La tercera y última campaña del Falkor (too) en el mar Argentino -después de "Ecos de dos Cañones" y "Oasis Submarinos del Cañón de Mar del Plata: Talud Continental IV", famosa por la ’estrella culona’-, tiene el objetivo de estudiar las comunidades quimiosintéticas, "los ecosistemas más extremos y menos explorados del fondo marítimo", según informó el Conicet.
Estas comunidades están compuestas por "organismos que sobreviven en las profundidades oceánicas -donde no llega la luz solar y la fotosíntesis es inviable- a través del consumo de la energía química proveniente de las filtraciones de gas metano emanadas desde áreas del fondo marítimo".
Allí, en medio de un entorno inhóspito, crecen bacterias, arqueas y fauna bentónica como gusanos tubícolas, almejas, mejillones y microorganismos. Son capaces de nutrirse de compuestos inorgánicos y se estima que pueden consumir y atrapar hasta el 80% de gas antes de que se escape del océano a la atmósfera. Pueden vivir en el lecho marino o como huéspedes de animales.
En este sentido, uno de los objetivos de la expedición será "tratar de comprender el rol transversal del metano en el modelado de las características biológicas, físicas y químicas de estos ecosistemas quimiosintéticos", según señalaron desde el Conicet. Adicionalmente, se buscará "evaluar la presencia de microplásticos en el agua, los sedimentos y los organismos, y determinar en qué medida estos contaminantes pueden afectar la dinámica de las comunidades quimiosintéticas".
El saludo de Navidad de los científicos del Conicet.
El equipo científico está conformado por 25 personas del Instituto de Geociencias Básicas, Aplicadas y Ambientales de Buenos Aires (IGeBA); Instituto Argentino de Oceanografía (IADO); el Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada (IBBEA); el Museo Argentino de Ciencias Naturales; Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental; Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos; Scripps Institution of Oceanography; Lehigh University; Temple University y Universidad de la República de Uruguay.
La expedición está dirigida por María Emilia Bravo (IGeBA - CONICET) que ya participó de tres campañas anteriores -2018, 2019 y 2022- a bordo del buque ARA “Austral” del CONICET. Esas campañas fueron hechas con un box core, una caja metálica que bajaba desde el barco hasta el fondo del mar, una tecnología que permitía hacer un recorte de una sección del fondo con una capacidad limitada para extraer muestras.
Ahora, con la tecnología del ROV SuBastian -un vehículo submarino que se opera de manera remota y puede alcanzar hasta 4.500 metros de profundidad- del SOI, podrán no sólo ver imágenes en alta definición del fondo marino sino también tomar muestras de agua, sedimentos y organismos. /
Clarin