Miércoles 14 de Diciembre de 2016, 13:28
Miles de castores estarían causando graves daños en los bosques de la Patagonia. Al menos 100.000 mil ejemplares de estos roedores semiacuáticos vivirían en la región de Tierra Fuego, ubicada en el extremo sur de Argentina y lindante con la nación de Chile.
Los castores no son una especie autóctona y están causando graves daños al ecosistema.
Su presencia habría generado problemas a tal punto que hoy en día los mamiferos son considerados como una plaga exótica e invasora. Los daños que estos roedores habrían causado “una pérdida de más de 2 millones de dólares en el lado argentino”, reseñó La Prensa Austral.
Y es que con sus grandes dientes, su potente mandíbula y su gran habilidad son capaces de modificar un terreno para convertirlo en su propio hábitat. Por ejemplo, aunque son pequeños en tamaño entre 60 y 100 centímetros construyen sus castoreras cerca a los ríos y los lagos generando represas a su paso. Esta labor provoca grandes cantidades de lodo que congestionan los desagües y terminan inundando las vías.
Asimismo, son capaces de derribar árboles para tallar y utilizar la madera. Los grandes troncos de madera son utilizados para frenar el paso de las corrientes de agua. Expertos aseguran que cada árbol que es roído en Sudamérica por un castor muere inmediatamente y no vuelve a crecer. En información de la BBC, “los castores han destruido un área equivalente al doble del tamaño de Buenos Aires”.
Esto llevó al gobierno de Argentina a tomar una decisión drástica: Sacrificar a los miles de castores para salvar la vegetación del Parque Nacional de Tierra del Fuego.
El plan, que se estima tomará cuatro años, tiene como punto de partida la creación de un grupo de cazadores que se desplegará a lo largo y ancho de la reserva Corazón de Isla, los riachuelos y arroyos cercanos, entre otros. El titular de la Estrategia Nacional sobre Especies Exóticas Invasoras, Adrián Schiavini manifestó que el grupo estará compuesto por 10 de los más experimentados cazadores —a los cuales se les hizo una especie de casting-, quienes utilizarán unas trampas que “les dan un golpe en la cabeza y les aseguran una muerte rápida”, publicó el diario La Capital.
Vale aclarar que en diferentes oportunidades las autoridades de Tierra del Fuego han emprendido frustradas iniciativas para erradicarlos. Sin embargo, esta nueva medida cuenta con el apoyo del Ministerio de Ambiente, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y otras entidades como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Por supuesto, la determinación no fue bien recibida en algunos sectores que reconocen el impacto que tiene la presencia desmedida de estos roedores en el ecosistema de ese país. Pero que a su vez piden a los responsables buscar otra alternativa que no obedezca a la matanza generalizada. De hecho, ya iniciaron una campaña en la página change.org para pedir que se de marcha atrás a la disposición.
Esta especie que se alimenta de plantas, ramas y hojas arribó a la Argentina hace más de seis décadas cuando un grupo de miembros de la marina decidió liberar en Tierra del Fuego al menos 20 ejemplares de hembras y machos provenientes de Canadá. Ante la ausencia de un animal depredador, los castores se fueron reproduciendo a lo largo de los años a tal punto que hay quienes aseveran que en esa localidad hay más roedores que habitantes.