Sábado 13 de Octubre de 2018, 08:03

COLORADAS. Las hormigas santiagueñas aparecieron en la década de 1920 y, ni lerdas ni perezosas, se expandieron ayudadas por la ausencia de depredadores naturales.
Son las típicas hormigas rojas que aparecen en los patios de las casas, pican y duelen. Pero no hay porqué alarmarse, ya que sus principales enemigos naturales, las pequeñas moscas decapitadoras, se encargan de mantenerlas controladas. Pero, claro, cuando estas “conquistadoras” que abundan en territorio santiagueño ingresaron al país del norte, lo hicieron sin sus depredadoras, lo que posibilitó su pronta expansión.
Por eso, los científicos del Laboratorio de Hormigas de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) crían estas moscas y las envían a los Estados Unidos.
Allí, sus colegas de la Universidad de Austin, Texas, las sueltan en las zonas más afectadas y, de esa manera, logran detener el avance de las hormigas y reducir su número.
“Esta hormiga entró a los EE.UU. entre 1920 y 1940. Desde entonces y durante 40 años,
trataron de controlarlas con plaguicidas químicos. Lo único que hicieron fue empeorar la situación porque terminaron matando a otras hormigas que podían hacerles frente a las Solenopsis”, cuenta a la Agencia CTyS
Patricia Folgarait, doctora en Ciencias Biológicas e investigadora del Conicet.
Terroristas diminutas
Las Solenopsis emigraron a Norteamérica de manera accidental, tal vez viajando escondidas en los barcos que transportaban alimentos y plantas. Una vez establecidas, comenzaron a propagarse. Para la década de 1950, ya se habían convertido en una plaga.
Estas pequeñas invasoras de color naranja amarronado, principalmente carnívoras, han arrasado con comunidades enteras de insectos nativos y, también, perjudican a muchas especies de vertebrados, incluyendo, al hombre.
Además, tienen una gran capacidad para adaptar sus colonias en lugares nuevos y gustan de sitios disturbados por el hombre, por lo que es común toparse con ellas tanto en el campo como en la ciudad.
Una de las principales armas que poseen estas agresivas hormigas es su aguijón, no solo porque su picadura duele tanto como una quemadura (lo que les valió el apodo de hormigas de fuego o Shishi Piña), sino que también inyectan un veneno que puede producir un shock anafiláctico a personas alérgicas.
“Nosotros estamos acostumbrados inmunológicamente a sus picaduras mientras que los estadounidenses no, ni tampoco sus animales”, aclaró Folgarait.
A pesar de ser principalmente carnívoras, estas hormigas causan graves problemas en los cultivos cuando se “asocian” de manera mutualista con los destructores de las plantas: los pulgones homópteros. Se trata de pequeñísimos insectos que se convirtieron en una plaga y en el dolor de cabeza de muchos productores.
Los pulgones son bichitos que tienen una especie de jeringa en su boca y cuentan con un sistema digestivo muy ineficiente. Por eso, necesitan succionar la sabia de las plantas durante todo el día, toda su corta vida, para poder aprovechar algo de sus nutrientes.
Luego, excretan una melasa líquida rica en azúcares, proteínas, minerales y vitaminas que las hormigas consumen gustosas. Para asegurarse esta fuente de alimentos, las hormigas los protegen de las inclemencias del tiempo y de los depredadores.
“Esta relación representa un problema porque disminuye el rendimiento de esas plantas que se están tratando de cultivar. Si se establece en un cítrico, por ejemplo, los recursos que se produjeron por fotosíntesis, que tendrían que ir para los frutos que el productor quiere cosechar, se terminan yendo a través de los pulgones y después por las hormigas”, puntualiza la científica.
Un dato curioso es el hecho de que, en ocasiones, las reinas, al fundar nuevas colonias llevan pulgones arriándolos como vacas hacia el hormiguero y los estimulan con sus antenas para que excreten la sustancia que ellas consumen. En las épocas en que necesitan más proteínas, dejan de “ordeñarlos” y se los comen.
Uno de los fenómenos más extraños del comportamiento de esta especie de hormiga, (hecho que continúa siendo un misterio para la mirmecología), es su predilección por los circuitos eléctricos. Al parecer, les gusta mucho formar sus nidos en las complejas redes y plaquetas de las grandes industrias de electricidad, causándoles un sinnúmero de problemas.
Fuente: http://www.nuevodiarioweb.com.ar/noticias/2018/10/13/171695-hormigas-santiaguenas-invaden-estados-unidos-y-ya-son-una-plaga
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