Jim es el cuidador de Jimbo desde hace 22 años. Mientras jugaban, el oso de 680 kilos abrió su boca más de lo esperado. Mirá lo qué pasó.
Los videos graciosos y cariñosos entre Jim y Jimbo son habituales en internet, pero esta vez, la escena estuvo cerca de convertirse en tragedia. Fue cuando ambos se acostaron como si fueran a dormir una siesta y, aunque al principio las imágenes sorprenden por la ternura con la que el animal mima a su cuidador, la cuestión se pone tensa en segundos.