En este sentido, expertos en economía advierten que una interrupción sistemática de los despachos podría sumergir al país en una depresión económica aún más profunda. Al respecto, Francisco Rodríguez, académico de la Universidad de Denver, manifestó a la prensa de su país: “Si Estados Unidos llegara a incautar un buque por mes, el golpe sería devastador para la economía”.
Mientras el frente económico se asfixia, el panorama político regional permanece en un estado de máxima sensibilidad. En medio de versiones sobre posibles movimientos futuros por parte de Washington, la referente opositora María Corina Machado permanece fuera de las fronteras venezolanas tras una salida del país que concluyó en Oslo. Este marco de vigilancia militar estricta y control del tráfico marítimo refuerza el clima de incertidumbre sobre el desenlace del conflicto en el corto plazo. /
TN
Más leídas en la semana
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10