Sábado 27 de Diciembre de 2025, 10:43
El último tramo del año tal vez no es el que soñaba el Gobierno en lo que se refiere a la inflación. La gestión del presidente Javier Milei se había puesto como meta que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) quedara por debajo del 2%, aunque esto fue posible solo en algunos tramos.
Lo había logrado entre mayo y agosto pasados, con una inflación que se movió entre el 1,5% y el 1,9%, aunque a partir de allí el sueño de bajar de esa cifra se esfumó. Los números no solo estuvieron por encima de esa marca, sino que además fueron en crecimiento. En septiembre tocó el 2,1%, en octubre el 2,3%, en noviembre el 2,5%, y lo que se espera para diciembre es un nuevo retoque alcista.
Esto quiere decir que la inflación para el último mes del año podría alcanzar a la marca de diciembre –los analistas en principio estimaban que podría haber una muy leve baja- e incluso hasta la podría superar. De este modo, la inflación de 2025 estaría algo por encima del 30%, con una cifra que se movería entre el 30,4% y el 30,6%. Entre enero y noviembre el IPC acumuló un alza de 27,9%.
Más allá de este envión final, lo que sí ya tiene asegurado el Gobierno es que, independientemente de la precisión respecto del crecimiento que muestren los precios este mes, habrá cerrado 2025 con la inflación más baja en los últimos ocho años.
Si se toma en cuenta lo ocurrido en este sentido durante la última década, se encuentra que solo en 2017 el IPC logró ubicarse por debajo de la cifra prevista para cuando este año llegue a su fin.
En aquel entonces la inflación fue de 24,8%, una marca que a partir de allí no paró de crecer, salvo una baja importante que se dio en 2020 y en 2024: en 2018 fue de 47,6%, en 2019 de 53,8%, en 2020 (pandemia) de 36,1%, en 2021 de 50,9%, en 2022 de 94,8%, en 2023 de 211,4% y en 2024 de 117,8%.
Dentro de la última década también aparece un 26,9% de 2015, una cifra que no se puede catalogar como “oficial” ya que entre ese año y 2016 el Indec fue declarado “en emergencia estadística”, por lo que los datos de ese entonces corresponden al IPC de otras jurisdicciones, como la Ciudad de Buenos Aires.
Así, entonces, 2025 ya se aseguró el tercer puesto en el ránking de los años con menor inflación de los últimos diez años, solo superado por 2017 y 2015.
En cuanto a lo que será el cierre de este año, Fausto Spotorno, economista de OJF y Asociados, destacó que “estamos terminando 2025 con una inflación que es casi un cuarto de lo que fue el año pasado. Lo más destacable es que esta baja se dio mientras la economía empezaba a rebotar”.
Por su parte, Ricardo Arriazu, al frente de la consultora Arriazu Macroeconomistas, sostuvo que “el proceso de desinflación fue más rápido de lo que muchos preveían gracias al ancla fiscal estricta. De cara al cierre de 2025, si el Gobierno persiste en no emitir y mantiene el superávit, la inflación anual consolidará un piso muy bajo, posiblemente cerca del 20%, quebrando finalmente la inercia que arrastrábamos desde hace una década".
El efecto de la carneYa no para analizar cómo quedará 2025 en la comparativa de “la última década”, sino para intentar cerrar el año lo más abajo posible, lo que ocupa ahora es ver por qué los analistas entienden que se podría dar algún rebote sobre el final del año.
Según Sebastián Menescaldi, de EcoGo, los precios al alza de la hacienda y el “efecto fiestas” harán que cuando termine diciembre se observe una cifra algo más alta que el 2,5% de noviembre.
“Desde mediados de mes vemos un crecimiento promedio del 8,5% en los precios de las carnes y eso sin dudas tendrá un efecto sobre la inflación. De hecho, nosotros estamos subiendo nuestra previsión del mes; del 2,3% que habíamos calculado, ahora estaremos en al menos 2,5%, y tal vez haya que sumarle algún punto”, indicó el especialista.
Menescaldi entiende que los precios continuarán con esta misma tendencia, aunque también apunta que “hay un límite en la demanda que en algún momento terminará por frenar las subas”, por lo que explica que “los precios deberían bajar o al menos no seguir subiendo”.
Un trabajo de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) le puso cifras a esta situación. Sostuvo que en noviembre el promedio del kilo vivo en el mercado de Cañuelas trepó 12,8% mensual y se ubicó en $ 3.334,5, el mayor incremento registrado en casi dos años.
El relevamiento también reflejó que, desde julio, cuando comenzó a sentirse con más fuerza el componente estacional, el precio de la carne vacuna acumuló un aumento del 51,6% en apenas cinco meses.
Si la comparación se hace año contra año, se encuentra que la variación nominal alcanzó el 78,1%, una situación que ya tuvo un efecto no deseado en la variación de la inflación en varios meses de 2025. /
Clarín