¿Leyenda o realidad?: qué hay de cierto sobre la "maldición gitana"

Lunes 20 de Marzo de 2017, 18:15




Existe abundante literatura y son variadas las leyendas en torno a la denominada maldición gitana. Pero qué hay de cierto en todo esto y cuánto de fantasía revela la propia dialéctica al referirse a ciertos maleficios que supuestamente estarían identificados con el modo de ser y de sentir de los gitanos.

A pesar del hermético mote en el cual se guarda su real significado, el latiguillo es reconocido en todo el mundo y trasciende a esa comunidad con renovados bríos o modos de expresarlo, aunque cada caso pueda conservar intacto el sesgo inquietante y sombrío que lo caracteriza.

Quienes investigan las diferentes situaciones que podrían estar relacionadas con esta antigua costumbre o práctica de maldecir o expresar un mal deseo sostienen que la maldición gitana puede ser una de las más fuertes, sobre todo porque va cargada de odio, frustración, deseos de venganza, impotencia, envidia y una cuota importante de mala predisposición hacia un semejante.

Sin embargo, aclaran que este misterioso influjo no solo corresponde a esa comunidad de singulares costumbres y estilos, sino que la maldición gitana es una especie de nombre propio cuyo efecto real se pierde en la nebulosa de los asuntos poco creíbles, aunque en la práctica el solo hecho de mencionarla resulte inquietante y temerario.

Te deseo lo peor

Exclamación o improperio que tanto puede ubicarse en medio de una clásica maldición gitana como en otras expresiones que nada tienen que ver con esta suerte de conjuro que ciertamente obliga a reflexionar acerca de remotas creencias que oscilarían entre el bien y el mal. Pero a partir de aquí proponemos una mirada objetiva y en perspectiva para poder transitar sobre estos asuntos oscuros cuya comprensión a veces escapa a la realidad y a la lógica de cualquier razonamiento. Las historias más comunes que se conocieron a través del tiempo tienen que ver con el miedo a una maldición y la creencia de que puede convertirse en realidad. En principio se supone que lo que se está deseando es lo peor para la persona maldecida, incluyendo la muerte, sea de forma inmediata, rápida –por la vía del asesinato– o de manera prolongada y acompañada de un sufrimiento horrible.

Fantásticas revelaciones

Los investigadores revelan que en general existe el mito o creencia de que si a alguien le echan una maldición gitana no “levanta jamás cabeza”. El que recibe esa mala onda mágica nunca más puede zafar de ella. Una vez enterado del maleficio, no tiene paz ni sosiego, pierde el control de sus actos, enloquece, se autodestruye lentamente, nada le sale bien y termina con una muerte violenta. Por supuesto, todo forma parte de una leyenda increíble que fue tomando fuerza a partir de ciertas costumbres que son objeto de estudio, pero que de ningún modo conferirían un rito maléfico capaz de provocar males semejantes. Al menos no está comprobado en forma objetiva, ni figuran registros que avalen el fenómeno. Ciertamente existe toda una tradición en torno a la cual se instala por un lado la amenaza y por el otro el temor, que va en aumento según la categoría o el tenor de la primera. Se dice que quien maldice solo busca crear zozobra e inestabilidad emocional. Sin embargo, a la hora de la verdad nadie se atreve a enfrentar el desafío.

Realeza en problemas

En relación a esta fantasía fueron varios los comentarios que se hicieron en torno a la contrariada suerte de la nueva pareja real de Mónaco, que debe hacer frente a un pasado familiar de tragedias y fracasos amorosos. Se dice que una antigua maldición afecta la historia de los Grimaldi de Mónaco con la sucesión de episodios trágicos, escandalosos y de matrimonios fracasados. Los más memoriosos recordaron la triste “maldición de los Grimaldi” que condena a esta dinastía a la infelicidad matrimonial y a la tragedia. Leyenda o verdad, hasta ahora se cumplió con una exactitud casi matemática. La historia cuenta que una gitana que fue violada por Rainiero I lanzó sobre él la maldición: ninguno de sus descendientes sería feliz. Otros dicen que el sortilegio surgió cuando un príncipe mató a su hermano.

Literatura y maleficios

La creencia en las maldiciones y los juramentos se pone de manifiesto en la conservación de determinadas voces romaníes en caló –lenguaje de los gitanos españoles–, entre ellas el sustantivo solajais (blasfemia, imprecación) y el verbo saplar (sentenciar, condenar, acusar). No solo la subsistencia de estos términos en caló nos da pistas sobre el uso de las maldiciones y juramentos entre los gitanos españoles: también la corriente literaria decimonónica –vinculación con la realidad imitada o representada en ella– aporta numerosos ejemplos, especialmente el teatro costumbrista andaluz del siglo XIX. Del mismo modo que el ceceo sirvió para caracterizar lingüísticamente a la minoría gitana a partir de la literatura española del Siglo de Oro, el uso de las maldiciones también ha pasado a convertirse en un rasgo distintivo que define el comportamiento lingüístico de la minoría gitana desde el punto de vista de la sociedad no gitana.

Presencia musical

Las abundantes maldiciones que se registran en el repertorio musical de los gitanos de la Baja Andalucía los convierte en artífices de un legado único, que otorga un crédito enorme al poder de las imprecaciones. Para los gitanos, la creencia en el poder mágico del maleficio tiene su fundamento principal en su sistema legal de tradición oral que actúa como un código autónomo que garantiza la protección y organización de su sociedad. Según este sistema legal autónomo, una forma de evitar el incumplimiento de una sanción impuesta a un miembro de la comunidad o de asegurar la búsqueda de la verdad en un juicio es recurrir al uso de las maldiciones.

Gitanos famosos

Joaquín Cortés, Raimundo Amador, Camarón de la Isla, Gipsy Kings, Ron Wood –guitarrista de The Rolling Stones–, los actores Michael Caine y Charles Chaplin, la actriz Helen Mirren, el boxeador Faustino Reyes, los futbolistas Carlos Muñoz y Dani Güiza, la diseñadora de moda Juana Martín Manzano y el pelotari Patxi Ruiz Giménez, entre muchos otros.

Fuente: http://www.cronica.com.ar/article/details/13257/los-secretos-que-ocultan-los-gitanos